Navarra Suma se desmarca de la negociación presupuestaria y empuja a Chivite a su tercer acuerdo con EH Bildu

Javier Esparza marca distancias con el Gobierno de Navarra y rompe cualquier posibilidad de alcanzar un acuerdo con María Chivite para los Presupuestos de 2022, empujando a la socialista a su tercer pacto con EH Bildu. El portavoz de Navarra Suma ha presentado este viernes una serie de propuestas que considera “irrenunciables” en la negociación y que contradicen varios de los puntos que el PSN firmó en el acuerdo programático con sus socios de Ejecutivo Geroa Bai (PNV y Socialverdes) y Podemos, lo que imposibilita un acuerdo.

Entre los puntos que recoge la propuesta de Esparza destaca la aprobación de una reforma fiscal con bajada de impuestos, rechazada esta semana por el resto de grupos en el Parlamento foral y que rechazan todos los partidos integrantes del Ejecutivo foral; mantener a la Guardia Civil en las carreteras de Navarra, a pesar de que UPN incluyó en la ley de Policías de Navarra una enmienda para que los agentes de tráfico pudieran pasar a la Policía Foral merced una pasarela cuando se firmara el traspaso; o la derogación del decreto del euskera y el mapa local, puntos que de aceptarlos María Chivite supondrían con toda seguridad la ruptura con su principal socio de Gobierno, Geroa Bai.

Otras medidas “irrenunciables” también son subir el sueldo a los profesionales sanitarios igualándolo al de los sanitarios de la comunidad donde más cobren, destinar un 18% del total de gasto de salud a la Atención Primaria y garantizar los conciertos educativos a todos los centros con los que se ha acordado, incluidos los del Opus Dei que segregan por sexo y que se comprometieron a no hacerlo.

Esparza, que ya le ha mandado su propuesta a Chivite asegura tener “voluntad” de pactar los Presupuestos con el Gobierno, pero sus condiciones son de por sí un impedimento a cualquier posibilidad de un acuerdo. El presidente de UPN y portavoz de Navarra Suma ha asegurado que todos los puntos de la propuesta son “innegociables”, invitando a María Chivite a hacer “un cambio de rumbo” que supondría la ruptura de su actual Gobierno pasado el ecuador de la legislatura.

El año pasado la coalición de UPN, PP y Ciudadanos ofreció al Gobierno foral la abstención de sus 20 parlamentarios, apoyo suficiente para la aprobación de las cuentas anuales, a cambio de que María Chivite vetara en la negociación a EH Bildu, socio presupuestario en 2019 y con quien finalmente la socialista terminó pactando las cuentas del 2020. En esta ocasión Navarra Suma ha querido marcar más distancias con el Ejecutivo, con la vista puesta ya en las elecciones forales del 2023, y ha presentado unas condiciones que sabe son inasumibles por el Gobierno navarro.

“Está pidiendo que incumplamos la ley”

Así se lo ha hecho saber la presidenta María Chivite, que ha asegurado que el planteamiento de Esparza es “la excusa perfecta que tiene Navarra Suma para tapar su voluntad de llegar a acuerdos” cerrando por completo la puerta a un posible pacto.

En unas declaraciones a la Cadena Ser, la jefa del Ejecutivo foral se ha mostrado especialmente crítica con la exigencia de la derecha de garantizar el concierto educativo para los centros que separan a niños y niñas en las aulas, ya que según apunta, supondría “incumplir la ley”, en referencia a la Lomloe, que recoge que no podrán ser objeto de los conciertos aquellos centros educativos que únicamente admitan a alumnos de un solo sexo.

Chivite, con todo, ha afirmado que “va a llamar” a Navarra Suma, pero ha asegurado que no va a aceptar “ni vetos, ni imposiciones, ni mucho menos que pretendan sacar iniciativas que no han sido capaces de sacar con mayorías en el Parlamento”, dejando como única posibilidad para aprobar las cuentas al otro grupo que está en la oposición, EH Bildu, con quien ya se acordó las dos cuentas anuales anteriores.