El pasado jueves, al mismo tiempo que en el Congreso de los Diputados se votaba la convalidación de la reforma laboral, en el Ayuntamiento de Pamplona se celebraba un pleno municipal en el que el PSN-PSOE debía cumplir con su parte del acuerdo con UPN por su apoyo a la reforma en Madrid. En el orden del día, entre otros puntos, se votaban una modificación presupuestaria de 27, 5 millones de euros a las cuentas del 2021 -prorrogadas durante este curso- y tres reprobaciones al alcalde Enrique Maya (Navarra Suma, la coalición de UPN, PP y Ciudadanos) presentadas por los tres grupos de la oposición (EH Bildu, PSN y Geroa Bai) por unas declaraciones en las que atribuía, sin datos, la responsabilidad de un presunto aumento de delitos de robos y agresiones en la capital navarra a los menores extranjeros tutelados por el Gobierno foral. La traición de los dos diputados regionalistas, que desobedecieron las directrices de su partido y rompieron con la disciplina de voto alineándose con el PP en contra de la reforma laboral, generó una explosión cuya onda expansiva, además de sacudir los cimientos del principal partido de la comunidad foral, ha llegado al Ayuntamiento de Pamplona y a las relaciones entre sus grupos: las de UPN con los socialistas, con quienes pretendían un acercamiento en busca de una mayoría estable, y la del PSN con el resto de la oposición, a su vez socios de Gobierno y de presupuestos de María Chivite en el Gobierno de Navarra.
En el consistorio pamplonés, Navarra Suma gobierna en minoría con 13 de los 27 concejales que lo conforman, lo que le obliga a alcanzar acuerdos con alguna de las tres fuerza de la oposición para sacar adelante sus propuestas. Es el caso por ejemplo del logrado en diciembre de 2020 con el PSN para aprobar los primeros presupuestos municipales tras la pandemia o, más recientemente, la semana pasada con la dirección de los socialistas en Madrid para facilitar la gobernabilidad de la ciudad. El pacto, cerrado en una cena entre el presidente de los regionalistas, Javier Esparza, y el secretario de Organización del PSOE, el navarro Santos Cerdán, recogía que, a cambio de que UPN, partido de derechas, foralista y socio histórico del PP apoyase al Ejecutivo de Pedro Sánchez en el proyecto estrella de Yolanda Díaz el PSN facilitaría la gestión presupuestaria municipal con partidas por valor de 27, 5 millones de euros y metería en el cajón su moción de reprobación al número dos de los regionalistas y persona de confianza de Javier Esparza, el alcalde Enrique Maya. Posteriormente Esparza ha indicado que el acuerdo también incluía medidas “para el desarrollo económico de Navarra” y para “mejorar la convivencia” en la comunidad foral, si bien no ha querido dar más detalles del mismo.
El acuerdo dejaba en una situación incómoda a la portavoz socialista en el pleno municipal, Maite Esporrín, que debía renunciar a su propuesta de reprobación a Maya, a quien lleva criticando con dureza desde el comienzo de la legislatura, y a varias enmiendas para los presupuestos, a cambio de lograr “un bien superior” en Madrid como es la reforma laboral. “Ni Navarra Suma, ni UPN ni Maya merecen nuestro apoyo, pero sí todos los trabajadores de este país, que van a ver mejoradas sus condiciones laborales”, remarcó el jueves Esporrín antes de comenzar el pleno en una rueda de prensa en la que compareció en compañía de Ramón Alzórriz, secretario de Organización del PSN.
Cuando las agujas del reloj de la fachada del Ayuntamiento de Pamplona marcaban las cuatro y media de la tarde comenzó el pleno municipal con la votación de la ampliación del presupuesto. Al mismo tiempo, en la carrera de San Jerónimo de Madrid, los portavoces -a excepción de los de UPN- exponían en el Congreso el sentido de su voto. “Nos sorprendió a todos el acuerdo que alcanzaron UPN y PSN y criticamos en nuestras primeras intervenciones que se utilice a Pamplona como medida de cambio en Madrid”, señala a este periódico el portavoz de EH Bildu en el consistorio, el exalcalde Joseba Asiron. “No se nos informó el contenido del acuerdo a pesar de que somos socios del PSN en el Gobierno de Navarra”, añade el concejal de Geroa Bai Patxi Leuza. Cumpliendo con lo acordado, los cinco ediles socialistas apoyaron la modificación de 27,5 millones propuesta por el Gobierno municipal. “Es un gesto que tiene su relevancia porque en diciembre toda la oposición nos unimos para tumbar los presupuestos El PSN le ha dado a Maya los presupuestos que no le dio un mes y medio antes”, apunta Leuza, que no oculta su malestar por el acuerdo.
El cambio de guion llegó a las dos horas del comienzo del pleno. Escasos minutos antes de que en el Congreso se comenzase a votar la reforma laboral, la portavoz socialista Esporrín intervenía en el pleno para anunciar que retiraba su propuesta de reprobación al alcalde por su “discurso manipulador y xenófobo” por lo que en solo se votarían las dos que presentaron EH Bildu y Geroa Bai. En el transcurso de las interpelaciones, a los teléfonos móviles de varios concejales empieza a llegar la noticia de que Sayas y Adanero se han saltado la disciplina de voto y no hay apoyado la reforma laboral. En ese momento, Maite Esporrín, muy enfadada anunciaba que apoyará las declaraciones de reprobación presentadas por los otros grupos de la oposición. “Nos arrepentimos una vez más de creer en su palabra. Ya basta de tomarnos el pelo, se les debía caer la cara de vergüenza”, le espetó Esporrín a Maya, que pidió disculpas a los socialistas indicando que los dos diputados habían actuado “en contra de las directrices de la dirección del partido”.
“La moción de censura no está sobre la mesa, pero hemos perdido la confianza en UPN”
La traición de los dos diputados de UPN generó una profunda crisis interna en el partido, que ha propuesto la expulsión de Sayas y Adanero, y ha dinamitado el intento de los regionalistas de explorar un acercamiento al PSOE con quien ya pactó en varias ocasiones en el pasado.
“Ya estábamos decepcionados con UPN porque no habían cumplido su compromiso con las enmiendas que presentamos a cambio de aprobarle los presupuestos de 2021, pero decidimos hacer este sacrificio por el bien de los trabajadores de toda España. Aunque la decisión de votar en contra de la reforma laboral no haya sido de Maya, es un signo más de desconfianza hacia su gestión porque él estaba en la foto en la que anunciaron que había un acuerdo con el PSOE en Madrid y por tanto formaba parte de ese pacto”, apunta Esporrín. La portavoz socialista en el Consistorio pamplonés, pese a todo, descarta una moción de censura al edil de la capital.
“Pudimos investir a Joseba Asiron en 2019, pero creemos que a EH Bildu todavía le quedan pasos que dar para contar nuestro apoyo, por lo que ahora no contemplamos hacerle alcalde a través de una moción de censura”, añade.
Se da la circunstancia de que esta opción, que ha vuelto a sobrevolar a los grupos de la oposición, se llegó a plantear por parte de Geroa Bai el pasado diciembre cuando, Enrique Maya quiso hacer valer su mayoría momentánea durante el periodo de tiempo entre la dimisión de un concejal de EH Bildu condenado por agredir a la Policía durante los incidentes del txupinazo de 2019 para aprobar los presupuestos, algo que finalmente no ocurrió.
EH Bildu emplaza el PSN a pactar en 2023 para recuperar la alcaldía
El sainete de Sayas y Adanero en el Congreso también ha salpicado a las relaciones del PSN con los que son compañeros de oposición en el Ayuntamiento pamplonés, pero socios de Gobierno y de presupuestos en el Ejecutivo de María Chivite en Navarra. Tanto Geroa Bai como EH Bildu han exigido al PSN que hagan público el acuerdo alcanzado con UPN para conocer qué otros puntos se habían incluido en el pacto. “No somos ingenuos, UPN no se comprometió a apoyar la reforma laboral solo por una no reprobación a Maya y 27 millones para el presupuesto de Pamplona, había unos pactos que necesitamos conocer porque es imposible mantener un clima de confianza con tu socio de Gobierno sabiendo que se ha pactado sobre cosas que no nos quieren contar”, señala Patxi Leuza, de Geroa Bai.
Desde EH Bildu, su portavoz municipal, Joseba Asiron, pese a reconocer que existe el temor a que la dirección del PSOE en Madrid vuelva a imponer una decisión “que afecte a Pamplona”, apuesta por “no entrar en reproches” con el PSN, al que emplaza a conformar “una mayoría social en 2023” . “En Pamplona se dan las condiciones para que exista una alternativa progresista a la derecha, esa tiene que ser la gran moción de censura que le tenemos que hacer a Maya en la próxima legislatura”.