Pamplona encara sus segundos 'no Sanfermines' en pleno repunte de contagios y con el temor a una nueva ola
Por segundo año consecutivo este 6 de julio no se lanzará el famoso chupinazo desde la fachada del Ayuntamiento de Pamplona con el que dan comienzo los Sanfermines. Al igual que ocurrió en 2020, la pandemia obligó al alcalde Enrique Maya a suspender las fiestas el pasado mes de abril, lo que el año pasado no evitó que se registrara un gran aumento de los contagios y la incidencia tras las fiestas. Para este 6 de julio, los bares y restaurantes del centro ya tienen todo reservado.
Las autoridades sanitarias quieren evitar a toda costa que este año se produzcan “festejos paralelos” como los que en 2020 provocaron la aparición de brotes como el del barrio de Mendillorri, que llegó a acumular más de 500 positivos. Pese a que este año se llega al 6 de julio con el proceso de vacunación avanzado y un 40% de la población ya inmunizada, la situación sanitaria es peor que la de hace un año en las mismas fechas y desde Salud temen que pueda ser el origen de una quinta ola de la pandemia.
En 2020 se llegó al 6 de julio tras haber vivido un confinamiento domiciliario que duró varias semanas y recién salidos del primer estado de alarma, que había finalizado a finales de junio. Ello permitió que la situación epidemiológica al comienzo de los llamados 'no Sanfermines' fuera muy positiva. El propio 6 de julio no se registraron positivos ni tampoco fallecimientos, la incidencia acumulada rondaba los 15 casos por 100.000 habitantes y casi no había personas hospitalizadas ni en UCI por COVID-19. Sin embargo, tras las fiestas la situación empeoró mucho y tras la aparición de varios brotes el Gobierno de Navarra llegó incluso a confinar el barrio de Mendillorri para frenar los contagios.
A este 6 de julio se llega en una situación mucho más preocupante, sobre todo a raíz de los brotes registrados en los últimos días entre jóvenes menores de 25 años que viajaron a Salou tras el final de curso y que han hecho que los positivos se disparen por encima de los 300 diarios, cifras que no se registraban en Navarra desde noviembre del año pasado, cuando en plena segunda ola, el Ejecutivo de María Chivite cerró perimetralmente la comunidad y la hostelería. Salud ha hecho un llamamiento a un cribado masivo a personas de entre 17 y 25 años que hayan viajado a Salou en los últimos días que por el momento ha dejado más de 170 contagios.
A día de hoy los casos diarios de coronavirus, la incidencia e incluso la ocupación hospitalaria son mucho peores que hace un año, lo que hace temer a Salud que tras lo 'no Sanfermines' de este año pueda originarse la quinta ola de la pandemia. Esta misma semana la consejera de Salud, Santos Induráin, reconocía que esperaba un aumento de los casos de COVID-19 tras el 14 de julio, aumento que ha llegado antes de tiempo.
Para el 6 de julio, pese a que no habrá chupinazo y desde las instituciones se ha insistido en que no hay fiestas, los bares y restaurantes del centro tienen desde hace días todas las mesas reservadas para los tradicionales almuerzos que las cuadrillas celebran antes de las 12 del mediodía, cuando cualquier otro año sin pandemia se lanzaría el chupinazo.
“Tenemos todo reservado desde hace varios días. Ya no estamos cogiendo más reservas porque además el 6 de julio la gente se suele sentar a almorzar y ya no se levanta hasta la tarde”, señala el dueño de un local de hostelería del centro de Pamplona a elDiario.es.
Para evitar aglomeraciones en las calles del centro de la ciudad, el Ayuntamiento de Pamplona han previsto un dispositivo policial de vigilancia, control y seguridad durante los días 6 y 7 de julio y los días 9 y 10. Los accesos a la Plaza del Ayuntamiento y la Plaza del Castillo, así como de las calles más céntricas como Estafeta, estarán vigilados por la Policía Municipal, la Policía Foral y la Policía Nacional, que limitarán el número de personas en estas zonas si se supera el aforo. Todo para evitar una nueva ola de la pandemia en pleno verano y con la vacunación ya avanzada.
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