Navarra va a iniciar esta semana un cribado de COVID-19 en el ámbito escolar ante el inicio del nuevo curso, en el que se testeará a unos 1.000 alumnos y profesores, tal y como ha detallado la consejera de Salud, Santos Indurain, “para medir la prevalencia de COVID-19 en el alumnado y profesorado” de Navarra, y también “la prevalencia de anticuerpos entre alumnado y profesorado vulnerable”. El plan de cribado se iniciará en los centros escolares de Tudela, por ser una localidad con una incidencia elevada de coronavirus, pero se extenderá en fases siguientes por otras zonas de la Comunidad foral con pruebas aleatorias con las que se llegará a esas 1.000 personas.
El portavoz del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, ha considerado que de esta forma cumple el mandato parlamentario que fue aprobado la semana pasada de llevar a cabo un cribado de casos de COVID-19 entre los alumnos navarros.
El plan consiste, según ha señalado la consejera Indurain en la realización de test rápidos en los propios centros educativos que hayan sido designados de forma aleatoria. Una vez conocidos los resultados, en caso de que haya algún acaso positivo entre el alumnado o los docentes, se hará una prueba PCR con la autorización de los padres y madres. “Serán muestras representativas”, ha apuntado la consejera, en cuatro aulas de cada curso escolar. En el caso del alumnado y profesorado vulnerable, en lugar de un test rápido se hará una prueba Elisa. El plan comienza el viernes en la zona de Tudela, día en el que se remitirá al alumando el consentimiento informado, para que los padres den su autorización, y también al profesorado. El trabajo de campo se iniciaría la próxima semana.
Cribado en 150 residencias
De la misma manera, Santos Indurain, ha explicado que este mismo miércoles el departamento de Salud va a comenzar un cribado de COVID-19 en 150 residencias de mayores y de personas con discapacidad de Navarra a unas 6.000 personas, con el objetivo de detectar casos asintomáticos y conocer el estado inmunitario de la población residente, “para evitar la propagación del virus en esta población que es altamente vulnerable”, ha señalado.
A diferencia del cribado a los escolares, al considerarse los usuarios de las residencias población de riesgo, el cribado consistirá en la realización de una prueba PCR y además de un test serológico de anticuerpos Elisa. Los encargados de realizarlos serán los profesionales de los centros de salud, que se desplazarán a las residencia para realizar la toma de muestras. Contarán, además, con el apoyo del personal sanitario de las residencias.