“Está todo muy etiquetado y ordenado”, comentaban dos padres a la puerta del Colegio Público Paderborn - Víctor Pradera de Pamplona, que esta mañana de viernes 4 de septiembre, junto a otros 70 centros públicos de Navarra han sido los primeros de España en abrir sus puertas para la ansiada, y a la vez temida por muchos, vuelta al cole. El resto lo harán el lunes. En total, más de 40.000 alumnos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional de todos los institutos navarros han comenzado hoy el nuevo curso escolar. También lo han hecho algunos colegios de Infantil y Primaria, como es el caso de este centro del barrio pamplonés La Milagrosa, que desde hace años ofrece un modelo bilingüe en alemán tras un acuerdo de hermanamiento entre la ciudad de Pamplona y la alemana Paderborn, que ahora da nombre al Colegio Público Víctor Pradera.
Han pasado seis meses desde que todos los centros escolares de Navarra y España cerraron sus puertas por la pandemia, algo que se hace notar en las caras de los padres y madres, aliviados porque sus vidas puedan volver a una “relativa normalidad” y a la vez “algo preocupados” porque son conscientes de que “el riesgo cero de contagio no existe”. También se nota la alegría, aunque la boca esté tapada por una mascarilla, en la cara de los niños y niñas que hoy regresan al colegio por reencontrarse con sus amigos de aula. “Mi hijo es la vez que más nervioso ha estado por la vuelta al cole”, confesaba Óscar, que pasadas las 08:30 de la mañana ya ha dejado a su hijo en el centro “para llegar a tiempo al trabajo”. “El colegio ha organizado un servicio de 'aula temprana' para que los que lo necesitemos podamos dejar a los niños antes. También después de comer se pueden quedar un poco más, para los que no podemos venir a recogerlos a las 14:30”.
Grupos estables de convivencia y jornada continua
Esta ha sido una de las muchas medidas excepcionales de seguridad que ha incluido el departamento navarro de Educación en su protocolo de vuelta segura a las aulas para evitar la expansión del virus. Todos los centros escolares deberán hacer jornada continua a partir de octubre, que en los casos de Infantil y Primaria será de 09:00 a 14:30, y en el de la ESO, Bachillerato y FP de 09:00 a 15:00. A ello se suma la ya conocida medida de uso obligatorio de mascarilla a partir de los seis años, los grupos de convivencia estables de alumnos, la prohibición de balones en los patios de recreo o la cancelación de todas las actividades extraescolares.
“Son medidas a las que hay que adaptarse, sabíamos que la vuelta al colegio iba a estar acompañada de muchos cambios y será cuestión de tiempo acostumbrarse”, cuenta a elDiario.es Mikaela Quintana, directora del Colegio Público Paderborn, que explica que se les envió el primer borrador del protocolo en el mes de junio, a partir del cual “se han ido haciendo pequeños cambios”. “Nos ha dado tiempo para reorganizar los espacios y, por ejemplo, adaptar aulas que no utilizamos en un edificio auxiliar que tenemos o para convertir en un aula en comedor de refuerzo”, explica. Un trabajo que han tenido que hacer todos los centros escolares para adaptarse a este protocolo que incluye cuatro escenarios de educación “que se aplicarán en función de la evolución epidemiológica”, tal y como explicaba hace una semana el consejero de Educación Carlos Gimeno. Escenarios que van desde las clases presenciales -como se ha iniciado este viernes el curso- , hasta la vuelta a la educación online.
“Los alumnos están en todo momento en su grupo estable de convivencia y nunca se mueven de su aula, es el profesor el que lo hace”, detalla. Son grupos de 20 alumnos en Infantil y de 25 en Primaria, que se han organizado para que, en caso de que se detecte un positivo, se pueda rastrear de forma sencilla sus contactos más estrechos. “Entiendo la inquietud de los padres, yo no puedo garantizarles que no vaya a haber un contagio, pero sí que puedo asegurarles que aquí vamos a cumplir todo lo que viene recogido en el protocolo”.
Inquietud entre los padres y madres por si hay un positivo
Una inquietud que se palpaba a la entrada de los niños al centro a las 09:00 horas. Acompañados por un único progenitor, los niños y niñas de este colegio del barrio de La Milagrosa de la capital navarra han ido entrando uno por uno en el patio del centro para luego formar una fila. Después de un saludo con el codo a su profesora, que les ha echado gel desinfectante en las manos, han ido entrando a las aulas. “Nada de abrazos a tus amigos”, le recordaba una madre a su hijo mientras se despedía de él. Esta ha sido una de las muchas directrices que padres y madres han estado inculcando a sus hijos durante los últimos días. “Le hemos tenido que explicar que no puede dar besos a sus amigas y que tenga cuidado”, cuenta Sergio, que reconoce que durante estas semanas ha tenido “varias dudas y preguntas que me han resuelto desde el centro”. Su hija, de Educación Infantil, lleva una mascarilla, pese a que para su edad no es obligatoria, pero que “a algunos padres les hace estar más tranquilos”, apunta la directora.
Son conscientes de que “el riesgo cero de contagio no existe”, pero la gran mayoría coinciden en que “se ha hecho todo lo posible para que sea una vuelta segura”, asegura Sergio, que no puede ocultar que “hay cierta incertidumbre” por ver cómo se desarrolla el curso y qué pasará si un niño o una niña dan positivo. “Nos han dicho que en caso de un positivo, el resto de niños del grupo en el que estuviera ese positivo se tienen que ir a casa a aislarse, pero en caso de que en el colegio haya tres casos, el colegio ya se considera un brote. Eso es lo que más nos preocupa”.
El que haya contagios es la mayor preocupación de todos los padres y madres, aunque Ane, que es francesa, pero residente en Pamplona desde hace muchos años considera que “aquí en Navarra se ha hecho mucho mejor que en mi país, allí estaría más intranquila con la vuelta al cole”. El qué hacer en caso de detectar a un alumno con síntomas, es algo que viene recogido en el protocolo, y es diferente en función del curso. La actuación será diferente en función del curso, ha señalado. Así, si se sospecha de un caso positivo en un aula de hasta 4º de Primaria, se procederá al aislamiento del alumno en un aula específica con un acompañante. Ambos deberán usar mascarilla y será el centro quien se ponga en contacto con los padres, que a su vez deberán pedir cita en un centro de Salud en el que se acnsejará hacer una prueba PCR. Al ser un grupo estable de convivencia no será necesario la cuarentena de sus compañeros hasta tener el resultado de la prueba. En caso de que sea positiva, el alumno se tendrá que quedar en casa aislado durante un mínimo de 10 días hasta que reciba el alta. Sus compañeros serán considerados contactos estrechos y se planteará la realización de PCR en el arranque de la cuarentena y pasados 10 días. A partir de 5º de Primaria, donde la mascarilla será obligatoria, ante un caso positivo el equipo de rastreo hará una identificación de los contactos estrechos. No conllevará la realización de PCR para toda el aula y sólo harán cuarentena los contactos estrechos.
Aún con todo, la vuelta a las aulas han transcurrido con normalidad en este centro, en el que este viernes “servirá de toma de contacto y de evaluación para ver cómo les ha afectado los últimos tres meses de clases no presenciales”, cuenta Mikaela, la directora. El lunes ya empezarán con el inicio de las clases del nuevo curso, hasta entonces “se buscará de alguna forma cerrar el curso pasado que no pudimos cerrarlo de forma adecuada con las clases en el aula”, señala.