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Osasuna o las cuevas del fútbol

Desde que comenzó la crisis, el desempleo en Navarra no frena su sangría. De hecho, el pasado mes de noviembre la Comunidad Foral fue una de las que sumó más parados a la lista negra de la desesperación y ya se acercan a las 50.000 personas. Esta situación, el desempleo, es una de las mayores preocupaciónes de la ciudadanía según el CIS y con permiso de la corrupción. Pero lo que no recoje la encuesta sociológica nacional es que, incomprensiblemente, para muchas personas por encima de esto está el fútbol. El deporte rey de una sociedad que en otros ámbitos se declara cada vez más republicana. Y que quizás en este ámbito también se esté tocando el final de la paciencia, aunque sea solo en el ámbito de la gestión.

Osasuna es el club de mayor éxito del deporte navarro. Ha logrado grandes gestas y ha unido a su afición en los éxitos y la ciudad, y viceversa, en los momentos duros. Pero el precio, al menos económico, ha sido indecente. Igual que en otros lares, de acuerdo, pero eso no le resta indecencia. Tanto es así que se estima que la deuda de los rojillos con la Hacienda foral, con la caja de todos y todas las navarras, es de 53 millones de euros. Si esto le sucede a otra empresa supondría su finiquito. Pero en este caso no es así. De hecho, se ha creado un ley 'ad hoc' para gestionar esa deuda. Una ley presentada por el procedimiento de urgencia y con lectura única. Según quienes la apoyaron -UPN, PSN y PP-, para poder recuperar de alguna manera el dinero no cobrado y que revierta a las arcas públicas. Dicen que de no hacerlo así, todos los navarros hubiesen perdido definitivamente esa cantidad. De momento, en dinero contante y sonante la han perdido ya que gracias al texto legal se admite que el Gobierno pase a ser propietario de las instalaciones del club (El Sadar, Tajonar y algún inmuble en Pamplona) y su valor se descuente de la deuda con Hacienda. En este caso, la dación en pago sí ha sido una opción válida. Para el resto de la deuda se contempla tres años de moratoria sin intereses y después un aplazamiento de 30 años como máximo.

Además, la ley establece que Hacienda se quedará con el 25% de los derechos de televisión, así como con el 25% del dinero de los traspasos de futbolistas que se realicen. Y el 100% de los ingresos por patrocinio que reciba el club del propio Gobierno, es decir, que el Gobierno podría patrocinar a Osasuna por un millón -por ejemplo- que lo que sería en realidad es otra quita por esa cantidad a cambio de lucir publicidad institucional.

Enfrente de quienes votaron a favor del texto, el resto de formaciones -EH Bildu, Aralar, Geroa Bai, e I-E- consideran que este texto se convierte en una especie de ley de punto final y diluye para siempre la responsabilidad de quienes desde el club no afrontaron el pago de las cantidades pertinentes y de quienes desde Hacienda permitieron que el agujero fuese tal que adquiriese forma de socavón. Estos grupos consideran que “esta falta de información y de criterio del Gobierno de Navarra demuestra que no hay ninguna intención de depurar responsabilidades políticas ni de conocer por qué se ha permitido que Osasuna acumule una deuda de 53 millones de euros”.

Y en medio está la postura del PSN que, a pesar de votar a favor de la ley, logró introducir una enmienda para que Comptos aclare las razones que han llevado a la deuda y se pueda buscar a los responsables de tal forma que cumplan con el deseo de “cobrar la deuda, salvar al club, y pedir responsabilidades”.

Pero, ¿cómo es posible que se alcancen 52 millones de deuda y nadie se dé cuenta? ¿cómo es posible que pase desapercibido hasta el último minuto? ¿cómo es posible que en tiempos de recortes, de ajustes, de repagos... se haga una ley 'ad hoc' para que un club deportivo pague su deuda? Y, al margen de las dudas razonables, la legales... ¿qué piensa la Unión Europea de ello?

Pues de momento, nada. Pero solo de momento, ya que cabe la posibilidad de que el viejo continente considere está ley como ayuda de Estado y, en ese caso, habría que deshacer el camino andado. Desde el Partido Popular, que votó a favor de la ley, no creen que vaya a ser así. Pablo Zalba, eurodiputado navarro de los conservadores, ha asegurado que aunque no ha estado al corriente, “pero sí he hecho una consulta con las personas que han estado gestionando este asunto y según me aseguran han tenido el cuidado de que la comisión europea no pueda declararlas como ayuda de Estado”. Una barrera más que, en el caso de que caiga, golpeará en la cabeza de quienes han aprobado la ley y en el bolsillo de la ciudadanía navarra.

Elecciones a la Presidencia

Entre tanto, y una vez 'solucionada' la crisis de la deuda. El club, ahora dirigido por una Junta gestora, intenta recobrar la normalidad. Aunque el camino, quizás frutos de los recovecos transitados anteriormente, no está siendo fácil. De hecho, esta misma semana se ha retirado uno de los dos candidatos, Javier Zabaleta, al descubrir que su tesorero está inhabilitado legalmente por estar inmerso en otro proceso concursal. Y el otro candidato, teóricamente el presidente virtual ahora, Luis Sabalsa, ha visto como en vez de recibir el empujón de la afición lo que le han remitido tres socios ha sido una impugnación de su candidatura por entender que una de sus integrantes no cumple los requisitos marcados por los estatutos. La decisión final la tomará esta semana la Junta Electoral del club, pero parece que Osasuna no logra ver la luz que le indique la salida de la cueva.

Hay tantos tópicos y lugares comunes sobre el fútbol que cualquier frase sirve para excusar la ceguera que infecta a gran parte de la política y la sociedad. “El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes”, es una de ellas. Pero aún así, para muchas personas e instituciones públicas, importante matiz lo de públicas, la actuación y la parte del embudo que se ofrece a los clubes, en Navarra y en otros lugares, es como si fuese la parte más importante que maquilla lo realmente trascendente.