El cobro para ver el encierro resta ambiente pero no espectadores

El encierro ha sido de pago entre semana por primera vez en la historia de los sanfermines. Esto no ha frenado a los pamplonicas que han seguido acudiendo cada mañana a ver la entrada de los toros en la plaza y las vaquillas. El pago de la entrada no ha hecho que disminuya el aforo, que se ha mantenido durante toda la semana al mismo nivel que el año pasado, en el que no había que pagar. La única excepción, el día 7, en el que disminuyó el número de espectadores. Desde la MECA, quien gestiona la plaza de toros, no achacan este descenso al precio de la entrada, que se mantiene desde hace años para el día festivo, sino al mal tiempo que hizo el día del Santo.

La medida de cobrar para entrar en la plaza nació, según la MECA, del Gobierno de Navarra y de la mesa del encierro, que reclamaban mayor seguridad y control en el espectáculo. Y la verdad es que ha funcionado respecto al número de asistentes y el control de seguridad, por lo que lo más pervisible es que se mantenga el cobro para entrar a los encierros entre semana en futuras ediciones de la fiesta.

La necesidad de una entrada para acceder a la plaza facilita que los asistentes pasen el control de acceso de uno en uno, de manera que el personal de seguridad pueda revisar con mayor facilidad qué objetos se introducen al espectáculo taurino. En la entrada principal al recinto, antes de entregar la entrada, cinco personas de seguridad requisan los objetos susceptibles de ser lanzados al ruedo. Esto ha hecho que disminuya, por ejemplo, el número de botellas que eran arrojadas a los primeros corredores que entraban en la plaza. Mejora en el comportamiento que se debe también a que a las ocho menos cinco, en las dos pantallas instaladas en la andanada se advierte de que aquel aficionado que tire algún objeto será detenido y sancionado. Información que llega mientras ocho policías forales se colocan mirando hacia el tendido en la zona del callejón.

Esta es la principal satisfacción de la MECA, que considera que la plaza se ha vuelto “más cívica” porque la gente tiene la sensación de “estar en un espectáculo controlado”. No resulta tan satisfactorio el gasto que ha supuesto para la entidad organizadora de los eventos en el coso. Creen, pese a no conocer todavía los datos completos de las fiestas, que los encierros pueden resultar deficitarios. A pesar de cobrar entrada, dicen los organizadores, aumentan los sueldos y el número de personal contratado. Ha aumentado el número de personas que venden entradas en taquilla, ha aumentado también el número de personas que cortan las entradas y el personal de seguridad. A esto se suman las animaciones en las pantallas y el sistema de sonido. Con todo, no saben si la plaza dará un beneficio mínimo o, incluso, si será deficitaria en cuanto a los encierros se refiere. En todo caso, también en las dos pantallas gigantes instaladas en la plaza, se recuerda a los espectadores que con el precio de la entrada al encierro y a las corridas, están contribuyendo con la Casa de Misericordia, entidad que se dedica al cuidado de personas mayores.

El único inconveniente del que han tomado nota los organizadores son las grandes colas que se han formado a la entrada de la plaza para adquirir la entrada a primera hora de la mañana, por lo que estudiarán nuevas fórmulas que agilicen este trabajo en próximas ediciones. Es notable, además, el cambio en el ambiente del coso. Un 'speaker' ameniza la hora previa al encierro. Por ejemplo, anuncia cuál va a ser la próxima canción de La Banda del Maestro Bravo mientras en las pantallas se proyecta parte de la letra para quien quiera cantar.

Desde la perspectiva del espectador, hay otros cambios notables. La venta de entradas numeradas hace que las 'cuadrillas', que animaban a la plaza, se dispersen por la plaza en lugar de concentrarse alrededor del tendido 6, que era lo habitual, lo que dificulta que el público se anime al unísono a entonar las canciones o bailar el 'chocolatero'. Por el contrario, el espectáculo de vaquillas es mucho más ameno debido a los comentarios de 'speaker' que anima a los corredores que han tenido algún percance con sus ropas a que se acerquen a Alonso a por unos pantalones o a por alpargatas a la Mañueta, o recomienda a los corredores que “den cremita” al que acaba de ser arrollado por la vaquilla.

Una de las dudas era si el cobro por entrar a ver el encierro supondría una mayor afluencia de corredores en la primera línea de estafeta, que pisan la arena, incluso, antes de que los toros salgan del corral. Sin embargo, no se ha notado un aumento de este tipo de corredores. En cierto modo, dicen desde la MECA, porque también ha aumentado el control de acceso al recorrido del encierro. La realidad es que este año ha habido menos corredores en esa primera línea de Estafeta, por lo que ha descendido también el número de personas que entraba en primer lugar en la plaza y era insultado por la afición desde el tendido.

Precios en la plaza

Este año, por primera vez, se ha pagado por entrar en la plaza todos los días de las fiestas, también entre semana. La entrada el fin de semana y el día festivo, el día 7, ha sido de 6 euros, mientras que entre semana la entrada ha costado la mitad, 3 euros. Además para estos días se ha establecido un precio especial para los niños menores de 12 años de 1 euro. Hasta ahora, únicamente se pagaba los fines de semana y festivos, siendo la entrada libre el resto de días de las fiestas.