Grandes proyectos frente a actuaciones del día a día. Este el debate que, de nuevo, tendrá lugar este jueves en el Parlamento de Navarra, a donde acude una representación de las federaciones deportivas navarras. Estos colectivos ya han denunciado las dificultades que sufren para recibir las subvenciones del Gobierno Foral; la última vez, lo hicieron ante el Pabellón Reyno Arena, que ha costado más de 58 millones de euros y continúa cerrado. Ahora, buscarán el apoyo de los grupos parlamentarios para solventar sus dificultades económicas.
“Algo hace mal el Gobierno cuando recibe las críticas de 41 federaciones deportivas tan diversas”, ha apuntado en alguna ocasión el portavoz de estos colectivos y presidente de la Federación Navarra de Rugby, Javier Lorente. En la actualidad, Navarra cuenta con 43 federaciones deportivas, y representantes de 41 de ellas (que, en total, agrupan a alrededor de 1.110 clubes) han participado en estas movilizaciones para exigir al Ejecutivo Foral que aclare el sistema de subvenciones.
En concreto, las asociaciones denuncian los problemas sufridos para el cobro de las ayudas, dado que en 2012 se cambió el sistema, que entonces se regía mediante convenios con cada una de estas entidades, para pasar a otro mediante el que el Gobierno Foral aporta un porcentaje de las actividades que va a organizar cada federación. De esta forma, si estas actividades se ajustan, las entidades tendrían que devolver parte del importe aportado. Las críticas surgen porque, a pesar de que el Gobierno defiende que así aumenta el control del dinero público, las federaciones creen que se ha creado un lío que, entre otras cuestiones, obliga a cada colectivo a adelantar a menudo el dinero de estos eventos. Y que, además, no garantiza la pervivencia de los colectivos.
La oposición ya se ha hecho eco de estas críticas, y ahora los grupos de PSN, Bildu, Aralar-NaBai, PP, Izquierda-Ezkerra y Geroa Bai han solicitado que las federaciones expliquen al detalle esta situación que, según denuncian los colectivos, se trata de un recorte económico “encubierto”. Varios partidos han censurado este ajuste precisamente porque afecta a entidades que garantizan las actividades deportivas del día a día en Navarra, y lo han comparado con la inversión de más 58 millones realizada por el Gobierno de Navarra en un proyecto como el Pabellón Arena que, hasta la fecha y a pesar de lo que se había prometido, sigue cerrado y sin usos conocidos.