‘Converger para ganar’. Esta la charla que, este viernes a las 18:30 horas en la Escuela Navarra de Teatro, impartirá el diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón. En pleno debate sobre las posibles coaliciones de izquierda, sobre si este joven (Logroño, 1985) encabezará el partido en las próximas elecciones, Garzón explica su apuesta por que los partidos de izquierdas se unan para aprovechar “una oportunidad histórica”. En el acto en Pamplona (que estará moderado por la periodista de eldiarionorte Navarra Celia Bustamante), por si no fuera evidente por el título, estarán presentes representantes de formaciones como Podemos o Equo. Todo un símbolo contra la disgregación.
El viernes acude a Pamplona y anuncia una conferencia de prensa en frente del pabellón Reino Arena, un recinto que costó más de 60 millones y sigue cerrado. Las intenciones están claras…pabellón Reino Arena
Es fundamental lograr ese punto de simbología, y recordar que aquellos despilfarros son los responsables de los dramas actuales. Esto no es algo que se reduzca a este caso, sino que ha pasado en el conjunto del Estado. Es necesario explicar que, tras los casos de corrupción, los que salen y los que están pendientes, hay adjudicaciones sin sentido como esta. Y siempre hay alguien que construye esos proyectos. Esa parte de la corrupción a veces se olvida, que es la de quien recibe esos contratos.
Desde Izquierda Unida insisten mucho en esa figura de los corruptores. ¿Y la responsabilidad de los políticos?figura de los corruptores
Hay una cuestión muy perjudicial para la sociedad, que es pensar que en política todos son iguales, y que entonces la solución pasa por resignarse. Pero creo que no deben irse de rositas esas elites económicas, que son las grandes empresas que se dedican a sobornar a los entes públicos. Ambos, insisto, son responsables de esos casos de corrupción.
Pero no habría corruptores si no hubiera quien se deja comprar.
El problema de la corrupción es estructural en este país. Hay que recordar que, por ejemplo, mientras se construía ese pabellón Reyno Arena, se creaban puestos de trabajo, había una burbuja inmobiliaria y quien hablaba de milagros económicos. Y, detrás, teníamos esta red de corrupción y prácticas mafiosas. Todos son igual de responsables. Por todo esto, me apena mucho que en casos como el de Caja Madrid haya habido responsables nombrados por Izquierda Unida. Reaccionamos con la expulsión y es como había que hacerlo, porque esas personas son ladrones, no gente de izquierdas. Ahora mismo, la última barrera para estos casos siempre es la de la honestidad, pero creo que deberían ponerse también más barreras legales, para que no se dependa solo de la ética. Uno de los grandes problemas del país es el dominio del poder privado. Al final, en las decisiones más importantes del poder público mandan quienes no se presentan a las elecciones.
Al hablar de poner más barreras legales, parece que desconfía de las personas.
La historia de la política está marcada por cómo la corrupción ha penetrado en todos los sistemas políticos. Y los valores se han ido dañando. Por eso insisto en que hay que trabajar en el rediseño de las instituciones. No se trata solo de que pesen los principios, sino también las reglas. Hay que impedir la corrupción en las instituciones, tanto la ilegal como la legal, que es el desmantelamiento de lo público.
¿Corremos el peligro de que la regeneración en política pase por nuevas caras y no por un nuevo sistema?
Absolutamente. Estamos en un tiempo histórico donde la superficialidad pesa más que la reflexión sosegada. Twitter y sus 140 caracteres parecen más importantes que la reflexión de un libro. Y un mero recambio de líderes políticos al final pertenecería al terreno de lo propagandístico.
¿No es usted uno de esos nuevos líderes? ¿No va a tener que aceptar ser parte de la propaganda?
En IU se sientan primero las bases del proyecto y, luego, se eligen las caras. El debate no debe ser sobre liderazgo individual, porque de nada vale un líder si no hay un proyecto político detrás. Sí es importante que haya un líder con carisma, con capacidad comunicativa, y Julio Anguita por ejemplo lo representaba muy bien. Así que sería deshonesto si no admitiera que estoy dispuesto a presentarme a las Primarias, pero debe ser la propia militancia la que me lo pida.
Habla de Julio Anguita. En aquel momento, IU parecía romper el bipartidismo y, desde entonces, se ha diluido. ¿Se han dormido?
Pienso que es el reflejo del conformismo reinante en la sociedad. Hace unos años, el bipartidismo acaparó el 80% de los votos. Pero cuando IU tenía el 4% de los votos decíamos lo mismo que ahora. Lo que pasa es que el contexto político ha cambiado, estamos ante un cambio de era: la concepción del mundo ha cambiado, ante la gravedad de la crisis.
El auge de Podemos es evidente. Sin embargo, parece haber moderado su discurso de izquierda. ¿Para gobernar es necesario acercarse al centro?
Yo no comparto esa estrategia. La izquierda debe convencer de que es necesaria, no amoldarse al sentimiento común. Todo lo contrario. Tenemos que levantar la bandera del feminismo, la República, los derechos humanos de los inmigrantes…
Usted fue miembro de las Juventudes Comunistas. ¿Ser presentado como ‘rojo’ le resta votos?
Apoyar la República es algo que está marcado en España por una dictadura de 40 años, y que parece asociado a la Guerra Civil. Pero creo que apoyar la República es defender los derechos humanos y ser miembro del Partido Comunista es también apostar, por ejemplo, por una defensa de la sanidad y la educación públicas.
¿La fragmentación hace daño a la izquierda?
La fragmentación de la izquierda es muy positiva para la derecha, que siempre va muy cohesionada. Y creo que la izquierda debe aprovechar esta oportunidad y no acudir fragmentada. Al final, a la gente le da igual si hay decisiones de coalición que se toman en un despacho, lo importante es que se solucionen sus problemas. Si no, consolidaremos un mundo donde los hospitales o las viviendas son propiedad de fondos ‘buitre’.
¿Van a acudir a las elecciones en coalición con Podemos y Equo?
Vamos a intentarlo. Por Izquierda Unida no se frustrará esta posibilidad histórica. Hay que respetar las decisiones autónomas de cada organización, pero creo que podemos encontrarnos en espacios comunes y en una estrategia común.
¿Y en ese espacio común hay más posibilidad de entendimiento, por ejemplo, con Bildu que con el Partido Socialista?
En el caso de Navarra, el PSN ha estado apoyando la corrupción. Se ha visto por ejemplo en la frustrada moción de censura que el PSN es parte del problema y no de la solución.
Pero, insisto, ¿entonces es más factible un acuerdo con Bildu?un acuerdo con Bildu
Serán los compañeros de Navarra los que establezcan esas conversaciones, pero creo que lo importante es mejorar las condiciones de la gente. Si Bildu comparte esos postulados, a lo mejor sí es más fácil llegar a acuerdos.