Fuenting, Fountain Jump, el salto del guiri o, simplemente, la escalada a la fuente de Navarrería (o Santa Cecilia), desde donde se salta para ser recogido por los asistentes a esta plaza del Casco Viejo pamplonés. Esta práctica, arraigada el 6 de julio en Pamplona pese a que no figure entre las tradiciones oficiales sanfermineras, tiene denominaciones más o menos (des)acertadas, pero en cualquier caso desde el Ayuntamiento de Pamplona insisten en la necesidad de ponerle fin. Eso sí, pretenden hacerlo con campañas de concienciación a largo plazo más que con una vigilancia policial a corto.
El Consistorio ya llevó a cabo una campaña en 2012, con un llamativo cartel en el que se muestra uno de estos saltos y se recuerda que está prohibido (el lema era No, don’t do it), que no es una tradición de las fiestas (sino una práctica que, sobre todo, llevan a cabo personas extranjeras durante el inicio de los festejos, y a menudo entre gritos sexistas si quien sube es una chica) y que supone un riesgo para su seguridad. El año pasado, por ejemplo, según recogió Diario de Navarra, un estadounidense de 25 años resultó herido grave: tras saltar, quedó inconsciente y fue trasladado al Complejo Hospitalario de Navarra, donde se le operó de una fractura cervical.
Lo llamativo, según reconocen fuentes municipales, es que ese cartel haya vuelto a aparecer durante estas semanas en las redes sociales, algo que no estaba previsto pero que se entiende como una muestra de la preocupación por este tipo de actos. Los saltos, además, son sancionables, a pesar de no contar con un reglamento específico en su contra. Desde la guardia urbana explican que están recogidas en la ordenanza de civismo, que pretende proteger bienes y espacios públicos frente a agresiones y frente, y aquí está la clave, “usos ilícitos”. Este tipo de infracciones, consideradas leves, pueden conllevar multas de hasta 750 euros.
Concienciación contra una imagen asentada
En cualquier caso, desde la Policía Municipal no tienen previsto realizar un operativo de vigilancia especial que impida subir a la fuente, dada su dificultad al tratarse de uno de los puntos que congregan a más público poco después del Chupinazo y porque, según apuntan, impedirlo solo trasladaría el problema a otro punto. Cabe recordar que la fuente (obra del pintor Luis Paret y que antaño no se ubicó en un punto cercano, pero fue trasladada a la plaza hace más de un siglo) ya se desmontó en 2009 para ser restaurada, como parte de la nueva urbanización de la zona. Y, a su vuelta, regresaron los saltos.
La campaña que se llevó a cabo hace tres años se centró en la concienciación. Y en inglés, para así facilitarla a los tour operadores y llegar a ciudadanos y ciudadanas de Australia, Nueva Zelanda o Gran Bretaña, entre otros destinos. Los carteles, además, también se distribuyeron por áreas de camping y locales hosteleros.
Desde la Policía asumen que, en poco tiempo, será difícil evitar esta práctica, entre los excesos festivos y el hecho de ver a menudo este tipo de imágenes como si fueran parte de las fiestas; con todo, creen que el hecho de que este tipo de campañas se recuerden ayudan a que, poco a poco, el disfrute de la fiesta no tenga por qué estar reñido con el sentido común.