/göo! se ha hecho un nombre en la escena DJ más allá de Pamplona. Por el nombre, homenaje a un disco de Sonic Youth, muchos piensan a menudo en un origen extranjero. Pero, por mucho que pasara cuatro años viajando entre Inglaterra, Suecia o Barcelona, este artista de los platos es muy de su ciudad. Fermín Lorente (Pamplona, 1982), que así es su verdadero nombre, actuará por triplicado durante los próximos Sanfermines: dos veces en la plaza de los Fueros (el día 6, a partir de las 21.30 horas, y el 9, como telonero de Calle 13) y otra en el Gora Iruña! (también durante la noche del 6, pero desde las 01.30 horas). Y ya piensa en cómo adaptarse al público sanferminero, porque este joven navarro y promotor musical sabe que no es lo mismo actuar como residente en el bar Nicolette de Pamplona o en la sala Apolo de Barcelona, lugares donde regenta habitualmente la cabina, que actuar para un público que exige intensidad desde el principio como ocurre en San Fermín. A ellos les promete, como siempre, una actuación meditada, algo de margen para la improvisación y mezclas que pueden sonar imposibles. Johnny Cash, Fatboy Slim, Public Enemy o Negu Gorriak… todos están ya en la cabeza y en las manos de /göo!
Pregunta. ¿Cuántas personas preguntan si de verdad /göo! es pamplonés?
Respuesta. Sí, hay quien todavía se sorprende. La verdad es que no es fácil ser un DJ fuera de Madrid o de Barcelona. Aquí, en Pamplona, hay bastante tradición de grupos de rock&roll, pero no tanto de electrónica.
P. Para formarse como DJ, ¿era necesario viajar fuera de la ciudad?
R. Sí es verdad que salir fuera ayuda mucho. Viajar te permite conocer otras culturas, otros escenarios, y te obliga a adaptarte a todo. Al final, tras diez años en esto, he pinchado drum&basss, techno, experimental… cualquier cosa. Y he podido trabajar con Vladislav Delay o Andrew Weatherall, he teloneado a Asian Dub Foundation y ahora con Calle 13…
P. El grupo de Puerto Rico es una de las cabezas de cartel de los sanfermines 2014, y usted actúa justo antes en los Fueros. ¿Un lujo?
R. Siempre es un reto adaptarte a diferente tipo de público…
P. … Y la repercusión será mayor.
R. Ya, pero tampoco la busco. Yo reivindico mucho la ciudad pequeña. Igual en Madrid o Barcelona podría tener más facilidades para hacer contactos, pero sigo aquí. También trabajo desde aquí, con el sello de Farmway Records, y llevo a grupos incluso de otras partes de Europa a los que no conozco en persona. Hoy en día, esta labor de promoción tiene muchas facilidades. Ya no hay que enviar todo por correo, basta con un WeTransfer y puedes llegar a muchas partes. Y, con todo, yo siempre envío algo físico. Es difícil si no llegar a compañías que reciben cientos de e-mails al día.
P. De todas formas, tiene que notar una diferencia con respecto a hace diez años.
R. Sí, no puedo quejarme. Tampoco la gente puede creerse que te lluevan las contrataciones, que desde el BBK Live o Fever te llamen porque les gustas y llaman a tu puerta. A veces es cuestión de mandar muchos e-mails, de pelear esas oportunidades; otras veces es casualidad, porque acabas de sacar un disco [en el caso de /göo! fue en junio de 2013, titulado ‘Laguna remixes’] o suerte.
P. Por lo que sea, pero actúa tres veces en San Fermín. No puede decirlo cualquiera.
R. Sí, ya actué hace tres años y, en 2013, por primera vez en los Fueros. La verdad es que me sorprendió la cantidad de público que acudió.
P. ¿Desde el escenario se puede notar qué convence o no al público?
R. Mucho. Te das cuenta de todo. Por cómo la gente baila, grita o reacciona.
P. Pese a tanta improvisación y tanta mezcla, ¿cree que la gente ya le reconoce un estilo propio?
P. Creo que sí. Yo hago mi propia versión de la pachanga sanferminera. Y en ella hay The Clash, El Columpio Asesino o, incluso, The Velvet Underground.
P. Quizá ese estilo, más indie, choca con la imagen habitual de Pamplona.
R. Esto es sanfermines, y es díficil que con una programación de conciertos contentes a todo el mundo. Yo agradezco que un día pueda ver, yo qué se, a Matthew Parker, pero entiendo que eso no mueve a mucho público. Por ejemplo, los conciertos que organizo aquí habitualmente son para 250 personas. No hay que buscar siempre esos grandes festivales que atraen a miles de personas; porque igual, para mí, lo importante es traer ese grupo para 250 personas a mi ciudad.