Navarra registró en 2014 un total de 6.457 accidentes laborales durante la jornada laboral, y 7.166 si también se tiene en cuenta los producidos cuando la persona se dirigía al trabajo. La primera cifra supone un aumento del 7,3% con respecto al año anterior (6.015 siniestros), un dato ya de por sí preocupante (hubo doce accidentes mortales), pero que, como ya denunció el sindicato UGT, resulta aún más sensible si se tiene en cuenta la tendencia: porque desde 2013, cuando la siniestralidad también aumentó un 4,1%, se produjo un cambio y la incidencia de accidentes empezó a subir tras nueve años de descensos continuados. ¿Qué ha influido en ello? Desde el Instituto de Salud Pública y Laboral y desde la propia Unión General de Trabajadores han dado su opinión al respecto.
El Gobierno Foral ha explicado, a través de un comunicado, que casi uno de cada tres accidentes está asociado a una mala organización del trabajo. Ya sea por un método de trabajo inadecuado, instrucciones insuficientes o una selección incorrecta del equipo. Así se desprende de un estudio realizado por el mencionado instituto en torno a 120 accidentes laborales registrados durante el pasado año, una labor para la que se consulta al personal de la empresa, representantes de salud laboral e, incluso, del propio trabajador o trabajadora accidentados. El objetivo, de esta manera, es detectar carencias preventivas y puntos de mejora. Y cabe destacar que en los accidentes considerados graves, muy graves o mortales, la persona afectada tenía menos de cinco meses de experiencia en el puesto.
En ese mismo estudio, la segunda razón que influye en este tipo de siniestros es la prevención, ya sea porque no se identifican los riesgos, no se adoptan medidas preventivas ni hay el adecuado mantenimiento. En este punto es en el que centra su análisis el sindicato UGT, que en un estudio realizado por su Departamento de Salud Laboral apunta como una de las causas principales del aumento de la siniestralidad a los recortes en prevención, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas.
Para realizar este informe, según explican desde el departamento, la central tiene en cuenta la aportación de sus propios delegados o delegadas, y la impresión es que, con motivo de la crisis, se ha ahorrado en prevención. “La respuesta de las empresas a la crisis económica se ha materializado por dos vías: costes de personal y condiciones de trabajo. En el primer caso, se ha traducido en ajustes salariales y de plantilla, y en el segundo, entre otras cosas, se ha sacrificado la seguridad como vía de ahorro”, ha manifestado a través de una nota la secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de UGT Navarra, María Simón.
En este sentido, destaca el porcentaje de realización de algunas medidas, exigibles por ley, en las empresas estudiadas. La gran mayoría (99%) estudian los riesgos o cuenta con una planificación de la actividad preventiva (81%), pero apenas un 18% hace una ejecución eficaz de esa planificación, solo un 16% realiza una investigación de los riesgos psicosociales y un 9% identifica las tareas de especial peligrosidad.
¿Quiere eso decir que la prevención no se toma en serio? Fuentes de UGT no creen que la situación llegue a eso, pero sí que, tras una evaluación de riesgos, estos “pueden guardarse en un cajón” y no tomarse medidas. “Lo importante no solo es que se identifiquen los riesgos, sino que también se implique en su resolución a toda la cadena de mando porque, de lo contrario, se pueden obviar las instrucciones y no mejorar la prevención”. Una situación, por tanto, a la que no solo ha afectado la crisis, sino también un problema más de fondo: la falta de una cultura preventiva.
Siniestralidad y precariedad, dos cuestiones ligadas
Con todo, este arranque de año ha dejado un dato para la esperanza: durante el primer trimestre de 2015, según informó recientemente el Gobierno Foral, el índice de siniestralidad se redujo un 3,8% con respecto al mismo periodo de 2014. Hubo 1.808 accidentes laborales, frente a los 1.879 del año anterior. No obstante, también se produjeron dos siniestros mortales, cuando en 2014 hubo uno. Y en mayo de este año, la cifra ascendió a siete.
Tras este tipo de sucesos, sindicatos como CCOO y UGT han insistido en la necesidad de cumplir las normas de riesgos laborales, mientras que centrales como ELA y LAB han advertido de que la siniestralidad y la precariedad laboral están íntimamente ligadas. Entonces, Geroa Bai subrayó la necesidad de promover el empleo de la calidad (una de las frases más repetidas por la presidenta, Uxue Barkos) para combatir estas “deficientes condiciones de salud y seguridad”; ahora, las cifras siguen poniendo el foco sobre esta situación.