Sobrecualificación y más empleos por horas. Las dos cuestiones afectan de forma especial a la población de Navarra de entre 16 y 29 años, según el Observatorio de Emancipación realizado por el Consejo de la Juventud de España a finales de 2014. Esos factores, según ha apuntado esta semana el presidente del Consejo Navarro, Eduardo Alonso, dificultan que los y las jóvenes de la comunidad dejen el hogar familiar, algo que en cualquier caso ocurre en Navarra en mayor grado (el 24,1% de las personas de 16 a 29 años está emancipada) que en otras autonomías. Otra cuestión es que la población aquí apueste por una mayor formación (casi el 66% de las personas de 16 a 29 años tiene estudios secundarios postobligatorios o superiores, 9,7 puntos más que la media estatal) y de aquí que Alonso recordara que la juventud, tras avanzar en su educación, se pregunte “¿Y ahora qué? ¿Otro máster?”.
¿Cuáles son las causas de ese descontento? Los estudios anunciados por sindicatos como CCOO y UGT durante esta semana, con motivo de la celebración el pasado 12 de agosto del Día Internacional de la Juventud, ayudan a comprender por qué la etiqueta que los consejos españoles de la juventud utilizaron durante la jornada en las redes sociales fue #mequema.
Una de estas razones es la precariedad laboral. CCOO Navarra ha presentado esta semana un informe al respecto, en el que, básicamente, ahonda no solo en las grandes cifras de empleo, sino también en las condiciones en las que este se está generando. Los sindicatos, a cada presentación de balances positivos que ahora ven cerca el final de la crisis (el desempleo afectaba en el segundo trimestre del año a 14.600 jóvenes de 16 a 34 años, 6.000 menos que en el trimestre anterior y 10.100 menos que el año anterior), han respondido alertando de la precariedad de los empleos creados. Porque CCOO asegura que se trata de trabajos “mayoritariamente precarios, a tiempo parcial y remunerados con salarios bajos”. De ahí que hable de pobreza laboral.
Así, detalla que durante el segundo trimestre de 2015 había 51.700 personas trabajando a tiempo parcial en Navarra, frente a las alrededor de 41.400 de dos años atrás. También ha aumentado en la misma línea la temporalidad: 57.700 personas en el segundo trimestre de 2015 frente a las 43.400 de ese periodo en 2013. Lo llamativo de estos datos es cómo están copados por las mujeres, porque CCOO ya ha asegurado con insistencia que quienes más están pagando la crisis son las trabajadoras, la población inmigrante y la juventud. La temporalidad, en cualquier caso, sí se ha reducido entre los jóvenes (una caída del 28,68%), según los datos de UGT Navarra, algo que el sindicato atribuye a que también hay menos población ocupada.
La Unión General de Trabajadores ha incidido en esta línea, también esta semana, al apuntar que el empleo a tiempo parcial ha aumentado un 49,54% entre 2008 y 2015 entre los jóvenes menores de 35 años. En el conjunto de la población, lo hizo un 37,86%. Eso quiere decir, según explica Estíbaliz García, integrante del Departamento de Juventud y Mujer de la central, que lo habitual son contratos parciales, por horas, y por tanto con sueldos bajos. “Y no es algo que solo afecte temporalmente a los jóvenes, sino que se mantiene hasta los 35 años”, afirma. De ahí que las personas jóvenes sientan que “no pueden emanciparse y que llegan justos a un alquiler”, algo a lo que, según estima el Consejo de la Juventud de España, tendría que destinar el 49,2% de su salario en Navarra. Y eso a pesar de que, según las mismas fuentes, Navarra presenta la segunda tasa de emancipación más alta de España entre los 16 y los 34 años.
Un plan de choque para evitar la “frustración”
Ante este panorama, desde entidades como el Consejo Navarro de la Juventud entienden que haya quien decida hacer las maletas y buscar oportunidades en otras zonas. Los datos indican, no obstante, que ese flujo migratorio ha sido menor ahora entre los jóvenes de menos de 30 años, tras dos años con cifras elevadas. Con todo, el Observatorio Navarro de la Juventud ya concluyó a finales de 2014 que prácticamente uno de cada dos jóvenes estaba dispuesto a irse al extranjero para trabajar.
Y, ahora, entidades como UGT piden al nuevo Gobierno Foral un plan de choque para evitar que el acceso al empleo de las nuevas generaciones esté marcado por la precariedad y la desigualdad. Porque, como afirma García, todas estas cifras generan “frustración” entre una población joven como la navarra que se pregunta “¿nos hemos preparado tanto para esto?”.