“Las conclusiones del informe de la UPNA es lo que constatamos a diario, en nuestra intervención directa con las familias”. La plataforma de la renta básica respalda, de esta forma, el análisis realizado por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) sobre pobreza severa, y cuyas conclusiones, en las que se habla de una bolsa de pobreza severa de 30.000 personas en la Comunidad Foral y de un error en las políticas sociales guiadas por la austeridad, han levantado ampollas en el Departamento navarro de Políticas Sociales. El propio consejero del ramo, Íñigo Alli, cuestionó las cifras y el Gobierno, un día después, presentó su balance de la Renta de Inclusión Social (un derecho al que se destinaron 51 millones de euros en 2014) y recordó que, según el informe AROPE, sobre el riesgo de pobreza y exclusión, Navarra es (con un 0,6%) la cuarta región europea con menos pobreza severa.
Estas diferencias de opinión, y las críticas del consejero en un e-mail a miembros del Consejo de Bienestar Social y cargos de UPN, según se hizo eco Diario de Navarra, en las que cuestionaba el rigor de esa investigación de la UPNA (atribuyó el resultado a intereses económicos, ya que un plan de 1996 sobre la pobreza se encargó a la UPNA y, en este caso, no ha sido así) han abierto el debate sobre cuál es el nivel de la pobreza severa en Navarra. Otra cuestión, de fondo, es la reacción de Alli cargando contra el director responsable de esa investigación de la UPNA, Miguel Laparra, quien la semana pasada no quiso extenderse en rebatir estas críticas y las atribuyó al “nerviosismo” de Alli y a su “fracaso” en la gestión social de la crisis.
Lo cierto es que esas palabras de Alli, al menos entre los colectivos consultados, han generado indignación. Algunos la denuncian de forma pública y otros se remiten a la contestación ya realizada por Laparra. Este, cabe recordar, dirige la cátedra CIPARAIIS (Cátedra de Investigación para la Igualdad y la Integración Social), en la que también participan entidades como Cáritas, Cruz Roja Navarra y la Red de lucha contra la pobreza. Preguntadas por esta polémica, desde Cáritas insisten en no entrar a valorar la reacción del consejero, pero también matizan que no tienen por qué respaldar las conclusiones de este II informe sobre Desigualdad, Pobreza y Exclusión Social porque, directamente, han participado en su elaboración; por lo tanto, subrayan que su apoyo a esas conclusiones es “evidente”.
Desde la plataforma de la renta básica, cuyos representantes no participaron en ese estudio pero sí estuvieron la semana pasada en su presentación, dan un paso más, al atribuir las palabras del consejero a un interés electoral (las conclusiones del informe se anunciaron en la misma semana en la que se dio a conocer la lista de UPN al Parlamento; en la que Alli no figura, al menos en los 30 primeros puestos) y a que se cuestiona que las políticas sociales del Gobierno de UPN “han sido muy malas”, apunta una de las integrantes de la entidad, Ana Fernández.
Cabe preguntarse, no obstante, por qué el informe no se limita a ofrecer el diagnóstico, pero en sus propias conclusiones ya argumenta que el texto “no pretende ser un documento de denuncia sin más, sino que trata de aportar referencias y conocimiento para la búsqueda de soluciones”, en el ámbito político y en el técnico.
Sin embargo, ese diagnóstico sobre lo realizado en Navarra en políticas sociales difiere. Por un lado, el Gobierno Foral ha recordado que en Navarra se destina la RIS a una de cada 25 personas, mientras que la media nacional es de una cada 175. Y, por otro, la investigación de la UPNA advierte de que, pese a que la crisis es menos agresiva, la bolsa de pobreza severa se mantiene ajena a la anunciada recuperación económica, que esta situación de necesidad es más intensa y que su tendencia es a “hacerse más grande”.
“Hablamos de vidas humanas”
En este sentido, fuentes del Banco de Alimentos de Navarra (integrada en la Red de lucha contra la pobreza, que también colabora con CIPARAIIS) apuntan que, cada mes, la entidad reparte alimentos entre diversas entidades sociales hasta llegar a 38.000 personas. En 2008, por ejemplo, eran 20.000. De ahí que consideren que las cifras cuadran con las ofrecidas por el equipo de la UPNA. La propia presidenta de la Red de lucha contra la pobreza, Lidia Almirantearena, cree además que “cualquiera puede darse cuenta de que la pobreza en Navarra ha aumentado” y que, de hecho, “se está enquistando”. Por lo que pide que se dejen a un lado las polémicas y que las instituciones se centren en guiarse por informes como este para “analizar qué medidas adoptar”, porque las realizadas hasta ahora han resultado “insuficientes”.
Eliana Alemán, de la ONG París 365, alega que apenas conoce el informe de la UPNA, pero sí tiene claro que centrar el debate “en fotos fijas” no ayuda a solventar esa solución: “Hablamos de procesos que, si no se resuelven, se deterioran. De lo que se trata es de sacar este tema de discusión de los indicadores. Hablamos de vidas humanas”.