“Lo que quiero es que mi producto tenga un valor mínimo, que esté estandarizado, que me permita cubrir los costes y pueda vivir”. Peio Dorai, ganadero de 54 años de Basaburua (Navarra), reconoce que las explotaciones ganaderas de Navarra y Euskadi están entre las “menos castigadas” por la llamada crisis láctea y, sin embargo, se muestra poco esperanzado con el futuro del sector. El registro de explotaciones del Gobierno de Navarra contaba hace diez años con 269 granjas de vacuno de leche y este año, según apuntó el Ejecutivo foral, quedan 192. Y, ahora, Dorai asegura que se afronta un momento clave, porque “hablamos de precios irrisorios, ya no solo por debajo del coste, sino que no llegan ni a la subsistencia”.
El caso de Dorai es uno de los que ha expuesto EHNE, sindicato al que pertenece, para exigir a las instituciones que adopten medidas eficaces ante una situación “indigna”. La central se ha pronunciado de esta forma tras la desaparición de las cuotas de producción (decisión que se activó el pasado mes de abril), que marcaban los límites de producción de cada país, lo que ahora permite producir sin esa barrera, pero también deja al sector expuesto al mercado, algo que en opinión de EHNE está dominado por las distribuidoras. Esta situación ha motivado protestas en Bruselas (en la UE se han barajado medidas como anticipar parte de los pagos de la PAC, incrementar el precio de la intervención de la leche en polvo o promocionar el consumo de lácteos) y Madrid, y una reunión entre el Gobierno central y representantes autonómicos tras la que la consejera navarra de Desarrollo Rural, Isabel Elizalde, cargó contra algunas de las actuaciones (otras consideró que eran interesantes) ya anunciadas por el Ministerio.
La principal crítica se centra en cómo se va a gestionar la ayuda de 300 euros por vaca para explotaciones que no logren la rentabilidad, porque tanto el Ejecutivo navarro como los sindicatos dudan de que vaya a llegar en algún caso a la Comunidad Foral. UPN también ha trasladado esta preocupación al Senado, donde el compromiso de la ministra de Agricultura, Isabel Tejerina, es el de facilitar las ayudas a explotaciones que se encuentren por debajo del umbral de rentabilidad o a aquellas cuya rentabilidad esté condicionada a “esfuerzos de modernización”, según ha precisado el partido regionalista a través de un comunicado.
El Gobierno navarro, por su parte, recordó recientemente que el precio que perciben la ganadería navarra es de unos 0.28-0.32 céntimos por litro, mientras que el de producción estimado por el Ministerio es de 0.34. De ahí que Elizalde hablara de una situación “insostenible” a corto plazo, que obliga a las explotaciones a evitar inversiones. En el caso de Navarra, la clave está en la concentración de estas granjas en la Montaña, y de ahí que el Ejecutivo insista en que este sector vertebra el territorio, por la dificultad de encontrar una alternativa laboral en estos municipios.
El debate de fondo
Dorai, en su caso, con una explotación de 130 vacas que saca adelante “con otro socio, un trabajador y la ayuda familiar”, asegura que la situación es grave, aunque en Navarra y el País Vasco haya firmas como Kaiku con las que se ha permitido “mantener el tipo”, a diferencia de otras autonomías (habla, por ejemplo, de Galicia o Castilla y León). En su opinión, la clave está en asegurar que las distribuidoras marquen un precio digno, y por ello pide que en las reuniones que puedan convocar las instituciones se incluya a estas empresas, donde la clientela compra la leche. De lo contrario, se adoptarían únicamente “parches” inmediatos pero no una solución de fondo para la crisis láctea. La organización agraria UAGN, por ejemplo, también insistió recientemente en que era necesaria una solución “sin precedentes” para salvar al sector, que implicara a cada eslabón de la cadena.
Desde el Departamento foral de Desarrollo Rural ya anunciaron que su objetivo era crear con urgencia una mesa para abordar esta problemática, y desde el área confirman que el objetivo es contar con representación de la producción, la distribución y el sector industrial (que transforman la leche). Y para iniciar las reuniones, como fecha se baraja este próximo viernes. La meta es lograr un equilibrio en el precio que, por el momento, parece inalcanzable. Y más si se tiene en cuenta el entramado, del mercado e institucional, que exige la propuesta.
(Edición actualizada).