Cuatro puntos de fricción sobre cómo funcionan las Urgencias

Un servicio que funciona “razonablemente bien” frente a otro con múltiples “deficiencias”. La Dirección del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) y representantes de la plantilla de Urgencias dieron a los grupos parlamentarios dos versiones contrapuestas de cómo funciona el nuevo edificio unificado. Pero, ¿de verdad estas dos visiones resultan tan contradictorias? La reciente promesa del Gobierno Foral de implantar mejoras en el sistema de localización de pacientes, de contar con una Jefatura de celadores y de agilizar el sistema de ingreso desde las Urgencias confirma que hay problemas en estos tres ámbitos, tres de las claves denunciadas precisamente por la plantilla, que ha pedido más concreción en torno a estas propuestas de mejora para que no sean promesas lanzadas al viento, sino pasos en firme.

100 días después de la apertura, un grupo de trabajo de empleados y empleadas de Urgencias de diversos estamentos (celadores, técnicos de rayos, auxiliares de enfermería, Enfermería, Medicina, e incluso administrativos, que no están en Urgencias; en suma, alrededor de 23 personas) que se reúnen habitualmente los jueves para estudiar problemas y proponer soluciones redactó una carta en la que ya advertían de la saturación del servicio y de la falta de implicación de la Dirección. Esta, a la que la Comisión de Personal ha decidido plantar en sus reuniones periódicas, dio recientemente una versión muy distinta ante los grupos parlamentarios en la que reconoció carencias, pero insistió en que se habían mejorado, por ejemplo, los ratios de respuesta. Y ese informe motivó, a su vez, un informe alternativo por parte de ese grupo de trabajo de la plantilla en el que se repasa cada área y se habla de problemas de localización de los y las pacientes, tiempos de espera excesivos, saturación de las instalaciones, falta de material básico (camillas, sillas de ruedas, mantas...) y necesidad de más personal. Fuentes de la propia plantilla destacan las claves porque, según aseguran, los y las pacientes “no siempre se dan cuenta” de estas deficiencias. Estos son cuatro de los principales puntos de fricción entre el informe de Dirección y el de la plantilla.

1. Las prisas y la falta de coordinación

Las nuevas Urgencias, que unifican los servicios que hasta entonces se prestaban en el Hospital de Navarra y en Virgen del Camino, se abrieron el pasado 8 de octubre. El edificio, en principio pensado únicamente para el Hospital de Navarra, finalmente ha servido para un proyecto mucho más ambicioso (se presupuestó en 2011 en 21,3 millones de euros) de agrupar equipos, material y protocolos. Y eso ya generó algunas dudas sobre el recinto (su arquitecto, Carmelo Fernández, ha defendido el detalle del plan funcional realizado por la administración para este proyecto, porque se analizó “el funcionamiento de muchos centros”), pero más todavía sobre la fecha escogida (desde la oposición se habló de prisas), la falta de planificación previa y los problemas de coordinación posteriores. Los sindicatos ya denunciaron que se convocara a la plantilla durante las vacaciones para preparar una apertura que, en principio, barajó mayo como mes de estreno, pero que después se retrasó hasta octubre. Y, desde el día de la inauguración, se habló de los problemas de coordinación. El Gobierno Foral primero los atribuyó a las incidencias habituales de un cambio de tanta trascendencia (y que, por tanto, se solventarían con el tiempo), pero la semana pasada ha vuelto a reconocerlos y, ahora, a atribuirlos a la complejidad de esta transformación.

De ahí que desde la plantilla se pregunten por qué en un cambio tan importante han fallado, en su opinión, tantas medidas (ahora se trabaja en protocolos unificados), y hablan de “improvisación” y apertura “precipitada” en un servicio que, según el informe de la propia Dirección, atiende a una media de 298 personas al día (entre octubre de 2014 y enero de 2015), una tendencia que se mantiene.

2. Faltan camillas y material básico

La plantilla ha insistido en que se ha descuidado el material básico en las nuevas Urgencias. Por ejemplo, las camillas actuales son viejas (e inadecuadas para los traslados dentro del propio edificio), resultan insuficientes y están “en mal estado”. También denuncia que falta un protocolo para la limpieza de las camillas, y también se necesitan elementos mecánicos de ayuda para empujarlas. La Dirección, en cambio, defendió que se dispone de 20 camillas especiales a las que recurrir “en caso de necesidad”.

Las camillas son solo un ejemplo en estas diferencias, porque desde la plantilla también lamentan los retrasos en la reparación de las puertas automáticas, la falta de almohadas y mantas, el mal funcionamiento de la bala de analíticas, los constantes fallos en los aparatos de electrocardiograma o los mencionados errores en el sistema de localización. El Gobierno Foral ha anunciado mejoras en este último punto, apostando por instalar un sistema de radiofrecuencia, una vieja demanda de la plantilla, que ahora ha exigido más explicaciones. Sobre el resto, el personal critica que a menudo se mejora la dotación solo tras denunciar las deficiencias ante los medios de comunicación. La Dirección, por su parte, destacó que se han instalado más pantallas para visibilizar la ubicación de los y las pacientes, así como cortinas para ganar intimidad en las salas de boxes; sin embargo, la plantilla critica que, frente a esas medidas, se han olvidado del material más necesario.

3. Las esperas

Uno de los puntos donde más difieren las versiones de la Dirección y de la plantilla. El director del CHN, Víctor Peralta, aseguró que los tiempos de espera global pasaron de 48 minutos en octubre a 36 en noviembre, y que los de los pacientes más graves bajaron de 14,8 a 12 minutos. Desde la plantilla y los sindicatos, por su parte, se desconfía de estos balances, que en su opinión se guían solo por los mayores tiempos de espera de las estadísticas anteriores a la unificación. Para dar una muestra, han presentado la estadística de personas atendidas en Urgencias entre el 2 y el 3 de marzo, de 08:00 a 08:00 horas. Hubo 345 pacientes, y la media en pasar al triaje, desde donde se evalúa su gravedad, fue de 12 minutos. No obstante, 82 pacientes tuvieron que esperar más de un cuarto de hora y de ellos, seis durante 30 minutos o más. En cuanto al servicio médico, los casos más rápidos fueron atendidos tras apenas 4, 9 o 16 minutos de espera, pero quienes más aguardaron lo hicieron durante dos horas y 42 minutos. Para resolver las urgencias de prioridad 3 (se gradúan de 1, las más urgentes, a 5, que pueden demorar su asistencia hasta las cuatro horas), la Dirección recomienda que en torno al 90% sean resueltas en menos de una hora; en este caso, fue de algo más del 60%.

Por último, solo de esa jornada cabe destacar que la media de estancia fue de tres horas y 42 minutos, pero de ellas, 52 estuvieron más de seis horas y seis, más de diez. Pero la clave al interpretar estas cifras para la plantilla es que también hay personas que son derivadas fuera del servicio (normalmente, a consultas de especialista) nada más acceder a él, y por ello su estancia en el centro afecta a las estadísticas: ese día, 17 pacientes pasaron menos de 21 segundos en el servicio. De ahí que la plantilla considere que estos datos afectan a la media y dan una idea equivocada del tiempo de espera habitual.

4. El aumento de plantilla

Uno de los datos en los que ha insistido tanto la Dirección del CHN como el Gobierno de Navarra es que se ha hecho un esfuerzo importante para dotar de más personal a las Urgencias, con refuerzos por ejemplo ante la epidemia de gripe. Y destacaron que se cuenta con otras 34 personas (23 a tiempo completo y 11 parcial; lo que supone un 12% más, según se precisa en el informe de la Dirección). La plantilla, por su parte, pidió explicaciones sobre cómo se reparte este personal, porque cree que se trata de una forma de vender unas cifras irreales, ya que, aseguran, ese personal ya realizaba funciones para Urgencias sin pertenecer oficialmente a ellas. De ahí que ese trasvase sea solo una medida sobre el papel. Una diferencia más en un largo listado.