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Trabajadores de Zalain piden hoy apoyo al Parlamento: “Nadie daba un duro por nosotros y aquí estamos”

“Nos dijeron que pensaban que la fábrica no llegaba a mayo, y aquí estamos. Ahora no sabemos qué pasara”. Esta es la situación que viven los alrededor de 450 trabajadores que suman dos empresas del grupo Condesa, Zalain Transformados de Lesaka y Perfil en Frío en Berriplano. Con un trabajo flexibilizado para que los trabajadores no inviertan tantas horas, con la sensación de que “cerramos o nos venden” y con la amargura de que, pese a todo, “hay trabajo”, según cuenta el delegado sindical de ELA y miembro del Comité de Trabajadores Karmelo Conde.

Para intentar aclarar la situación de la empresa, clave en el entorno del Bidasoa, los integrantes del Comité se concentrarán durante la mañana de hoy frente al Parlamento navarro y se reunirán con representantes de la Comisión de Industria. De la reunión con los partidos esperan información y, ante todo, apoyo. “Nos dicen que la empresa ha pedido ayudas tanto al Gobierno Vasco (Zalain depende del grupo Condesa, con sede en Vitoria, donde también ha habido movilizaciones) y al Gobierno de Navarra. Si ha sido así, esperamos que se exijan condiciones, que no se destruya empleo”.

El problema de Zalain, empresa de tubos especializada en la automoción, es de financiación, no de trabajo. “Calculamos que en 2009 la producción estaba en torno a las 49.000 toneladas y, en 2013, llegamos a las 70.000. Lo cierto es que, con la crisis, han cerrado muchas empresas y nosotros nos hemos hecho con una cuota de mercado importante”, explica. De hecho, en 2010 se crearon casi 100 puestos de trabajo, para rondar entre las dos sedes los 450 empleos. Pero, mientras, desde plantas de Italia, Valencia o Catalunya (cerrada hace dos años) llegaban noticias de ERE de reducción, extinción o clausura. Y de ahí la “incertidumbre” de los trabajadores.

“Al parecer el problema es de financiación. De que el suministrador principal de bovinas de acero, Arcelor Mittal, ha pedido se abonen dinero o que no suministra más material, y el grupo está hipotecado. Se ha crecido con deuda, sin soporte económico, y ahora ha llegado el bajón”, cuenta Conde.

Este delegado sindical reconoce, no obstante, que por parte de los trabajadores hay rumores y poca información. De ahí que acudir al Parlamento suponga una oportunidad. “Están tirando de la flexibilización de los horarios para que no todos los trabajadores acudan a trabajar, porque la empresa puede desregular la jornada durante 16 días, pero esos días se están acabando”, cuenta. ¿Qué pasará después? Conde tiene claro que, hace unos meses, “nadie daba un duro por nosotros” y por el momento siguen ahí. Movilizándose. Pidiendo trabajar. Ahora esperan que el Parlamento sí se vuelque con ellos.