UPN, la anomalía foral dentro de la derecha española
Pese a ser un partido de derechas y socio histórico del PP, en ocasiones ha priorizado su “foralidad” para alcanzar acuerdos con el PSOE e incluso con formaciones nacionalistas como Geroa Bai, coalición del PNV con el partido de la expresidenta navarra Uxue Barkos
Unión del Pueblo Navarro (UPN), partido de derechas, foralista y la fuerza más votada en Navarra desde hace décadas, decidió hace pocas semanas romper el matrimonio político de conveniencia que, con vaivenes de por medio, concertó con el PP —antes Alianza Popular— en 1982. La decisión, promovida por su presidente, Javier Esparza, y que ha contado con el apoyo casi unánime de las bases del partido, supone un reto para UPN, que tras dos legislaturas en la oposición tratará en solitario de devolver a los regionalistas al Palacio de Navarra y explica la anomalía que supone esta formación en el tablero político nacional. Un partido de derechas, que sin ser nacionalista, antepone la foralidad y “singularidad” de Navarra a los intereses de la derecha que defienden partidos como PP y Vox.
Así se entienden sus distintos acuerdos con el PSOE, incluido uno en 2011 para conformar un Gobierno con Yolanda Barcina como presidenta que duró menos de un año, o incluso algunos puntuales con fuerzas nacionalistas como Geroa Bai, coalición del PNV con el partido de la expresidenta navarra Uxue Barkos, en cuestiones como la religión o la educación.
Esta particularidad que supone UPN en el panorama político nacional se entiende en gran media por la propia singularidad de Navarra, la única comunidad foral en España, es decir, con un régimen de autogobierno recogido en la Constitución que únicamente comparte con las tres provincias vascas y que le permite, entre otras cosas, recaudar sus propios impuestos. Así, UPN se define en sus estatutos como un partido “enraizado en los fueros de Navarra”, comunidad a la que define como parte “esencial” y “singular” de España y que es “heredera del antiguo Reino de Navarra”.
Otro elemento que define a UPN es su rechazo frontal a una posible integración de Navarra en Euskadi, cuestión que se podría realizar merced a un procedimiento legal amparado por la Constitución en la disposición transitoria cuarta. Precisamente la incorporación de esta disposición en la carta magna fue la que llevó a Jesús Aizpún a abandonar UCD y fundar Unión del Pueblo Navarro en 1979. Aizpún argumentó entonces su rechazo a la Constitución por dos motivos: porque no “respetaba” los fueros de Navarra y porque “abocaba” a la comunidad foral “indefectiblemente a Euskadi”. “El tiempo ha demostrado que los motivos de la fundación de UPN eran erróneos porque Navarra mantiene sus fueros con la Ley del Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra —el equivalente en Navarra al Estatuto del resto de comunidades autónomas— y la puerta de la transitoria cuarta no se ha abierto”, explica a elDiario.es el histórico dirigente regionalista y del PP y primer presidente de la Diputación Foral de Navarra en democracia, Jaime Ignacio del Burgo.
UPN, sin embargo, no ha sido el único partido foralista en Navarra. En 1995 Juan Cruz Alli, quien había sido presidente de Navarra (el primero de UPN en la historia de la comunidad foral) abandonó UPN tras haber apostado por posiciones menos navarristas y un mayor entendimiento con Euskadi y el nacionalismo vasco desde una posición más centrista y fundo Convergencia de los Demócratas de Navarra (CDN), posteriormente disuelto en el año 2011. De igual manera, en Álava también existió una formación política regionalista, Unidad Alavesa (UA), fundada en 1989 y disuelta en 2005 que defendía que, al igual que Navarra, este territorio histórico conformase una comunidad foral independiente de Euskadi.
Distintas “almas convivientes”
Este no es sino otro síntoma de que en UPN no existe una única postura de partido y que en él convergen diferentes “almas convivientes”, tal y como apunta el decano del Colegio de Sociología y Politología de Navarra, Manolo Rodríguez, que explica que dentro de la formación convivan desde personas liberales y más cercanas al PP hasta otros más foralistas e incluso “euskaldunes”, como el parlamentario Iñaki Iriarte, quien en muchas de sus intervenciones en el Parlamento de Navarra emplea el euskera, o algunas llegadas del carlismo.
Esa convivencia de posturas diferentes se reflejó sin ir más lejos en las últimas primarias internas que celebró el partido junio de 2020 y en las que se enfrentaron una facción más foralista y navarrista encabezada por Javier Esparza —quien será de nuevo el candidato de UPN en las elecciones forales— con otra más cercana a la derecha–e incluso a la ultraderecha– que representan PP y Vox en el Congreso encabezada por Sergio Sayas. Entonces el hoy expulsado del partido e integrado en el PP concitó más del 40% del apoyo interno de las bases evidenciando la fractura del partido.
Idas y venidas con el PP
Con todo, UPN ha sido históricamente socio del Partido Popular desde que en 1982 pactaron por primera vez una lista conjunta para las elecciones generales. Posteriormente, en 1991, los dos partidos firmaron un acuerdo permanente por el cual el Partido Popular de Navarra desaparecía como partido en la comunidad foral y sus miembros se integraron en UPN como unos afiliados más, mientras que los diputados y senadores de UPN se integraban en el grupo popular. De esta forma, en Navarra UPN tenía absoluta soberanía de decisión, mientras que en Madrid seguía la política nacional y europea del PP.
El acuerdo saltó por los aires en 2008 cuando el presidente de UPN, Miguel Sanz, anunció su apoyo a los presupuestos generales del Estado del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En aquella ocasión, al igual que ocurrió con la votación de la reforma laboral, un diputado de UPN, Santiago Cervera, no aceptó la disciplina de voto y no apoyó los presupuestos. Meses después se integraría en el PP.
Tras diez años presentándose a los comicios por separado, las dos formaciones se reagruparon en 2019 bajo la marca Navarra Suma, a la que se incorporó un Ciudadanos que tragó con las particularidades forales de la comunidad, con el objetivo de unir a todo el voto de derecha y recuperar la presidencia de Navarra. El experimento fracasó y estalló en febrero del año pasado con el transfuguismo de los diputados de la coalición en el Congreso —ambos de UPN—, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, en la votación de la reforma laboral.
Los dos se han integrado ahora en el PP, partido que sigue compartiendo grupo parlamentario con UPN y Ciudadanos en Navarra. Las tres formaciones hacen ya vida por separado después de que los regionalistas anunciaran que acudirán por separado a las elecciones forales y municipales del 28 de mayo tras acusar al PP de haber roto la coalición tras unas declaraciones del vicesecretario de Organización Territorial, Miguel Tellado en verano en las que reclamó mayor peso y visibilidad de las siglas del PP en una hipotética nueva coalición. Además, Esparza tiene bastante claro que el PP estuvo detrás de la maniobra que llevó a Sayas y Adanero a mentirle y ocultarle que votarían en contra de la reforma laboral cuando UPN tenía un acuerdo cerrado con el PSOE para apoyarla.