El reclamo es que no habrá niños y parece que funciona. Los hoteles adults only, o solo para adultos, están experimentando una tendencia al alza y, en la actualidad, en España ya suponen cerca de un 5% del total, según las estimaciones del secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Ramón Estalella. Todo ello pese a que según expertos consultados la prohibición de acceder a menores “no es factible dentro del marco constitucional”.
“Como nos hemos acostumbrado a la existencia de estos hoteles nos parece lo más normal, pero no debería ser así. Es la misma situación que si la limitación fuera a una raza o religión”, explica la socia del despacho RCD, Eva Giménez, para quien en estos establecimientos “se ve una discriminación clarísima”. Ni siquiera podrían acogerse al derecho de admisión que, en todo caso, admite ciertas normas previstas por el establecimiento, pero que “no pueden ser anticonstitucionales”. Además, este derecho debe estar autorizado por la administración competente y basado en razones objetivas. Por ejemplo, “se puede prohibir gritar en la piscina; si un niño grita, lo puedes echar, pero si lo hace un adulto, también”, indica Giménez.
Un argumento en el que coinciden desde FACUA. Su portavoz, Rubén Sánchez, señala que “objetivar el concepto ‘niño’ asimilándolo a ‘ruido’ nos parece arbitrario, porque hay niños que no son ruidosos y adultos que si lo son”, por lo que la solución sería “hablar de hotel silencioso”.
“No se puede plantear que se prohíba la entrada a niños por el mero hecho de serlo”, indica Sánchez, para quien “los gustos de la clientela no justifican una determinada oferta” porque “también existe un perfil de consumidor que pediría que no hubiera negros o que todo el personal fueran mujeres en bikini, pero eso vulnera la legislación”. Lo que pueden hacer los hoteles, según añade la abogada, es “en el ámbito de la libertad de empresa, dirigir su publicidad y sus servicios a un público específico” o decidir no ofrecer determinados servicios, como camas supletorias, cunas o menús infantiles, por ejemplo. Principio del formulario Final del formulario
Y esto es lo que hacen: “En la información ponemos que es un hotel recomendado especialmente para adultos y que las instalaciones no están pensadas para niños. ¿Qué un padre se empeña en ir? No vas a prohibirle la entrada, pero va a estar incómodo desde el minuto uno”, explica Estalella.
En la práctica, y tras intentar realizar una reserva con niños en varios hoteles adults only a través de la web, se puede comprobar que estas impiden directamente incluir a menores o, al hacerlo, aparecen mensajes como “se ha producido un error” o “el hotel no permite una ocupación como la que usted ha solicitado”, sin indicar en ningún caso la causa. Un hecho que, según Sánchez, supondría un fraude, al plantear la prohibición de forma encubierta.
Especialización
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), admiten que es un tema que “no tiene una regulación clara”, a pesar de que ha habido pronunciamientos de la Agencia Valenciana de Turismo y de la Junta de Andalucía reconociendo que no se puede prohibir la entrada a menores. No obstante, Enrique García, uno de los portavoces de la organización indica que “ahora mismo hay una oferta mayoritariamente familiar”. “Si estuviéramos en una situación donde el 50% de los establecimientos te impidieran ir con niños, igual sería necesaria una legislación específica”, añade antes de hacer un llamamiento al sentido común: “Ir a un sitio donde no vas a estar cómodo porque la oferta no se adapta a tus necesidades, contando con alternativas, no tiene sentido”.
El jefe de la patronal hotelera percibe una tendencia a la especialización no solo en el segmento adults only, también en hoteles enfocados a la oferta gastronómica, deportiva o de convenciones donde, a su juicio, una familia con niños tampoco se sentiría cómoda. “Si miras la evolución de la sociedad, tendemos a familias donde los niños se han reducido. Tienes que hacer un análisis de mercado, ver por dónde evolucionan las tendencias sociales y ofrecer aquello que los clientes demandan”, explica el director de marketing de EMEA de Iberostar Hotels & Resorts, Óscar González. Esta cadena está aumentando el número de adults only y cuenta ya con 9 hoteles de estas características en España, de un total de 35, lo que supone, dice, “un producto complementario, no excluyente”.
Para el secretario general de CEHAT, la decisión de enfocar hoteles solo a un público adulto también supone una limitación. “En periodos vacacionales, más del 60% de los clientes son familias, por lo que la apuesta del propietario es renunciar a una parte importante de sus posibles clientes”. Por eso, desde su punto de vista, esta oferta no supone una discriminación en ningún caso y reivindica la libertad del hotelero para elegir qué clientes quiere tener.
Los hoteles adults only se encuentran, sobre todo, en zonas vacacionales de sol y playa pero, cada vez más, en alojamientos de turismo rural. En otros casos, los establecimientos adaptan su oferta al periodo del año en el que se encuentran, enfocándose en un turismo senior en unas épocas, para jóvenes en otras y familiares en otras.
Desde Iberostar explican que “no hay una prohibición expresa” de niños, pero que “tanto las características del producto como el diseño de su oferta y servicios está 100% enfocada a un público adulto para cubrir sus necesidades e intereses”. Por eso, tanto González como Estalella vienen a señalar que la mejor opción para un público familiar es, valga la redundancia, un hotel familiar: “Si quieres irte de vacaciones con tus hijos, lo que tienes que intentar es que sean felices, que haya un menú especial, muchos niños con los que jugar, animación…”.