Con frecuencia tendemos a considerar que aseguramos la equidad cuando simplemente facilitamos el acceso al Sistema sanitario, sin tener presentes las condiciones económicas, sociales y del entorno en el que viven y se relacionan las personas. En definitiva, los condicionantes sociales y ambientales.
La experiencia vivida en esta pandemia nos ha demostrado la importancia de las condiciones sociales y económicas en los diferentes barrios, incluso dentro de la misma ciudad. La facilidad de transmisión del contagio está estrechamente relacionada con la densidad de población, las condiciones de habitabilidad de las viviendas, las instalaciones laborales, etc. La confluencia de condicionantes sociales en la expansión del virus merece que se califique de sindemia a la COVID.
Los condicionantes sociales y ambientales marcan las grandes desigualdades en salud y la esperanza de vida. Se dice que depende más del código postal que del código genético, aunque en España la brecha en esperanza de vida por niveles sociales es menor que en otros países europeos. Lograr la equidad en salud requiere de un enfoque integral, por lo que potenciar la salud comunitaria es la herramienta más útil.
Centrándonos solo en el propio sistema sanitario, si nos comparamos con los Sistemas de los países de nuestro entorno, podemos asegurar que nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) es quizás de los más accesibles del mundo, si por tal acceso consideramos el rechazo a la atención sanitaria por razones económicas. Ocupamos, junto con Holanda, el primer lugar de los países UE para la población general, sin apenas diferencia por niveles de renta. Solo el 0,1% de la población refiere dificultades de acceso. Podemos concluir que el derecho de acceso universal, la estructura orientada a la cohesión social y territorial ha tenido un resultado excelente en la accesibilidad para toda la ciudadanía.
Pero sin salirnos del propio SNS, afloran las inequidades en dos aspectos fundamentales: los copagos en medicamentos y la insuficiencia de la atención a la salud bucodental en la Cartera de Servicios Comunes el SNS. De media, un 4% de la población refiere dificultades de acceso a la salud bucodental y en los segmentos de menos renta (quintil más bajo) se eleva al 10%.
Precisamente las aportaciones de los ciudadanos a la salud bucodental es una parte sustancial del conjunto del llamado dinero de bolsillo. En España, entre el 2009 y 2017 se elevó en 4 puntos (del 20 al 24%) del total del gasto sanitario. Esta cifra se sitúa muy por encima de la media de la UE, que supone el 15,8%.
El incremento de los copagos establecidos en el RD 16/2012 supuso la incorporación de los pensionistas al copago de medicamentos, con una aportación en su conjunto superior a 500 millones de euros. El incremento de la pobreza de las familias con hijos agudizó el problema de acceso a los medicamentos de este colectivo. Esta situación llevó a muchas personas a no poder retirar los medicamentos prescritos por razones económicas (un 3%, en torno a 1,4 millones de personas, según el último barómetro sanitario).
Por tanto, de las tres políticas descritas que influyen en las desigualdades en salud, la que tiene un efecto más inmediato es la relacionada con los copagos de los medicamentos. Por esa razón, en los PGE 2021, ya se incorpora la eliminación de copagos en los colectivos de menos renta: pensionistas con pensiones mínimas (menores d 11.200 € anuales, las familias perceptoras del Ingreso Mínimo Vital o las perceptoras de la prestación por hijo a cargo y los menores con discapacidad superior al 33%, cuya aportación era la correspondiente a sus padres).
Más de 6 millones de personas quedaron exentas de copago desde este 1 de enero. Más de 3,5 millones de pensionistas de rentas bajas dejarán de abonar copagos, un colectivo con mayores necesidades de tratamientos crónicos por mayor prevalencia de enfermedades crónicas y pluripatologías.
Las familias de rentas bajas y con hijos a cargo, más de 2,3 millones de personas, es el colectivo con mayores necesidades. La supresión de los copagos, junto al Ingreso Mínimo Vital, son medidas de gran impacto para combatir las desigualdades y la pobreza.
La progresiva implantación del Plan de Salud Bucodental, incrementando las prestaciones en la Cartera de Servicios Comunes del SNS con una dotación en los PGE 2021, supone otra medida contra las desigualdades en Salud de gran alcance.
Finalmente hay que destacar la dotación de 1000 Millones para la Implementación del Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria, orientada al desarrollo de la salud comunitaria, necesaria para abordar los determinantes sociales y ambientales de la salud.
Como mandata el artículo 3 de la Ley General de Sanidad el acceso a las prestaciones sanitarias se realizará en condiciones de igualdad efectiva y las políticas de salud estarán orientadas a la superación de los desequilibrios sociales y territoriales. En estos PGE se da un paso importante en esa dirección.