La mayoría absoluta en el Parlamento de Westminster está en los 326 escaños. David Cameron obtuvo en 2015 una sorprendente mayoría absoluta tras una legislatura con las encuestas en contra, pero era la ventaja más ajustada desde 1970. Uno de los motivos por los que Theresa May ha convocado elecciones anticipadas es para ampliar su mayoría y no depender de sus compañeros de filas en las negociaciones del Brexit.
La victoria del Partido Conservador sobre el laborista no se debió a un mejor desempeño de los Tories respecto a 2010. De hecho sólo subió un punto, lo mismo que su rival laborista Ed Miliban. Fue por la caída de los Liberal Demócratas, cuyos votos se fueron en buena parte a sus compañeros de coalición de gobierno, pero sobre todo al crecimiento de los nacionalistas escoceses del SNP a costa de los laboristas. El referéndum del año anterior en Escocia sustituyó el eje ideológico izquierda-derecha por el nacionalista y ahí el SNP ha salido ganando. El estratega de Cameron, Lynton Crosby, interpretó y acentuó ambas tendencias electorales, como se explica en 'Why the Tories won. The Inside Story of the 2015 Election', de Tim Ross.
Una de las claves de la victoria de Cameron fue la promesa electoral de celebrar un referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea para frenar la sangría de votos hacia UKIP. El ascenso de este partido fue por la creciente oposición a la inmigración de un sector de la población británica, como analiza a fondo el libro 'Brexit: Why Britain Voted to Leave the European Union'. Paradójicamente, el apoyo al partido antieuropeísta fue mayor donde menos extranjeros había. En la única circunscripción donde obtuvieron representación, Clacton, el porcentaje de nacidos fuera del Reino Unido era del 2%, de los más bajos de país.
Existe una mayor asociación entre el voto a UKIP y la proporción de trabajadores en el sector de la construcción. En un país con un 4% de desempleo no se trata de un problema de paro, de hecho no hay correlación con el paro. Si en un primer momento UKIP creció a costa del voto conservador, como posteriormente ha sucedido con el Frente Nacional francés o el PVV holandés, fue atrayendo trabajadores castigados por la globalización y por los cambios tecnológicos.
¿Y qué dicen los sondeos? Tras el fiasco demoscópico de las pasadas elecciones, donde todos los sondeos cerraron con un empate y finalmente se produjo una victoria tory por seis puntos, todos los institutos han introducido cambios en su metodología. Esta vez hay poca coincidencia en las predicciones: la encuesta de ICM para The Guardian le otorga 12 puntos de ventaja a Theresa May frente a la de Qriously, que se la da a Jeremy Corbyn por dos puntos. Si gana el candidato laborista, este instituto, que no pertenece al British Polling Council, se estrenará con un acierto.
En todo caso, los institutos que han realizado entrevistas antes y después de los atentados del puente de Londres no detectan apenas cambios en el voto; tampoco lo detectaron los sondeos en Francia tras los atentados de París. Hoy, a partir de las 11 (hora peninsular española) saldremos de dudas. Lo único que parece claro es que ganará Theresa May, lo que no sabemos es por cuanto y tampoco si logrará ampliar su mayoría absoluta. El resultado dependerá en buena parte de la participación: si es elevada y supera el 70% lo tendrá complicado, pues indicará que los jóvenes, más partidarios de los laboristas, esta vez han acudido a las urnas.