La guerra de los 'anti-fans' contra los 'influencers' que una vez veneraron

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Hoy en día escuchamos mucho sobre el enamoramiento de los jóvenes por los influencers: seguidores obsesivos que tratan a las estrellas de las redes sociales como músicos de talla mundial o actores condecorados, como si publicar contenido patrocinado para ganarse la vida transmitiera un talento deslumbrante. Hay fanáticos que escuchan cada una de sus palabras, que viajan por todas partes para asistir a encuentros con alguien conocido por sus rutinas de baile o videos excéntricos, que salen por decenas de miles para comprar productos de marca y que vuelven a publicar con entusiasmo. Incluso anuncian embarazos o compromisos de influencers como si fueran de sus amigos más cercanos.

Pero casi nunca oímos hablar de un grupo posiblemente más dedicado: sus antifans. Son las personas que se unen en torno a un odio compartido hacia determinadas estrellas de las redes sociales. Publican en sitios como Tattle Life, Guru Gossip y Blogsnark, de Reddit, que albergan muchos foros con críticas mordaces sobre la apariencia, el peso y el estilo de vida de las personas influyentes, llamándolas malas madres o sugiriendo que sus parejas las han engañado. Esta crueldad desenfrenada ocasionalmente se desliza hacia un territorio activamente peligroso, con carteles que acosan a personas influyentes y a sus familias mediante investigaciones escalofriantemente taimadas.

¿Quiénes son las personas que publican en estos foros? Una encuesta rápida sugiere que los antifans o haters varían en edad: algunos mencionan tener edad escolar; otros mencionan tener hijos adultos (la mayoría parecen ser mujeres, pero no se puede decir esto con certeza). Lo que todos tienen en común es una historia de amor a los influencers a los que ahora parecen odiar. Un estribillo típico que verás es algo así como: “Solía vivir para sus publicaciones, pero ahora ella es aburrida, desconectada o ingrata con sus fans”. Esto suele ir seguido de un comentario mordaz sobre la ética de trabajo o el estilo de crianza del influencer, o especulaciones sobre si se ha sometido a una liposucción.

Sus motivaciones son difíciles de identificar. ¿Por qué gastar tanto tiempo y energía escribiendo sobre una persona que te aburre o simplemente te enloquece? Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Cardiff proporciona algunas respuestas. Los investigadores examinaron 297 hilos, cada uno con alrededor de mil publicaciones, en dos foros de antifans. Sus hallazgos fueron sorprendentes: los fans parecían haberse vuelto contra los influencers precisamente por la cercanía que alguna vez sintieron. En sus publicaciones, los antifans hablan de sentirse “desatendidos” y “excluidos” de la vida de los influencers después de que estos decidieran aumentar las medidas de privacidad o dejaran de responder a los comentarios.

En algunos casos, estos antifans estudiaban minuciosamente las vidas de personas influyentes que sentían que se habían alejado de sus seguidores, especulaban sobre lo que podría haber sucedido a puerta cerrada y llenaban lo que los investigadores llaman “vacíos narrativos” con información que habían triangulado o adivinado. Muchos de ellos incluso se sintieron explotados por sus influencers favoritos, como si su dedicación y adoración estuvieran siendo utilizadas para negocios de marca o para financiar estilos de vida cada vez más ostentosos.

Estos hallazgos se alinean con la creciente investigación sobre el poder de las relaciones entre las celebridades y su audiencia online. Dichas relaciones son inherentemente parasociales, donde los fanáticos sienten una conexión íntima con alguien que en realidad no conocen. Las investigaciones muestran que las conexiones parasociales positivas se pueden utilizar en beneficio de una celebridad para conseguir seguidores muy devotos. Tal devoción en última instancia oscurece la verdadera naturaleza de estas relaciones, que proporcionan una fuente de atención e ingresos para celebridades o personas influyentes que fingen amistad con sus seguidores. En un estudio de 2020, los psicólogos descubrieron que algunos seguidores pueden estar totalmente ciegos al grado de atadura emocional que han formado con un influencer, sin darse cuenta de la intensidad de su vínculo con un extraño.

Muchas de las publicaciones en sitios antifans se basan en una simple ilusión. Los fans nunca fueron en ningún momento “amigos” del influencer en cuestión. Tampoco tenían una relación estrecha de la que pudieran ser excluidos posteriormente. Los influencers tienen razón al sentirse heridos o incluso asustados cuando los fans arremeten contra su deseo razonable de privacidad. Pero la ira de estos antifans es producto de la dinámica transaccional que está en el centro de la relación de cada influencer con su audiencia. Los influencers forman lo que parece ser un vínculo significativo con sus seguidores, y ese vínculo conduce al compromiso, lo que genera dinero. En cada vídeo que suben, y en muchos de los pies de foto que escriben, los influencers más exitosos buscarán activamente intensificar esta mentalidad entre su audiencia, sabiendo que esta es la manera de mantenerlos interesados a largo plazo (incluso, a veces, avivando teorías de los fans para fomentar su atención obsesiva). Afirman ser víctimas irreprochables de una dinámica que es casi exclusivamente de su propia creación.

La adherente verdad es que estas relaciones parasociales son, como han señalado los antifans, lucrativas cuando se cultivan con éxito. Crean un área gris emocional compleja que apenas estamos comenzando a desentrañar. Las ramificaciones negativas de esta intimidad fingida se están revelando mucho más difíciles de afrontar para la gente de lo que podríamos haber supuesto. Pero también debemos entender que los influencers conocen (y han conocido) las desventajas de alimentar este engaño. Puede que sea un arma de doble filo, pero sería ingenuo pensar que fingir esta intimidad no ha sido intencionalmente (incluso abrumadoramente) ventajoso.