- El presidente de Ausbanc, detenido este viernes por extorsión y organización criminal, tiene ya dos condenas por difamarme y pronto sumará otras tantas por las demandas que le ha interpuesto FACUA
Extorsión. Quién iba a decir que quien en los años 80 fuera líder de una banda terrorista de ultraderecha dedicada a la extorsión sería acusado cuatro décadas después del mismo delito. El megalómano millonario Luis Pineda, abogado y empresario, propietario de la falsa asociación de usuarios Ausbanc, ha logrado hoy lo que siempre soñó: acaparar titulares en todos los medios de comunicación y convertirse en trending topic en Twitter. Aunque las noticias y comentarios no lo presentan como el salvador de la patria que siempre dijo ser, sino como el responsable de un entramado que, junto a Manos Limpias, se habría dedicado a sacar dinero a todo tipo de empresas a cambio de no montarles campañas de descrédito o de retirar demandas y querellas presentadas contra ellas.
A mí también intentó amedrentarme y sacarme dinero. Aquí tenéis un documento en el que sus abogados amenazan con demandarme salvo que les haga llegar una “indemnización”, le llaman, después de que yo informara en redes sociales sobre su pasado. Sí: me exigió que le pagara y pusiese yo la cifra a cambio de no llevarme a los tribunales.
Por contar parte de su historia, por ser el portavoz de la asociación de consumidores con mayor relevancia social del país, FACUA, Pineda lleva años atacándome -con la ayuda de Manos Limpias-. Ha lanzado contra mí una de las campañas de acoso y derribo contra un periodista más cruentas que se han producido en España. Inventó que estaba implicado en los principales casos de corrupción que han trascendido en los últimos años -los ERE, el caso de las facturas de UGT-Andalucía y el fraude en los cursos de formación-, que soy un “mafioso” que utiliza “sicarios”, que tengo vínculos con la pedofilia, que acoso a mujeres.. Su campaña obsesiva contra mi persona también ha ido dirigida hacia mi familia. Ha llegado a acusar a mi esposa, Keka Sánchez, de estar casada conmigo a cambio de dinero para ocultar mi supuesta homosexualidad -sí, también está enfermo de homofobia- mientras mantiene relaciones con mi padre.
Por todo esto, Pineda hoy detenido por extorsión y organización criminal, tiene ya dos condenas por difamarme y pronto sumará otras tantas por las demandas que le ha interpuesto FACUA -el próximo juicio tendrá lugar el 26 de abril en Sevilla-.
Cuando era jovencito, Pineda se hacía llamar Luispi. Era su alias en la banda terrorista de ultraderecha Frente de la Juventud, de la que llegó a ser jefe nacional a comienzos de la década de los ochenta. Esta escisión de Fuerza Nueva creada en 1978 fue durante años el grupo de extrema derecha más violento de España. Sus pistoleros protagonizaron una larga lista de extorsiones, atracos, palizas y actos de terrorismo callejero con armas de fuego y explosivos.
“El Frente de la Juventud era la organización más peligrosa en el escenario político español, después de ETA”. La frase es del ministro del Interior de la época, Juan José Rosón, según recoge la web de una asociación dedicada a homenajear a uno de los fundadores de la banda,Juan Ignacio González, que fue asesinado en diciembre de 1980.
El 23 de febrero de 1982 se produjo la detención más sonada de Pineda. Le aplicaron la ley antiterrorista tras montar un salto con lanzamiento de cócteles molotov, botes de humo, piedras y otros objetos. Fue su forma de conmemorar el primer aniversario del fallido golpe de Estado. “La Audiencia Nacional ha decretado el ingreso en prisión incondicional de ocho militantes de la organización ultraderechista Frente de la Juventud, entre ellos su jefe nacional”, publicó después el diario ABC.
Dos años después, Luispi y otros veintiocho exintegrantes del Frente de la Juventud fueron“juzgados en la Audiencia Nacional acusados de robos, atracos a mano armada, depósito y tenencia de armas”, cuenta el periodista Mariano Sánchez Soler en su libro Los hijos del 20-N. Historia violenta del fascismo español108. Los delitos imputados aPineda se habían cometido en marzo de 1980, a sólo cinco meses de que alcanzara la mayoría de edad, lo que le sirvió para que su condena fuera de sólo tres meses de arresto mayor.
En 1986, acompañado de uno de sus camaradas en el Frente de la Juventud, Alfonso Solé Gil, Pineda montó un negocio: Ausbanc. La denominada “Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios” se creó en plena época de efervescencia del movimiento de consumidores. Logró convencer a sucesivos gobiernos del PSOE y el PP de que era una asociación de consumidores, lo que le permitió recibir importantes subvenciones públicas. Se presentaba como una organización independiente y no lucrativa dedicada a la lucha contra los fraudes de la banca. Y ello al tiempo que ingresaba ingentes cantidades de dinero procedente de una larga lista de bancos a los que Ausbanc visitaba para convencerles de que se anunciaran en sus publicaciones o patrocinaran sus eventos.
Durante décadas, los responsables del ya desaparecido Instituto Nacional del Consumo (INC) y las autoridades de protección al consumidor de numerosas comunidades autónomas han mantenido a Ausbanc y sus ramificaciones territoriales en los registros de asociaciones de consumidores. Y ello pese a que según la ley, este tipo de organizaciones deben carecer de fines lucrativos y tienen prohibido recibir dinero de empresas que comercializan productos o servicios a cambio de hacerles publicidad.
Cuando comenzó a ver cierto peligro, Pineda recurrió a una fórmula bastante zafia para que Ausbanc no dejase de ser reconocida como organización de consumidores y continuase recibiendo subvenciones. En 2002 creó dos entidades supuestamente distintas, con el mismo nombre pero diferentes apellidos: Ausbanc Consumo, que se presentaba como asociación de consumidores sin ánimo de lucro, y Ausbanc Empresas, que pasó a ser el negocio que recibía el dinero de la banca y otras empresas mediante el patrocinio de eventos, la inserción de anuncios en sus publicaciones y la venta de informes. La cosa es que el truco coló durante muchos años, pese a lo evidente que resultaba el hecho de que la Ausbanc que aparentaba ser no lucrativa hacía publicidad del negocio paralelo desde el momento en que se llamaba igual.
Además, entre las dos Ausbanc había trasvases de enormes sumas de dinero. Según sus cuentas, a finales de 2012, Ausbanc Consumo tenía invertidos 1,5 millones de euros en Ausbanc Empresas, además de unos 900.000 euros en una inmobiliaria propiedad de Pineda, Estructuras y Servicios Inmobiliarios SL, y otras “empresas del grupo”.
Pineda controla un entramado compuesto por más de una decena de sociedades de lo más variopintas: desde inmobiliarias hasta una agencia de viajes, pasando por un bar, un teléfono de asesoramiento financiero de pago, una emisora de radio y un grupo editorial que tiene publicaciones en España, Reino Unido, EEUU y varios países de América Latina. Publicaciones que giran en torno al gran negocio de Pineda, Ausbanc, cuya principal vía de financiación es la propia banca, a través de publicidad en sus revistas y el patrocinio de eventos.
Por fin, en octubre de 2005, durante el primer Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el Instituto Nacional del Consumo expulsó a Ausbanc del registro estatal de asociaciones de consumidores por realizar publicidad comercial, decisión que acabó siendo ratificada por la Audiencia Nacional de forma definitiva en noviembre de 2010. Pero en 2012, pocos meses después de la vuelta del PP al poder, volvió a ser inscribirla en el registro y el Gobierno comenzó a otorgarle de nuevo subvenciones. Dinero público que también busca en las comunidades autónomas, para lo cual también intenta -y en muchos casos ha logrado- que inscriban a Ausbanc como asociación de consumidores. En 2014 volvieron a echarla del registro estatal, pero Pineda sigue presentándola fraudulentamente como organización de consumidores.