Desde hace meses, muchas voces científicas vienen alertando de que la principal causa de transmisión del coronavirus son los aerosoles suspendidos en el aire. Ya en julio, 239 científicos de 32 países pidieron a la OMS que reconsiderara sus recomendaciones y tuviera en cuenta esta vía de contagio. Muchas ciudades de todo el mundo han ido adoptando medidas para llevar a la calle todo tipo de actividades evitando, en la medida de lo posible, el uso de los interiores.
Los países que más éxito han tenido en el combate contra la pandemia han sido los que han tenido estas recomendaciones muy en cuenta y, además, han construido potentes sistemas de rastreo y han reforzado sus sistemas sanitarios. Es decir, los gobiernos que han definido sus políticas públicas basándose en la evidencia científica -los que han puesto por delante los criterios de profesionales y científicos, en vez de los intereses partidistas- han tenido éxito.
En Más Madrid llevamos muchos meses peleando día a día por el refuerzo del sistema sanitario, de la educación y del transporte público y, por supuesto, de la contratación de rastreadores. Asimismo hemos planteando acciones y medidas que tengan en cuenta la transmisión por aerosoles y la necesidad de hacer fuertes transformaciones en el espacio público.
Todo este trabajo queda plasmado en nuestra iniciativa Madrid en la Calle, una propuesta para trabajar, junto con el Gobierno y el resto de grupos municipales, en medidas contundentes para trasladar a la calle y a las zonas verdes todo tipo de actividades evitando, en la medida de lo posible, los espacios cerrados. Nueva York, con su programa de Restaurantes Abiertos; Bolonia, con su campaña #todoelmundomontaraenbici; París, con el alquiler de bici gratuito; Cardiff convirtiendo el barrio de Castle en un gran café; San Francisco, con la iniciativa Espacios Compartidos; Glasgow, a través del programa Ruta Arte Contemporáneo… y otras muchas más ciudades son ejemplo de esta remodelación para ir ganando terreno al virus y, lamentablemente, nos llevan meses de ventaja.
Madrid debe ganar espacio al coche masivamente para ampliar el espacio peatonal y crear 160 kilómetros de carriles bici. Además, debemos utilizar una parte de este espacio recuperado para sacar el comercio y la hostelería a la calle, con unos horarios razonables que permitan el descanso de las vecinas y vecinos, limitando al mínimo el uso del interior de los establecimientos y respetando las normas básicas de accesibilidad, así como de salubridad y limpieza.
La OMS y los principales expertos nos dicen también que vamos a seguir conviviendo con la pandemia durante buena parte de 2021. El virus y, por tanto, las medidas para evitar su propagación limitando los contactos sociales seguirán entre nosotros. No podemos estar solo pensando en 'salvar la Navidad' como quedó demostrado que fue un terrible error la idea de 'salvar la temporada de verano'. Esto va para largo.
Es ridículo seguir instalados, como Ayuso y Almeida, en un discurso que contrapone salud y economía. Un argumento que no avalan ni los datos ni los análisis de las instituciones financieras internacionales, como el FMI, que señalan cómo a mayor número de fallecidos por COVID-19 en un territorio, mayor es la caída en sus indicadores de actividad económica o en la confianza de sus consumidores. No tomar medidas para controlar los contagios, con la excusa de no perjudicar a la economía, es la mejor receta para hundir nuestras empresas y la reputación de nuestra ciudad. La realidad es que la mejor manera de apoyar nuestra economía es invertir en sistemas de pruebas y de rastreo eficaces, atención primaria y personal sanitario, así como hacer buenas recomendaciones de salud pública para evitar contagios.
Pasión por la vida al aire libre
Las buenas condiciones climatológicas de Madrid, frente a otras ciudades del norte de Europa o de EEUU como Nueva York, que son mucho más frías, favorecen la habilitación de los espacios públicos municipales: especialmente zonas verdes, instalaciones deportivas y espacios abiertos, para sacar las actividades escolares y extraescolares fuera de las aulas, para facilitar la práctica de actividades deportivas y para impulsar todo tipo de actividades culturales. Hay que promover el arte y la cultura en todas sus extensiones (exposiciones, fotografía, librerías…) en la calle. Y el comercio de barrio y el ocio al aire libre, cumpliendo con las normas de distanciamiento, preparándonos para un tiempo en el que la vida debe seguir mientras el virus está entre nosotros. Y, por supuesto, debemos garantizar la apertura de las zonas infantiles de juego al aire libre siguiendo los protocolos de seguridad necesarios.
Las vecinas y vecinos de Madrid sufrimos en primera persona la mala práctica de las administraciones desde el inicio de la pandemia. Hemos servido de banco de pruebas para la puesta en marcha de un abanico de medidas, que solo han servido para generar un grado de confusión, incertidumbre y desconfianza de la ciudadanía sin precedentes. Desde Más Madrid propusimos en el mes de mayo unos Pactos de Cibeles que sirvieran para reencontrarnos y sumar esfuerzos todos los grupos municipales en la reactivación económica y social de nuestra ciudad. Hoy, volvemos a proponer una iniciativa que permita adaptar nuestra ciudad a los meses de pandemia que, lamentablemente, todavía tenemos por delante. Estamos a tiempo de acelerar el paso, tomar medidas que sigan los consensos científicos y, ahora sí, replicar las buenas prácticas de las principales ciudades en todo el mundo.