Resulta sorprendente que más de 50 años después de la aparición de las primeras organizaciones ecologistas estas sigan convocando manifestaciones para reclamar la protección de una única especie, en concreto la del lobo ibérico. Hace casi 30 años, en 1989, se aprobó en nuestro país la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestre. Se inició un importantísimo proceso de protección de espacios naturales y de especies, y se creó el Catálogo de Especies Amenazas. Todo ello estuvo provocado en gran medida por la aprobación en la Comisión Europea de las Directivas de Áves y de Hábitats. Este proceso logró la protección estricta de un amplio número de especies de fauna y de flora. Sin embargo, el lobo nunca logró la necesaria protección, excepto sus poblaciones situadas al sur del río Duero.
Las excusas para ello fueron varias. Primero, todavía durante la dictadura de Franco, se evitó dicha protección al correr rumores, nunca confirmados, de ataques de lobos a personas. Cuando se demostró la falsedad de estas afirmaciones, la excusa fue el ataque de lobos a la ganadería. Efectivamente, los lobos, en ocasiones, atacan a ovejas, cabras, vacas o caballos, en parte debido a la escasez de sus presas naturales: corzos, ciervos, jabalíes... Y en parte porque atacar a los rebaños resulta mas fácil si no existen medidas de prevención. Ese es precisamente el problema.
Como llevan tiempo demostrando un creciente número de ganaderos, con un gran esfuerzo por su parte y sin ayudas de las administraciones, adoptar medidas preventivas es factible. Algunos ganaderos llevan décadas utilizando perros mastines para proteger el ganado, hacen uso de pastores para vigilar el rebaño y lo recogen por la noche, con lo que han logrado que los ataques del lobo a la ganadería desaparezcan o se reduzcan muy sustancialmente.
Pero, ¿por qué otros ganaderos en zonas loberas no utilizan medidas preventivas? Parece que algunos prefieren no evitar los ataques y obtener así indemnizaciones de las administraciones, aunque en muchos casos no hayan sido los lobos los causantes, y presionar para que se maten más lobos.
Por su parte, las administraciones, al ser el lobo en algunas de ellas especie cinegética, se centran en establecer cupos de control de lobos. El resultado es que cada año, entre la caza legal e ilegal y los “controles” de las administraciones, se pueden estar matando entre 500 y 700 lobos. Estas matanzas teóricamente pretenden reducir los ataques del lobo al ganado, pero se ha demostrado que no solo no consiguen su objetivo sino que en ocasiones lo que provocan es incrementar dichos ataques al desestructurar las manadas. Sin embargo, son pocas o inexistentes las actuaciones de las administraciones autonómicas encaminadas a reducir los ataques mediante las medidas preventivas ya mencionadas.
¿Qué intereses existen para continuar con las indemnizaciones y las matanzas de lobos en lugar de evitar o reducir los ataques al ganado? Es evidente que si existe alguna razón para ello no tiene que ver con la defensa del sector ganadero ni con la del lobo. Las administraciones tendrán que justificar ante la sociedad su nefasta gestión del lobo y su oposición a la protección de la especie. Una protección basada en criterios científicos y apoyada por la mayoría de la sociedad.
Pero no es solo que en todos estos años no se esté avanzando en la protección del lobo. Se pretende retroceder todavía más. La Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, presionada por la Junta de Castilla y León, pretende que se pueda cazar al lobo al sur del río Duero. Quiere ampliar las matanzas, pese a que las poblaciones loberas del sur peninsular están en peligro de extinción. Han desaparecido de Extremadura, prácticamente de Andalucía, y solo quedan algunas poblaciones en Castilla-La Mancha, Madrid y el sur de Castilla y León.
El 12 de marzo de 2017 varias miles de personas nos manifestaremos en Madrid en defensa del lobo, reclamando la protección de esta especie en el Estado español. Esta protección ya se da en Portugal. Cuando los lobos cruzan la frontera, son tiroteados. Esta gran manifestación casi coincidirá con el aniversario de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, quien nos enseño a amar y respetar la naturaleza y especialmente a los lobos.
En recuerdo de Félix y en defensa del lobo, el próximo 12 de marzo, a las 12.00 horas, te esperamos en la Cuesta de Moyano (Atocha), frente al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, donde iniciaremos la manifestación hasta la Puerta del Sol para exigir la protección del lobo ibérico.