A nadie se le escapa a estas alturas que el Sr. Alfonso Dastis, Ministro de Asuntos Exteriores, es un eslabón débil del Gobierno del PP y que al poco tiempo de ser nombrado ya protagonizó un escándalo por recurrir a una “práctica habitual” de utilizar la embajada de Ecuador y su coche oficial para sus vacaciones. Su falta de tacto con la ciudadanía le ha llevado también al fracaso que ha supuesto el primer borrador del Plan, con el que ha demostrado que su relación y su interés por los agentes principales en Cooperación Internacional, las ONGDs, son inexistentes.
En el Senado, desde el Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, hemos mantenido varias reuniones de trabajo y coordinación con los distintos agentes de la cooperación española para preocuparnos por el contenido del Plan y, a su vez, somos miembros activos de la ponencia de estudio sobre la Agenda 2030. En esta ponencia nos cercioramos de que las CCAA y entidades locales van con ventaja en la aplicación de los mismos con respecto al Gobierno del Estado. Para ser justos, hemos visto por parte del Gobierno la intención de integrar en el V Plan Director de la Cooperación Española la estrategia de esta Agenda 2030, aunque desgraciadamente, borrador en mano, esta simbiosis no se ha desarrollado de forma concreta ni objetivable en el Plan.
A lo largo de esta legislatura hemos ido advirtiendo de que la política de cooperación que ejerce el Gobierno no se corresponde en absoluto con los niveles de solidaridad de nuestra sociedad. La sociedad española es la más solidaria de Europa, según el Eurobarómetro de 2016, y la política de cooperación al desarrollo es apoyada por un 93% de la población. Como españoles, deberíamos destacar entonces en políticas de cooperación, siendo esa una verdadera marca España de la que sentirnos orgullosos.
La sociedad española entiende que hay que revertir la situación de opresión económica y expolio de recursos naturales que sufren los países en vías de desarrollo. Además, considera que los Derechos Humanos son Universales y no sólo para los países que viven en la opulencia económica, porque sabemos que las causas objetivas de que las personas se desplacen y busquen refugio en Europa, son las guerras y las catástrofes derivadas del cambio climático. En ambas causas, detrás, está la mano del ser humano y especialmente de los gobiernos.
Sin duda, fue una buena noticia que el Ministro de Asuntos Exteriores anunciara que se estaba trabajando en el V Plan Director de Cooperación. Demasiados años de recortes habían dejado la política de cooperación en cueros y entendíamos que la voluntad de tener un nuevo plan correspondía a una voluntad por parte del ministerio de reflotarla. Sin embargo, el borrador que nos ha llegado no se corresponde en ningún caso con nuestras expectativas, no solo las nuestras, sino de los agentes más importantes de la Cooperación. Tanto las ONGDs como las propias CCAA, incluidas las que gobierna PP, así como la Federación Española de Municipios y Provincias, han mostrado su rechazo a este borrador por lo que el Ministerio ha tenido que retirar el Plan.
El Plan presentaba excesivos déficits; el más importante, la falta de presupuesto y de memoria económicas. Sin presupuesto no hay plan que valga, todo queda en agua de borrajas. Tampoco concreta cómo hacer operativo el marco estratégico de este plan. Por otro lado sólo se incorporan 29 metas de las 169 que marca la Agenda 2030, dejando fuera del mismo aspectos y áreas de trabajo fundamentales para combatir la desigualdad de género y económica, el desarrollo social y sostenible, la educación, la sanidad, la paz...
El propio Plan no cuenta con una apuesta estratégica de apoyo a la sociedad civil consecuencia directa de que no ha habido un proceso de participación real con la misma para elaborarlo. En esa falta de participación social es, de hecho, donde radica la principal razón del fracaso del borrador del Plan.
En cuanto a su enfoque político, hay algo que nos preocupa y nos ocupa especialmente a nuestro grupo, ya que los Derechos Humanos y las personas que se ven obligadas a migrar para encontrar un lugar seguro donde desarrollar su proyecto vital, siguen siendo vistas como una amenaza más que como una obligación legal des del punto de vista del Derecho Internacional. El borrador que se nos presentaba es una justificación para que la propia UE continúe con la política de cierre de fronteras y de “seguridad” con respecto a las personas que quedan atrapadas en las fronteras o que pierden su vida intentando llegar a Europa.
El Desarrollo Sostenible, va a quedar supeditado a otras prioridades, por lo que la propia evaluación del mismo que hace la Coordinadora de ONGD´s es la siguiente: “... por muy bueno que sea el desarrollo de este plan, ya habrá otras políticas que se encargarán de generar más cambio climático, ignorar los paraísos fiscales o vender armas a países en conflicto... ”. En definitiva, si realmente queremos hacer frente al conflicto armado, la desigualdad social o al cambio climático, hay que legislar y ejecutar desde los otros departamentos del Gobierno, no solo desde la Cooperación Internacional.
Por su falta de consistencia presupuestaria y concreción, y por supuesto por la falta de participación real de los agentes más implicados de la cooperación española, el propio Ministro de Asuntos Exteriores, ha decidido retrasar nuevamente la presentación del Plan. Desde nuestro grupo tomamos este retraso como una nueva oportunidad para corregir los despropósitos del Gobierno y enmendar esos aspectos que lo han llevado a trabajarlo en solitario.