El PSC afronta los próximos años con la ilusión de los nuevos inicios y la mochila bien cargada de experiencia y solvencia acreditadas. Desde la humildad y la prudencia, pero también desde la firme convicción de que disponemos de la capacidad y de las fuerzas suficientes, queremos que el PSC se convierta en el primer referente de la izquierda, el referente de la izquierda federalista, el partido vertebrador de todo el espacio catalanista y progresista no independentista.
Somos la esperanza de la estabilidad, de que se reconduzca la situación en esta Catalunya rota. Somos los que podemos crear el clima de diálogo y acuerdo necesarios para garantizar la convivencia. Somos también los que creemos que la justicia social y el progreso económico van de la mano. Somos los que luchamos por un trabajo digno, con salarios dignos que garanticen pensiones dignas. Somos los que defendemos que los servicios públicos (sanidad, educación, servicios sociales) no solo no se tocan sino que es necesario preservarlos y dar todo el apoyo a sus profesionales. Somos los que queremos una Catalunya cohesionada y eso quiere decir equilibrar territorialmente las oportunidades y la riqueza. Somos los que nos sentimos orgullosos y orgullosas de la marea violeta de estos últimos años, que provocará el impulso definitivo hacia la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Somos el PSC, y aspiramos a ser el primer partido de Catalunya levantando nuestras cinco banderas:
Una Catalunya líder unida en la diversidad y bien gobernada
Convencidos de la vía federal, defendemos el proyecto compartido de ciudadanía, más allá de sentimientos identitarios. Reconocimiento, mayor autogobierno, y gobierno compartido, financiación justa y suficiente, respeto a la pluralidad desde la libertad individual y colectiva. Una Catalunya con unas instituciones fuertes al servicio de la ciudadanía y no al servicio ni de una ideología ni de la acción política de una parte.
Una Catalunya líder en progreso económico
Queremos un país próspero, que promueva y atraiga a emprendedores, emprendedoras, empresas, talento e inversiones, capaz de crear puestos de trabajo dignos y de calidad, con un mercado laboral dinámico capaz de afrontar el reto de la digitalización y de las nuevas tecnologías. Un país que promueva las universidades y la investigación.
Una Catalunya líder en justicia social
Educación, sanidad, servicios sociales y vivienda son los pilares fundamentales para construir una sociedad que garantice la equidad, la cohesión, la inclusión y la justicia social.
Educación: es imprescindible dedicar el 6% del PIB a mejorar el sistema educativo en todas sus dimensiones a lo largo de la vida.
Sanidad y servicios sociales: más financiación pública y aprobación de la Ley social y sanitaria de Catalunya, que garantice avanzar hacia una red que planifique bien los servicios de atención a las personas.
Vivienda: es necesario recuperar la iniciativa pública en políticas de vivienda y en la dignificación de los barrios. Impulsaremos la Ley de barrios 2.0 para que permita la rehabilitación de 25.000 viviendas al año en estrecha colaboración con los ayuntamientos.
Una Catalunya líder en el combate ecologista
Nuestra prosperidad ha de fundamentarse en un modelo económico más consciente, respetuoso y eficiente en la utilización de recursos, más prudente en la generación de externalidades negativas y comprometido en la respuesta a la emergencia climática. Es necesario basar la transición energética en Catalunya en la maximización del uso de las fuentes de energía renovables, fomentando el ahorro y un uso eficiente mediante la aplicación de las mejores tecnologías energéticas disponibles. Una Catalunya que, además, combata la injusticia territorial y la falta de oportunidades que causan la despoblación de muchas de nuestras comarcas.
Una Catalunya líder en la lucha feminista
Somos feministas por convicción, porque creemos en la libertad en la igualdad y en la justicia. El feminismo socialista seguirá luchando por la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres, por la erradicación de la violencia de género, y contra el mercadeo y la mercantilización del cuerpo de las mujeres.