Sumar Vivienda: coordenadas para un cambio de rumbo

Gerente de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona —

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El azar ha hecho que coincidan en el tiempo el documento de Sumar sobre este tema y la aprobación de la primera Ley de Vivienda de nuestra democracia. Con 45 años de retraso, por fin se cumple el mandato constitucional de desarrollar el art. 33.2 y 47 que garantiza la función social de la propiedad y el derecho a una vivienda digna. Al fin ha muerto Arrese, aquel ministro franquista que alejó a España de Europa, que impuso un modelo centrado en la promoción de la propiedad a costa del alquiler, que dejó un parque de vivienda social minúsculo, un mercado inmobiliario desregulado y un uso especulativo del suelo. Esta nueva ley es el sello definitivo de defunción de una política largamente fracasada. Una auténtica victoria de los movimientos sociales. 

La ley despliega acertadamente medidas incluidas en el documento de vivienda de Sumar. La calificación permanente de vivienda y suelo protegidos. Instrumentos para aumentar el parque de VPO de alquiler hasta llegar a niveles europeos. Mayor protección a los inquilinos susceptibles de desahucio. Prohibición de cobrar los honorarios inmobiliarios a los inquilinos. Aumento del IBI a viviendas vacías. Y por supuesto, la regulación de alquileres inspirada en la regulación exitosa catalana y respecto a la que Barcelona ha anunciado que ya está lista para aplicarla. Pese a sus aciertos, el desvío de las viviendas de alquiler habitual al alquiler turístico, de temporada o por habitaciones pone en jaque esta ley. Por eso proponemos regular estos tres agujeros. 

La ley es solo un punto de partida y el documento de vivienda de Sumar quiere ir más allá. Tres medidas claves se proponen. Primero: en zonas de mercado tensionado, limitar la compra de vivienda si no es para residir en ella, como ya ocurre en Canadá, Holanda o Nueva Zelanda. Medida avalada por la UE y que beneficiará especialmente a la población de las CCAA bajo más presión. Segundo: dedicar un 1% del PIB a inversión pública en vivienda. Sin este mínimo presupuesto es imposible llegar a un 20% de vivienda social en 20 años. Tercero: apostar por el diálogo social y la negociación colectiva entre los distintos actores, dotando antes de capacidad de representación a los sindicatos de inquilinos, cómo apuesta la Carta de la Asociación Internacional de Inquilinos.

El documento de vivienda de Sumar, un verdadero proyecto de país, se articula en 5 grandes misiones, las 5 P’s: Promoción de un parque de vivienda social y asequible a la europea, a través de la construcción, compra y movilización de vivienda mediante la intervención pública directa, así como la colaboración público-privada y público-comunitaria. Protección y estabilidad de residentes, con regulación de alquileres, contratos de alquiler de largo plazo o la promoción de hipotecas de tipo fijo, limitando las variables. Prevención de la emergencia habitacional, aumentando las ayudas al alquiler, corresponsabilizando a los grandes tenedores, apostando por el Housing First para atajar el sinhogarismo. Preservación y rehabilitación masiva del parque existente y apuesta por la construcción y rehabilitación neutras en carbono. Participación, transparencia y diálogo urbano-rural, creando una red de observatorios de vivienda para producir datos fiables y consejos de vivienda tripartitos para coproducir y evaluar las políticas. 

El proyecto de país de Sumar busca “subir el salario mínimo y bajar el alquiler, de forma que con los salarios normales se puedan pagar los alquileres habituales.” Y para ello es clave desmercantilizar parcialmente el sistema de vivienda, actuando fundamentalmente a nivel metropolitano y cambiar radicalmente nuestra fiscalidad para crear el quinto pilar del Estado del Bienestar, siempre respetando los límites del planeta. La primera P de este proyecto (Promoción) tomará décadas y requerirá de mucha inversión, consensos amplios y alianzas estratégicas. Por ello las medidas de Protección y Prevención son claves para no dejar en un injusto limbo a varias generaciones. Las coordenadas de destino son claras. No hay atajos ni soluciones per se mágicas. Pero podemos hacerlo. Avancemos sumando.