Llevamos demasiado tiempo debatiendo sobre si referéndum sí o referéndum no, independencia sí o independencia no. Estamos en una sociedad en la que todo evoluciona a gran velocidad, donde un día es un mundo, por lo que llevamos demasiado tiempo perdido en este debate. A veces da la sensación de que es un camino hacia ninguna parte y que busca esconder otros problemas más graves de la gestión tanto de los gobernantes españoles como de los catalanes.
Ante esto, la única opción que he visto que se sale algo del guión es la propuesta realizada por el PSOE de modificar la Constitución para convertir nuestro país en un Estado federal. Propuesta que en la práctica supone muy poco respecto a la situación actual, ya que como indican muchos expertos nuestro sistema en la práctica es un Estado federal, además de ser –como hemos podido comprobar– una propuesta con poco recorrido, aunque haya servido como intento para salir del debate simplista en el que estamos instalados.
Con esta situación, permítanme que hoy lance una nueva propuesta, que no tiene por qué sacarnos de la situación que vivimos hoy, pero que seguramente nos permita avanzar y salir del callejón en el que nos encontramos.
Si nos fijamos en las distinta encuestas que han ido saliendo a lo largo de los últimos años sobre el sentimiento de independencia de los catalanes, hemos visto cómo éste ha ido creciendo hasta llegar a su máximo, apostando por esta opción la mitad de la población catalana. Pero me da la impresión de que nadie se ha parado a pensar cuál ha sido el motivo de ese incremento progresivo. Si preguntamos a distintas personas, cada una tendrá una opinión distinta: unas dirán que todo empezó con el rechazo del Constitucional al nuevo Estatut aprobado en Cataluña; otras dirán que se debe a la gestión de Mariano Rajoy y a su falta de diálogo con una gran parte de la sociedad; otras, al deterioro de los servicios públicos en Cataluña... Seguramente habrá tantos motivos como personas opinando y todas tendrán su parte de razón.
Creo que merece la pena saber a ciencia cierta cuál es el sentimiento actual de la sociedad catalana y que nos ha llevado a esta situación. Por ello propongo una tercera vía, distinta a la del referéndum y a la modificación de la Constitución para hacer de España un Estado federal. Aunque puede que esta culmine con un Estado federal o un referéndum.
Siempre he creído que las consultas son más un elemento de opinión que un verdadero proceso de participación, por lo que propongo que se ponga en marcha en Cataluña un proceso de participación real sobre el sentimiento y la situación de Cataluña respecto a su encaje en el Estado español. Un proceso que debe estar diseñado con la participación de todas las fuerzas políticas y organizaciones representativas de todos los sectores. Que permita la participación presencial y virtual, que se lleve a cabo a través de un proceso que recompense y haga atractiva la participación, buscando la implicación máxima de la población catalana.
De este proceso seguramente saliéramos con una conclusión clara de qué nos ha llevado hasta la situación actual y qué acciones podemos llevar a cabo para acercarnos a una posible solución. Dudo que los gobernantes actuales, tanto catalanes como nacionales, apuesten por esta tercera vía, pero sí me gustaría que mi partido la pusiera en práctica; demostraría que hay otra forma de hacer política y que el PSOE ha entendido que la mejor manera de estar cerca de los ciudadanos es escuchando sus demandas, sus propuestas y sus inquietudes.