Desde los años 2000, y especialmente a partir del 2011, el PSOE ha sido muy consciente de que debía profundizar en medidas democráticas de calado, tanto en su estructura orgánica como en su funcionamiento interno. Buena parte de nuestra credibilidad como proyecto político dependía de esas reformas. Así lo hicieron distintos responsables de la dirección del Partido, y así lo entendimos también en la etapa 2014-2016, donde el PSOE adoptó varias decisiones pioneras en este sentido, tales como el primer reglamento interno que desarrollaba los procesos de primarias del PSOE a todos los niveles, el primer proceso de primarias abiertas para elegir a nuestros candidatos a la Presidencias Autonómicas y a la Presidencia del Gobierno, el primer proceso de primarias internas del PSOE para elegir a nuestros candidatos municipales en las ciudades de más de 20.000 habitantes, la realización de la primera consulta a la militancia para decidir algo tan importante como un pacto de gobierno y, por último, hicimos realidad el voto telemático con plenas garantías, con una primera experiencia en la consulta a la militancia para decidir sobre nuestros acuerdos de gobierno.
En el último Congreso Federal del Partido del pasado verano se impulsó un nuevo proceso de modernización y profundización democrática. Un paso necesario, porque procesos vanguardistas llevados a cabo como la consulta a la militancia debían ser reglamentados para convertirlos en normalidad, y porque procesos normalizados como las primarias para elegir nuestros candidatos debían avanzar para consolidarse dentro de la vida del partido más abierto y democrático de España, pasos que el PSOE viene dando desde su fundación. Los procesos participativos y su compatibilidad con la democracia representativa y con las estructuras de dirección del partido han sido siempre una constante, lo que ha permitido consolidar la participación de la militancia y de los simpatizantes del PSOE.
Algunas medidas se han comentado estos días, pero me gustaría respaldarlas públicamente a través de estas líneas. Me refiero a reglamentar el poder de la militancia, al igual que siempre hemos reglamentado el poder de los distintos órganos de dirección del Partido entre sus congresos. Porque si aprobamos un derecho directo a los militantes para elegir a sus órganos de dirección, los mismos tienen que tener un papel para retirar la confianza a los representantes de dichos órganos. En definitiva, era necesario compatibilizar el poder de la militancia con los órganos de control del partido, y en ese sentido es un gran avance que el nuevo reglamento recoja a la militancia como el máximo órgano entre congresos a estos efectos, otorgándole el poder con su voto para constituirse en la última estancia para censurar a un secretario general.
Que el reglamento que se aprueba recoja con detalle el método de las consultas vinculantes a la militancia es un gran avance, porque la que fue una práctica pionera en el anterior mandato necesitaba ser reglamentada para que no haya dudas de su utilización. Las reglas del juego quedan escritas y no hay lugar para utilizarlas a conveniencia. Tanto los órganos de dirección como la militancia ya saben qué se somete a consulta de los militantes y qué queda exento de consulta. Un gran avance que consolida esta práctica y da plenas garantías en la profundización democrática del PSOE.
Sobre el voto telemático, creo que el PSOE debe hacerlo realidad. Porque tiene las herramientas para hacerlo con plenas garantías, y porque es una necesidad en los tiempos en los que vivimos. El 39 Congreso no lo tuvo en cuenta, pero estoy seguro de que pronto será una realidad su puesta en marcha.
El PSOE puede presumir de una trayectoria histórica coherente. También en lo que a su adaptación a la realidad cambiante de cada momento histórico se refiere, combinando siempre la democracia representativa con la democracia directa. El Comité Federal que va a ratificar la propuesta de la dirección va a acertar a mi juicio, porque la profundización democrática en el funcionamiento de nuestro partido, reforzando el papel de los militantes y de nuestro sentido y esencia federal, solo puede traer ventajas, no solo para los socialistas, sino para toda la sociedad española, que es de lo que se trata.