Polonia Castellanos y sus cruzados han vuelto a actuar. Bajo el paraguas de la ultramontana Asociación Española de Abogados Cristianos, su ultracatolicismo reparte querellas como hostias. Al mejor estilo ultra. Sentaron al actor Willy Toledo en el banquillo por cagarse en Dios y en la Virgen María, y quieren hacer lo mismo con el dramaturgo Carlos Santiago por ultrajar a su homónimo el Apostol. Los Abogados Cristianos son los mismos que denunciaron la procesión en Sevilla del Santísimo Coño Insumiso. Los mismos que activaron la investigación contra la actuación de Borja Casillas en el Carnaval de Las Palmas. Los mismos que denunciaron a Ada Colau porque no les gustaba una versión del Padrenuestro llamada Mare nostra. Los que arremeten contra la “ideología de género”. Los correligionarios de la transfóbica HazteOír. A Polonia Castellanos se la ha vinculado con la organización mexicana ultraderechista El Yunque (sospechosa de violencia contra López Obrador y cuyos grupos provida han quemado libros de Biología en León Guanajuato). Polonia Csatellanos y sus ángeles del infierno son la Santa Inquisición de siempre. Y uno de sus métodos es luchar contra las fuerzas de Satanás a golpe de ley.
Pues el problema sería menor si se quedara en pataleta de iluminados con cilicio, pero se convierte en un problema mayor cuando encuentra interlocución en la Fiscalía y los juzgados. Y esto es posible porque el artículo 525 de nuestro sacrosanto Código Penal aún recoge como delito la ofensa a los sentimientos religiosos. El mismo Código Penal que permite que los animales sean torturados y matados en festejos que se perpetran en honor de vírgenes y santos. Por poner un ejemplo sangrante. Todo ello –ofensas a dios y crímenes en su nombre- en una democracia de un Estado aconfesional en pleno siglo XXI.
Dado que la Asociación Española de Abogados Cristianos arrecia en su ofensiva, lo que interesa ahora es investigar quién la financia, qué fortunas (mexicanas o españolas) están detrás de sus costosas acciones, por qué tiene influencia Polonia Castellanos. Ella y sus juristas persiguen la libertad de expresión (y, en nombre de un falaz respeto, a sus enemigos políticos) porque se saben amparados por una ley que es contradictoria con el sistema que rige nuestra convivencia. El magistrado Joaquim Bosch, portavoz territorial de Jueces para la Democracia, lo expresó con claridad: “El delito contra los sentimientos religiosos tendría que sacarse del Código Penal, porque es una infracción propia de Estados confesionales o fundamentalistas, no de una democracia constitucional”. Parece un broma pero en el Estado español se está persiguiendo, demandando y juzgando a personas por disfrazarse de Cristo crucificado.
Nada dice, sin embargo, Polonia Castellanos de los curas pederastas ni de sus numerosas víctimas. Pero van a por el artista Abel Azcona porque en 2015 compuso la palabra PEDERASTIA con hostias consagradas. 242 hostias consagradas. Para conseguirlas, Azcona asistió a 242 de esas performances de grupo llamadas misas y simuló comulgar, aunque en lugar de tragarse las obleas se las guardó para destinarlas a su obra. (Me fascina imaginar la imprescindible delicadeza con la que hubo de hacerlo, dada la fragilidad de ese circulito de pan ácimo que los creyentes prefieren denominar sagrada forma; pero esto ya son cosas mías). Los Abogados Cristianos no callaron, avergonzados porque su iglesia se vea ofendida con semejante lacra. No. Los Abogados Cristianos no decidieron defender a los niños de su iglesia, violados, sometidos, aterrorizados. No. Polonia Castellanos y sus secuaces togados iniciaron una persecución que aún persiste contra el artista valiente. Esa es su escala de valores.
Tienen dinero para su nueva cruzada. Tanto como la propia iglesia católica, que ha podido desembolsar, solo en Australia, más de 250 millones de euros en indemnizaciones a las víctimas por los abusos, solo los probados, cometidos por los curas. Así que quizás esta asociación no esté tan lejos de las altas instancias de la institución. Si bien la propia iglesia desautoriza a El Yunque por considerarla una sociedad secreta, Polonia Castellanos es relacionada con esa sociedad, pero la iglesia no desautoriza a esta abogada. La iglesia calla. Y quien calla, otorga. Quizás los Abogados Cristianos sean, digamos que en sentido figurado, su brazo militar. Blandiendo leyes como espadas.