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Mujeres tristes por los suelos

Barbijaputa

Los ideales de belleza van cambiando según la década. Todos igual de dañinos (ya que son considerados como el único), ya que discriminan y demonizan a los cuerpos que no se ajustan a lo que se ha establecido. En la actualidad, no solo nos bombardean con mensajes donde se representa a la mujer ideal como un mero cuerpo -que además debe ser escuálido y sin formas-, sino que también se repite un patrón en esos mensajes: la actitud de esa mujer ideal.

Da igual la marca, da igual si te están vendiendo ropa, accesorios o perfumes, que la actitud y la postura que se repiten hasta el hartazgo es la de una mujer tirada en el suelo y con expresión de no querer vivir más. Desde todos los anuncios de TV, prensa, redes sociales y lonas gigantescas colgadas por todas las ciudades, hace tiempo que se viene haciendo fuerte la tendencia de mostrarnos como seres desprovistos de fuerzas. La apatía y la vulnerabilidad como el summum de la feminidad.

En la foto, Zara no solo ensalza la archiconocida figura delgadísima, sino también ese halo de debilidad y vulnerabilidad en la mujer. Todas serias, apagadas, derrumbadas.

Mango también encuentra sublime la postura de haberse resbalado en un sillón y no encontrar la forma de erguirse.

A Zara le parece buena idea que estés tirada y apática incluso con la ropa de las entrevistas. Se entiende que las chicas de la foto no pasaron el proceso de selección.

En los hombres es diferente. Esta es una de las pocas fotos que he encontrado de un hombre que no esté de pie y en actitud desafiante o de poder. Sí, sentado en un cochazo que conduce él, pero bueno. Porque Zara, si eres hombre, te quiere con poderío. Si eres mujer, te quiere desvalida.

Mango no iba a ser menos. ¿Cómo no podría ser bella la imagen de una mujer a la que parece que han cogido en plena queja por un dolor de regla?

Mango tiene algo maravilloso llamado Violeta, que no es otra cosa que una marca paralela de ropa pero para tallas grandes. Sí, lo que ven en la foto, según Mango, es una mujer que no puede o debe llevar la ropa de la primera marca, la cual solo llega hasta la talla 40. Para eso creó Violeta, para las tallas grandes, y esto va desde las talla 42 a la 54. Pero que no estés del todo escuálida no significa que no puedan tirarte al suelo y pedirte que, por nada del mundo, se te ocurra sonreír para la foto. 

Bimba y Lola también se apuntó con furia hace tiempo a la moda de representar la imagen de la mujer como un objeto sin voluntad.

Da igual donde estés o qué lleves puesto. Sé un pan sin sal. Sé una pavisosa. Que nadie piense que eres fuerte o tienes energía, eso es muy poco femenino.

Por otro lado, esto es lo más parecido que encontré (entre las miles de fotos de Instagram que he repasado para este artículo) con hombres. Sí, lo más parecido a esas imágenes con mujeres que parecen estar enfermas, cansadas o depresivas es una foto con dos hombres charlando sentados en sillas.

Guess (de la que puede que no tengas jamás una sola prenda pero de cuya publicidad es imposible que escapes por muy pobre que seas), también te inocula en el imaginario que estar tirada, aunque sea en mitad de una fiesta, es sinónimo de feminidad y de glamour. 

Tropezar y estar a punto de caer también puede ser sexy. Porque es bello ser tan delicada que no puedes tenerte en pie.

También puedes hacerte la muerta, como en esta foto de Bimba y Lola. Nada más femenino que un desmayo.

O una bajada de tensión. Esto me pasó a mí una vez en plena calle y la verdad es que tenía la misma pinta que la chica de la foto; solo tenía energías para agarrar el bolso y que no me lo robaran.

La postura de haberse caído de un quinto es tanto o más sexy que la de estar triste. Pero si puedes unir las dos, los mil likes no te los quita nadie.

Que no seas aún adulta no significa que no puedas ir ya comportándote como la princesa que eres. Sin demasiados aspavientos o efusividades. Tienes que ir ensayando para que, cuando crezcas, te comportes como alguien que puede uno poner y quitar de aquí o de allá. Ocupa el menor espacio posible, sé discreta, sé una princesa.

Si eres un chico ahí ya sí, ocupa el espacio libremente, sonríe, demuestra que eres fuerte. Reír está permitido para ti. Enhorabuena.

Como mujeres, esta forma de representarnos nos afecta brutal y directamente. Perpetúa la concepción de la mujer como alguien débil y vulnerable por el hecho de ser mujer. Como un sector de la población que está necesitada de protección. Nos infantiliza y nos muestra como víctimas. Que el ideal de feminidad y belleza pase por tirarnos al suelo y poner cara de que la vida nos ha pasado por encima varias veces, refuerza la concepción que la sociedad (y nosotras mismas) tiene (tenemos) de la mujer. 

Es cruel, es dañino y genera más violencia de la que ya soportamos. Es la pescadilla que siempre se va a morder la cola. Y así será, o bien hasta que el patriarcado decida dejar de controlarnos a través de nuestro cuerpo, o bien hasta que nosotras, como colectivo, despertemos nuestra conciencia feminista. ¡Esperemos que sea la segunda!

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