Entiendo el miedo que recorre el PP desde que Bárcenas entró en Soto del Real. En cualquier momento puede aparecer una carta, una carpeta de documentos, un vídeo grabado, una caja de papeles, que el ex tesorero habría dejado a alguien de confianza con instrucciones para publicarlo si acababa entre rejas. Sería el temido “botón nuclear” del que muchos hablan estos días.
Intento imaginar qué podría contar Bárcenas como para que el PP saltase por los aires, en qué consistiría esa explosión nuclear. ¿Desvelará que en el partido se repartía el dinero alegremente, sin control y a espaldas de Hacienda? ¿Sabremos que los principales dirigentes del PP se embolsaron durante años enormes cantidades de dinero disfrazados de gastos de representación y dietas? ¿Que algunos se daban la vida padre en hoteles y restaurantes de lujo?
¿Nos contará acaso Bárcenas que la cúpula del PP cobró sobresueldos durante 20 años? ¿Sabremos que el propio Rajoy los cobró, incluso siendo ministro, pese a que la Ley de Incompatibilidades lo prohíbe? ¿Que incluso Cospedal se llevó lo suyo? ¿Y Aznar, él también?
¿Revelará Bárcenas que había constructoras dando dinero al partido en agradecimiento por recibir enormes contratos de obra pública de las administraciones gobernadas por el PP? ¿Nos enteraremos de que esas donaciones eran ilegales, por superar los límites de la ley, y por incumplir la prohibición de que las empresas que contratan con la Administración hagan donaciones? ¿Sabremos que el entonces tesorero, el mismo que canalizaba esas donaciones, colocaba millones en cuentas en el extranjero?
¿Quizás tendrá novedades sobre la trama Gürtel? ¿Nos acabaremos enterando de que Gürtel no es algo al margen del PP, sino una parte inseparable de su financiación, en la que habría implicados altos cargos y dirigentes que podrían acabar imputados? ¿Que algún miembro del Gobierno recibió regalos, viajes y comuniones por cortesía de Correa y compañía? ¿Que Correa pagó parte de la boda de la hija de Aznar?
¿Nos contará que, frente al anuncio de que fue apartado del PP en 2009, en realidad siguió a sueldo del partido hasta hace unos meses, con despacho y coche? ¿Que él no es el único tesorero pringado y la cosa viene de lejos?
En efecto: todo lo anterior lo sabemos ya, todo ha salido a la luz en estos meses entre papeles de Bárcenas, contabilidad del PP mirada con lupa, novedades Gürtel e investigaciones judiciales. En vez de una explosión nuclear, hemos tenido una interminable fuga radiactiva que cada semana nos dejaba un escándalo nuevo.
Y con todo, aquí no se mueve nada, el PP aguanta lo que le echen, sin importarle lo que traigan los diarios cada lunes, ni el ridículo que hagan en las ruedas de prensa, ni la cantidad de veces en que la hemeroteca les deje en evidencia. Impasibles, saben que quien resiste, gana. Y por ahora resisten.
Quiero decir con esto que no dudo de que Bárcenas pueda tener más munición, y potente. Pero también es cierto que su credibilidad está bajo mínimos, más desde que entró en prisión. Y por su parte el PP tiene capacidad demostrada para esquivar proyectiles, encajar golpes sin doblarse demasiado, ganar tiempo para que el paso de las semanas desactive las bombas informativas, y aguantar, aguantar y aguantar, que los tiempos de la Justicia ya harán el resto, y de aquí a que haya alguna sentencia, todos calvos.
Que el PP es resistente a la radiactividad lo sabe el propio Bárcenas. Cuando ponga el dedo en el botón nuclear, pensará que las cucarachas no son las únicas que sobrevivirían a una explosión atómica. El PP también.