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Carta a un asambleísta de la Federación: lo que vas a disculpar a Rubiales

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Estimado asambleísta:

Te escribo sin ponerte cara, asumo que eres hombre (solo el 5% de la asamblea la integran mujeres) y que te apasiona el fútbol porque te has dedicado o sigues dedicándote a él desde el puesto de entrenador, jugador (profesional o aficionado), árbitro, directivo de equipos grandes o muy pequeños o incluso de una de esas federaciones regionales que dependen de los fondos que concede el organismo que preside desde mayo de 2018 Luis Rubiales, y los últimos 30 años, Ángel María Villar. Me dirijo a ti porque te han convocado a una reunión federativa que es mucho más que eso. El viernes tú y otros 139 colegas tenéis una cita con el país que queremos ser. Tal vez tengas hijos o nietas que empiecen a meter goles, o lo mismo no y solo pretendes dejar tus alrededores un poco mejor de como te los encontraste.

Se ha filtrado el orden del día de la asamblea, aunque tú, como toda España, sabes que te han llamado para salvar a Luis Rubiales, el ASUNTO que —paradójicamente— no figura en la agenda, pero que va a dirimirse hacia el final de la reunión en ese cajón de sastre que es siempre el turno de ruegos y preguntas.

Presupongo que no te vas a dejar condicionar por las prebendas y viajes por el mundo junto a la selección ni por las subvenciones a tu entidad o las aspiraciones personales. Doy por hecho que vas a elegir lo mejor para el fútbol y para el país, de lo contrario no estaría escribiéndote a ti. Desconozco si los que votáis en conciencia estáis en minoría frente a los beneficiados por esa red clientelar que se prometió desmantelar en la Federación hace cinco años pero que continúa a pleno rendimiento. Aún así te pido a ti y a todos los que son como tú, que reflexionéis antes de la junta.

Seguro que Luis Rubiales y la Federación hicieron cosas buenas por el fútbol, también por el femenino: ninguna selección gana la Copa del Mundo sin una organización detrás. No es eso lo que está en discusión. Nadie duda tampoco de que los planes para el futuro serán todavía mejores, ahora que el planeta entero y también las marcas y patrocinadores conocen el juego de estas 23 futbolistas (y las 12 que se perdieron la cita más importante de sus vidas tras firmar una carta en la que reclamaban mejores condiciones para practicar su deporte). 

Nada de eso está en discusión. Vas a debatir, tú y otros 139 asambleístas (cabe confiar en que que el presidente se abstenga) si estás dispuesto a disculpar un comportamiento machista de un jefe a una subordinada transmitido en directo a todo el mundo mientras un grupo de jugadoras trataba de celebrar su sueño convertido en acontecimiento histórico, la coronación de España como mejor selección del planeta.

Se debate eso pero de lo que hagas no solo depende si Rubiales se queda o se va, también decidirá si una destitución así sirve de ejemplo para que el próximo alto directivo, taxista, panadero o director de cine se lo piense antes de tener un comportamiento así con una mujer. Tu decisión (y la de tus colegas) afectará a esas situaciones que se dan cada día cuando no hay cámaras que las graben ni pantallas de plasma que paren la imagen o la repitan a cámara lenta.

En tu mano está que el siguiente que tenga la tentación de sujetar la cabeza para besar contra su voluntad a alguien que tiene difícil quejarse –porque peligra su puesto de trabajo, porque 'estábamos él y yo solos, a quién van a creer'–, se acuerde de Rubiales y reflexione antes de adoptar una postura así. Que se detenga a pensar si ese comportamiento se lo permitiría con otra persona que no dependiese de él. Si haría lo mismo con un hombre.

Siendo todo eso ya mucho, lo que decidirá este viernes la Asamblea de la Federación es bastante más. Porque tras el beso no consensuado ha habido muchas otras conductas intolerables que no fueron retransmitidas por televisión.

Hoy sabemos –porque la futbolista ha emitido un comunicado a través de su sindicato– que la Federación se inventó unas supuestas declaraciones suyas en las que le llamaba “presi” a Rubiales y disculpaba el beso como un gesto de complicidad entre dos amigos.

Repasemos lo que decía el comunicado que la Federación de la que formas parte envió a la agencia Efe con declaraciones que Jenni Hermoso nunca hizo y comparemos con lo que ha dicho la jugadora de la selección.

El texto remitido a Efe desde la Federación atribuía a Hermoso las siguientes frases: “Ha sido un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento”.

En la nota pública enviada a los medios de comunicación este miércoles Jenni Hermoso asegura: “Mi sindicato Futpro, en coordinación con mi agencia, TMJ, se están encargando de defender mis intereses y ser los interlocutores sobre este asunto”. Y a continuación Futpro expresa su “firme y rotunda condena ante conductas que atenten contra la dignidad de las mujeres”. También pide a su Federación que “implemente los protocolos necesarios, vele por los derechos” de las jugadoras y “adopte medidas ejemplares”, y considera “esencial que la selección campeona del mundo esté representada por figuras que proyecten valores de igualdad y respeto en todos los ámbitos”. El sindicato acaba haciendo una llamada al Consejo Superior de Deportes para que “apoye y promueva activamente la prevención e intervención ante el acoso o abuso sexual, el machismo y el sexismo”.

Comprobarás que son dos versiones incompatibles. Y las palabras de Jenni Hermoso a través de su sindicato evidencian que alguien –ya no en mitad de la celebración de un mundial en caliente y con las pulsaciones por las nubes (que tampoco justifican la actitud de Rubiales)– decidió escribir un comunicado falso y lo mandó a los medios en nombre de una jugadora que llamaba “presi” a la persona que la había besado contra su voluntad y que disculpaba ese gesto como una muestra de agradecimiento entre amigos.

Es esa la Federación que hoy te piden perpetuar con tu voto. Pero en la junta del viernes vais a evaluar muchísimo más. Lo que te están pidiendo, estimado asambleísta, es que perdones también los insultos del presidente a quienes criticaron ya en un primer momento su actitud con las jugadoras y sus gestos en el palco. En la cadena Cope, el mismo domingo muchas horas después de que acabase el partido, y es de esperar que con el ritmo cardiaco ya recuperado, Rubiales llamó “gilipollas”, “tontos del culo”, “idiotas”, “estúpidos” y “pringados” a quienes afeaban su comportamiento en uno de los días más importantes de la historia del deporte español. Dijo todo eso.

Si tienes a mano el código ético de la Federación, el que aprobó por unanimidad la Comisión Delegada de la Asamblea a la que perteneces el 13 de diciembre de 2019, puedes saltar al artículo 20. Dice así: “La Real Federación Española de Fútbol espera que las personas y entidades sujetas al presente Código adopten un comportamiento alineado con los valores que inspiraron el Olimpismo de excelencia, amistad y respeto. [...] El respeto debe implicar la aceptación de las opiniones de los demás y aceptar las crítica”. 

El artículo 26 escribe algo más en su apartado segundo: “Las personas sujetas a este código no utilizarán gestos ni lenguaje ofensivos destinados a insultar a alguien de alguna forma o a incitar a otros al odio o a la violencia”. En el punto 3 añade: “Las personas sujetas al presente código se abstendrán de toda forma de abuso físico o mental, toda forma de acoso y cualesquiera otras agresiones físicas o psicológicas, contra una persona destinada a aislarla, estigmatizarla o dañar su dignidad”. 

¿Viste a tu presidente en el palco? Hay mucha gente afeando que se agarrase los testículos al lado de la reina de España y la infanta para celebrar el triunfo. En realidad, daría igual que estuviese él solo en la grada.

Si antes de acudir a la asamblea quieres releer el resto del manual de comportamiento que rige para toda la Federación, aquí lo tienes, se descarga en vuestra página web.

También en frío la Federación de la que formas parte gestionó las supuestas disculpas, cuando el avión de la expedición aterrizó en Doha para hacer escala y alguien en el organismo comprobó que el escándalo viajaba más rápido a través de los diarios más prestigiosos del mundo. Cuando vieron que la bola no paraba de crecer y que los insultos dedicados a quienes le criticaron solo habían agravado la situación, Rubiales optó por grabar un vídeo que se trató de vender como una disculpa que no lo fue. Seguro que lo recuerdas: el presidente de la Federación pronunció la que debería quedar como la frase que resume todo el escándalo. Dijo mirando a cámara que no había habido “mala fe por ninguna de las dos partes”. ¿Qué quiso decir Rubiales? ¿Que nadie debe desconfiar de que de Jenni Hermoso, que llevaba preparándose para esta cita toda la vida, fuese a recoger la medalla con mala idea o con un plan oculto para que su presidente se abalanzase sobre ella? ¿En serio pensaba Rubiales o alguien de la Federación que había en España y en el mundo entero una sola persona con dudas sobre lo que hizo la jugadora?

Ahora se sabe que Rubiales llegó a presionar a varias de ellas, incluida la propia Hermoso, para que apareciesen junto a él en el vídeo restándole importancia, que invocó a sus hijas para que le hiciesen ese favor porque veía peligrar su puesto al frente del fútbol español.

El artículo 17 del código ético de la Federación, estimado asambleísta, habla sobre honestidad. Seguro que lo recuerdas: “La Real Federación Española de Futbol espera que todas las personas y entidades sujetas al presente código tengan un comportamiento honesto y ético en la práctica del fútbol. Ello implica procurar siempre mantener una conducta íntegra, que sirva como cauce de transmisión de valores a toda la sociedad”? 

¿Crees que lo sucedido en los últimos días pasa el filtro de las normas que se autoimpone la propia Federación?

Solo hay dos opciones posibles: estar con el código ético que obliga desde el primer al último trabajador del ente, el que votasteis por unanimidad, o colocarse del lado de quien lo ha incumplido reiteradamente y generado una grave crisis al deporte español y a la imagen del país. Se decide si ellas tienen derecho a que dentro de medio siglo su gesta se recuerde por el golazo de Olga Carmona con la zurda, como sucedería si este mundial lo disputasen hombres, o por el machismo recalcitrante capaz de amenazar también el primer gran momento de gloria del fútbol femenino. Tienes la opción de amparar en la asamblea al fútbol femenino que se ha levantado contra el dirigente que ha empañado la mayor hazaña de su historia o garantizar la continuidad de quien casi lo arruina todo. En última instancia, tu elección es entre Rubiales o Hermoso, y es casi un conflicto universal y antiquísimo: entre el jefe al que se le va la mano o la empleada que lo sufre. Esta vez a la vista de millones de espectadores.

Me despido deseándote que actúes en conciencia. Dicen nuestros mayores que el periodismo no está para pedir cabezas, que basta con informar a la gente para que pueda tomar mejores decisiones. Y a la vez es difícil no mojarse ante conflictos que empatan lo peor de un pasado en blanco y negro con un futuro que algunos ya desearíamos aquí, hacia el que avanzamos, pero que tarda en llegar. No desconfíes, amigo asambleísta: la carta se publica en un periódico sin más objetivo que lo sucedido el domingo no vuelva a repetirse, en un diario que no tiene candidato alternativo, sin intereses en el fútbol y que tampoco participa en guerras de dirigentes. Un diario que, por no tener, ni siquiera tiene sección de deportes.

Nota al pie: igual que fueron mujeres las 23 (más 12 a las que no se les permitió ir por reivindicar los derechos de todas) las protagonistas de un título Mundial que ya será eterno, fueron mujeres las narradoras que levantaron a todo un país cantando los goles y las hazañas de la selección, también están siendo mujeres las periodistas que han destapado el carrusel de mentiras y medias verdades con las que la Federación ha intentado desactivar el escándalo de su presidente retransmitido por televisión para todo el mundo. Lean a Sandra Riquelme y a Natalia Torrente en Relevo. Ellas han dado las exclusivas más relevantes del caso. Mientras la Federación trataba de desmentirlas con falsedades. O, peor, de callarlas.