(FICCIÓN)
Despacho del presidente del Partido Popular. 48h después del correctivo electoral del 24 M. Asistentes: Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Carlos Floriano, Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría.
—Se veía venir—dijo Rajoy aparentemente calmado aunque guiñó un ojo repetidas veces—el CIS, nuestras encuestas y hasta Arriola lo decían—añadió sorbiendo una taza de café sin azúcar con un gesto amargo en su semblante.
—Estaban los indecisos, para ellos hicimos la campaña, ¿No?—dijo Floriano mirando a Pablo Casado que encogió los hombros como si no fuera con él.
—Yo tengo parte de culpa, mucha culpa, seguro. Llegó tarde la campaña de la piel y no caló en la gente. El problema es que hemos comunicado tarde y mal. Hemos dejado que los logros conseguidos se desvanezcan frente a las promesas imposibles que quiere oír la gente. El crecimiento económico ya no compra votos, si me permites decirlo Presidente—dijo Cospedal.
–A ver María Dolores, eso son tonterías que no van a ninguna parte… —terció Soraya mirando al presidente—Mariano, Presidente, se ha hecho todo lo que convinimos: Pusimos a los José Antonios en TVE para que marcaran de cerca la información, ya sabes Sánchez de Telemadrid y Gundín de La Razón; le pedimos a Vasile que bajara el listón…¿Recuerdas lo de Cintora?, tengo a las teles sin respiración con la concesión de nuevos canales y lo de la publicidad en TVE. Los periódicos ya no influyen, pero en cualquier caso la rabia de Pedro Jota está extinguida y los demás están moderados por sus deudas bancarias… ¿Qué más se puede hacer?
Mariano Rajoy callaba y seguía sorbiendo la taza de café amargo.
—Ya, pero la Sexta de Évole, Wyoming, Pastor, Ferreras... etc. no da tregua—replicó Cospedal—y luego están los nuevos, eldiario.es, Infolibre y Público; todo esto suma en contra. Han ido a por nosotros con premeditación y los hemos ninguneado.
—Querida—dijo Soraya—hemos tenido las mismas oportunidades en las tertulias, pero si a los que llevamos son al Chani, Marhuenda e Inda ya sabemos lo que da de sí. Eso ya no depende de mí, eso es cosa tuya y de Carlos (Floriano). Se pueden controlar los medios, pero parece más difícil controlar lo que se dice en ellos. No tenemos credibilidad.El resultado es que La Sexta hace un 17% de audiEncia y TVE con Buruaga un 6...
—Sí, yo creo que es un problema del mensaje—intervino Pablo Casado—yo defiendo en las tertulias nuestros éxitos de gobierno, pero cada vez que lo hago me ponen por delante la corrupción del partido y las estadísticas de pobreza, creo que a eso no le hemos querido dar importancia y lo hemos tratado mal. Hemos estado tibios y la gente se ha dado cuenta.
—Pues a mi la campaña de la piel me pareció muy buena—dijo Floriano y recibió miradas de indiferencia por parte de todos, menos de Rajoy, que pareció no escucharle y rebuscó entre la caja de puros.
—¿No habías dejado de fumar, Presidente?—preguntó Cospedal y tuvo por respuesta el silencio.
—El problema viene ahora, lo pasado, pasado está. Todos tiran la toalla: Bauzá, Fabra, Herrera… todos abandonando el barco como las ratas—dijo Pablo Casado—Mira a Trias en Barcelona, al final quiere plantarle cara a la Colau, le han llamado los empresarios y los bancos y va a dar batalla…
—Sí, como Esperanza, ¿No?—dijo Floriano.
—Eso es patético, no debemos arrastrarnos, aún nos queda dignidad—intervino Casado—Mira Cristina Cifuentes, ella si que lo entendió y le hizo los videos el Risto, esa si sabe comunicar, no como Monago que ni pone las siglas del partido y está todo el día corriendo por el campo en los videos de campaña… ¿Tú crees que es creíble un tipo calvo corriendo y con música de Rap de fondo? Vamos Carlos, no me toques los cojones…
En el despacho olía a puro. Mariano Rajoy expiró el humo hacia el techo y luego los miró uno a uno con cara de perdonavidas.
—A ver si os enteráis. Lo de la comunicación es secundario. La Sexta no la ven nuestros votantes y los que la ven se descojonan, lo mismo que los de Podemos se retuercen de risa cuando ven 13 TV—sentenció el Presidente—. El problema está aquí, dentro de este despacho. Hemos ido a las elecciones desunidos, hemos dejado que cada uno hiciera su puñetera campaña personal y esto no funciona así en este Partido. Hay que cambiar el rumbo, pero hemos de navegar todos en la misma dirección y visto lo que pensáis creo que he de mover ficha en el momento adecuado y con la prudencia que se espera de un presidente. No vaya a ser que, incluso, nuestros medios amigos se pongan a darme consejos con sus editoriales.
—¿Cambios?—preguntó Cospedal—sabes que mi cargo está a tu disposición, Presidente.
—Los cambios hay que saber venderlos también Presidente, yo creo que una campaña como la de la piel…—dijo Floriano y se interrumpió al ver las caras asqueadas de sus compañeros.
—Hay que coger el timón para saber navegar en el rumbo adecuado. El timón es tuyo Mariano, pero me tienes a tu lado para que no nos desviemos ni un grado—sentenció Soraya.
En la sala se hizo el silencio, Mariano Rajoy le dio una bocanada al puro y lo aplastó en el cenicero sin consumir. Tengo una rueda de prensa en cinco minutos.
—¿Con preguntas y sin plasma?—dijo Floriano.
—He dicho que hay que cambiar el rumbo.. o no te has enterado, Carlos.
(Continuará)