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Da bastante miedo

7 de febrero de 2024 22:38 h

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"El comentario es libre, pero los hechos son sagrados"

Pongamos que me importa una higa la amnistía, el sostenimiento o la caída del Gobierno o el devenir del independentismo. Pongamos que aparcamos todo esto. Lo he tratado lo suficiente en columnas e intervenciones como para poder rogarles que lo soslayemos por un momento para poder ver el bosque. Si hacemos tal ejercicio, verán cómo concluyen conmigo que lo que está sucediendo, lo que lleva sucediendo años en nuestro país, da bastante miedo. Miren que yo he defendido el trabajo de jueces y fiscales en general en este mismo lugar, pero el menosprecio absoluto y temerario que algunos tienen de los hechos, que deben ser sus dioses, y la liberalidad con la que los amoldan e interpretan me da mucho miedo y debería dárselo a todo ciudadano que se precie de su libertad y de su futuro. 

Incluyo en este paquete a los periodistas que deberían regirse por los mismos principios, pero que están dispuestos a comprar mercancía averiada –incluyendo la reinterpretación de hechos de los que ellos mismos han sido testigos– bien para no tener problemas con la línea de sus medios, bien por considerar erróneamente que el mantenimiento de sus fuentes exige convertirse en un tiralevitas o tiratogas. Ya les digo que a mí estas columnas me han costado algún amigo, no fuente sino amigo, pero considero que no serían tan amigos cuando no comprenden que no puedo dejar de cumplir con mi misión ni ellos con la suya. Da bastante miedo la degradación de algunos y esta historia del grupo terrorista catalán comandado por Puigdemont forma parte de ella. Y da miedo porque hoy son los catalanes y mañana, con estas falseadas premisas, pueden ser terroristas unos tractoristas, los de la naval o quienes les dé la gana. Y ya vale. Ya vale. 

Leo que en la reunión de la Junta de Fiscales del Tribunal Supremo varios compararon lo sucedido con la kale borroka. Las ganas que tienen y la poca kale borroka que han conocido en su trabajo. La kale borroka tenía detrás a organizaciones juveniles directamente relacionadas con ETA de forma probada. Leo que alegan que la finalidad de las protestas de 2019 era buscar la independencia de Cataluña y subvertir el orden constitucional, cuando todos sabemos que las protestas se organizaron para protestar por la sentencia del Tribunal Supremo que condenaba por sedición. Hay periodistas aplaudiendo ahora tal finalidad esotérica que hicieron en 2019 crónicas y directos explicando que las protestas eran por la sentencia. ¿Mintieron entonces o fueron tontos y no vieron que de lo que se trataba era de lograr la independencia mediante actos terroristas? Busquen en la hemeroteca. No hay medio de ninguna tendencia que no informara sobre la finalidad de aquellas protestas convocadas por Tsunami: protestar por la sentencia del Tribunal Supremo (que a lo mejor eso tiene su relevancia). Esa finalidad constatable se ha transformado ahora en la de crear terror, obligar a las autoridades a hacer algo o subvertir el orden constitucional. El colmo ha sido oír a un fiscal en una radio afirmar que la convocatoria de una protesta en el El Prat –que derivó en desórdenes graves ciertamente– es en realidad una incitación al homicidio doloso, con dolo eventual, pues ya apaga y vámonos.

Parece muy fácil liar a la gente con cuestiones técnicas y prolijas pero todo esto es muy sencillo... ¿cuál era la finalidad de aquellas acciones? ¿Las convocó un grupo terrorista que lo fuera por haber llevado antes a cabo otras acciones terroristas? Si se responde con los hechos, es decir, que protestaban por una sentencia y que Tsunami ni existía antes ni era un grupo que hubiera cometido delitos terroristas ni existe ahora ni cometió ninguno después; si esa es la respuesta no se les puede imputar por terrorismo. Chimpún. No hay más. Que no les líen. Las cosas suelen ser así de sencillas y se perciben por los sentidos. Todos sabemos lo que es una acción terrorista y pretender que es un arcano es una forma de reelaborar la realidad, como hacían los chamanes para engatusar a la peña. Un delito es como un guante y la mano serían los hechos, debe entrar y ajustar perfectamente, sin que falten ni sobren dedos ni quede apretada ni baile dentro. Si eso no es así, no se trata de ese delito. Al guante terrorismo le baila la mano Tsunami tanto que le tienen que hacer nudos a los dedos para que no cuelguen. 

Y da miedo. Ahora saldrán los que “inocentemente” manifiestan que sólo les están investigando a ver si es terrorismo y que si no lo es, pues nada, ya los absolverán. ¿Me están diciendo que apoyan que se someta a ciudadanos con indicios leves o sin indicios reales a investigaciones sobre los delitos más graves, con ingresos en prisión preventiva en FIES, por ejemplo, y que ya luego si eran solo unos desórdenes de una manifa pues los absolverán o los reconducirán y no pasa nada? ¿Les gustaría que se lo hicieran a ellos? ¿Son conscientes de a qué tipo de represión totalitaria puede dar lugar tal actitud? ¿Saben que les podría tocar a uno de los que aplauden tal desmán sólo con estar en el lado no adecuado del tuit o del escenario o de la manifa? En caso de duda, ¿no es más razonable investigar por el delito menor y ya si surgen pruebas reales de que se ha cometido terrorismo enviarlos solo entonces a la Audiencia Nacional? 

Seamos claros, y hablo con conocimiento de causa, la Audiencia Nacional desde que ETA no mata no cuenta con personal especializado en sus competencias y tampoco en terrorismo. Es más bien un abrevadero prestigioso para los que están a espera de algo mejor o buscan medrar muy deprisa. Eso, por cierto, no pasaba tanto cuando por estar ahí te jugabas el pellejo. Como afortunadamente no tienen terrorismo se lo inventan. Así nos han deleitado con los titiriteros, los tuiteros, los txikiteros, anarquistas veganos y ahora los manifestantes de El Prat. La Audiencia Nacional también ha servido siempre para atraer competencias y arrebatárselas al juez natural predeterminado por la ley. Tsunami, que el fiscal pide mandar a los juzgados catalanes; Alsasua, que se trajo con trampa y después de que la Audiencia de Navarra se declarara competente; Trapero, al que juzgaron cuando ya se habían declarado años antes incompetentes para la rebelión y la sedición. Digamos que a veces la mera intervención de la AN es ya una forma de represión. Un tema a plantearse, la de la existencia de un tribunal que se justificaba porque facilitaba la forma de proteger de ETA a 25 magistrados y que ahora ya no tiene mucha explicación.

Da miedo poder confiar tan poco en un sistema que es capaz de crear pinzas juridico-mediáticas para forzar procedimientos por delitos inexistentes o artificialmente hinchados. Esto es lo que me da miedo, a mí y a tanta gente que sabe aunque prefiera no meterse en líos. Créanme, no hay independencia ni gobierno ni lucha ni patria ni bandera por la que merezca la pena someter a nuestro sistema de Justicia a esta degradación. Que una élite jurídica sea capaz de abdicar de la frialdad de los hechos para retorcerlos –los hechos, ya no el Derecho– permite llevar a cabo injusticias inenarrables, imposibles en un Estado de Derecho. Impunemente. 

No crean que yo sufro por los indepes ni por la amnistía ni por el Gobierno. No. Yo sufro por nuestro futuro y nuestras garantías democráticas. Y hace años que tengo miedo, cada vez más.