Francia Márquez y la revolución de los nadies

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Una mujer negra, feminista, antirracista y ambientalista pone a tambalear la clase política colombiana. Francia Márquez Mina, una lideresa social del Cauca, es hoy la tercera candidata más votada en las consultas interpartidistas para elegir las candidaturas presidenciales del país. Quedó segunda en la consulta del movimiento político “Pacto Histórico”, en la que ganó Gustavo Petro y consiguió incluso más votos que los candidatos ganadores de otros partidos

Francia ha sido una líder en su comunidad, ha hecho frente a empresas extractivas, a la minería legal e ilegal, incluso bajo amenazas de grupos paramilitares y su lucha le representó en 2018 ganar el Premio Goldman, que es el reconocimiento más importante del mundo al trabajo de líderes ambientales, es como un premio Oscar del medio ambiente.

Ella misma relata que se cansó de trabajar y no ver cambios para el país. Que, contrario a lo que se dice, las afectadas no son unas minorías sino una inmensa mayoría empobrecida a costa de las familias que han gobernado a Colombia y por eso ha querido representarles: a las mujeres, los pueblos étnicos, los campesinos, la comunidad LGTBIQ, la juventud a la que por exigir educación gratuita la asesinan y tildan de vándala y terrorista, a la clase trabajadora que sigue apostándole a un país mejor. Esa gente a la que llama “los nadies”, sí, esos mismos de los que hablaba Galeano, esos a los que ella representa, porque se cansó de esperar a que les dieran la palabra y fue a tomarla, como debe ser. 

Lo que Francia está haciendo es muy transgresor en un país donde solo un 12% de las alcaldías están ocupadas por mujeres, el poder ha estado siempre en manos de una élite política y económica predominantemente de hombres blancos y que es el lugar del mundo donde más activistas sociales y medioambientales se asesinan. Es una mujer cabeza de familia, víctima del conflicto armado que ha sobrevivido a atentados contra su vida por hacer activismo por los derechos humanos y que fue capaz de poner por primera vez en el debate público presidencial cuestiones tan necesarias como el racismo y el machismo estructural.

Francia le habla y representa a la Colombia invisibilizada; a la gente que no es blanca, como ella; a la gente que viene de zonas empobrecidas, como ella; a las víctimas del conflicto armado, como ella; a las mujeres que siendo madres muy jóvenes han tenido que criar y cuidar a sus hijas sola, como ella; a las que ponen el cuerpo y la vida defendiendo los derechos humanos, como ella. Francia le habla a la gente ninguneada, a la que han privado de derechos, a los y las “nadies” que le votaron y a quienes no y hace una revolución política que reescribe la historia de Colombia y de eso, ya no se regresa. 

La dicha es todavía más grande cuando esas “nadies” se toman el poder. Pues al tiempo que se realizaron las consultas interpartidistas se eligió el nuevo congreso de Colombia al que llegaron, entre otras, una lideresa indígena y una lideresa afrodescendiente. Ellas son Aida Quilcue, de la comunidad indígena nasa de Tierradentro Cauca y perteneciente al Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC–, (de la misma región y organización de la Guardía Indígena de la que les había hablado hace unos meses). Ha luchado incesantemente por mejorar las condiciones de vida de las comunidades de su territorio, porque acabe la guerra y por la defensa activa de los derechos de los pueblos indígenas. Su trabajo le ha ocasionado todo tipo de ataques y persecución, en 2008 su esposo fue asesinado por las fuerzas militares de Colombia. A ella no le ha tocado nada fácil. Por todo esto en 2021 recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos por toda una vida en la defensa del movimiento indígena en Colombia.

Está también Cha Dorina Hernández, que se convierte en la primera mujer palenquera en llegar al Congreso; ella es oriunda de San Basilio de Palenque, el primer pueblo libre de América, fundado por personas africanas que escaparon de la esclavitud. Es etnoeducadora, lideresa comunitaria y gestora cultural, quien desde el Congreso espera continuar trabajando por las comunidades afro, por las mujeres, por las comunidades rurales, la juventud y la clase trabajadora.

Esto merece ser contado, este despertar político y social, esta maravillosa movilización democrática. Decía Galeano: “sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte”. Quiero pensar que está empezando a llover, que los “nadies” lo están consiguiendo, no solo que llueva la buena suerte, sino que empiece su revolución.