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Grupos periodísticos que echan oro por la borda

Algunos grupos de prensa diaria están tirando por la borda sus mejores activos. No me refiero solo al desmantelamiento del talento periodístico de las redacciones y a la falta de inversión en los contenidos, sino a la venta de algunas empresas rentables que forman parte de su órbita empresarial.

El último ejemplo es el de Grupo Zeta que ha vendido su editorial de libros Ediciones B al grupo alemán Bertelsmann, según algunas fuentes fiables, por alrededor de 30 millones de euros.

Anteriormente ya lo había hecho PRISA con sus sellos literarios al mismo comprador alemán por 72 millones.

Los grupos periodísticos que están fuertemente endeudados no pueden soportar la presión financiera de las entidades bancarias que les exigen amortizar los créditos. Los ingresos de los diarios disminuyen cada año y sus cuentas de resultados son insuficientes para devolver la deuda.

Vender las empresas rentables no deja de ser una patada hacia adelante que no llega a ninguna meta. El resultado económico se verá aún más mermado en el futuro al no disponer de la rentabilidad que generaban los libros en este caso y con esa visión cortoplacista, que exigen los bancos, no habrá posibilidad alguna de intentar remontar la caída de los periódicos. No resultará fácil tampoco pagar el siguiente plazo de la deuda contraída.

El año ha empezado mal de nuevo para los diarios impresos. La publicidad se sigue alejando de ellos casi al mismo paso que los lectores. Los cuatro grandes diarios nacionales ven descender en su conjunto un 15% las ventas de ejemplares y un 18% las de publicidad, según datos acumulados a febrero. ABC se lleva la palma con un 21% de descenso en ambos capítulos.

La receta para esa gran crisis sigue siendo la de rebajar la paginación que se entrega a los lectores, y por tanto, los contenidos. Con esa fórmula dentro de poco las redacciones, ya diezmadas, resultarán excesivas y se volverá a los despidos. Se trata de ir tirando lastre por la borda, aunque vaya consigo el oro del que aún disponían.

Hoy el Periódico de Catalunya y el Grupo Zeta al que pertenece son mucho más débiles y la banca acreedora algo más sólida en su posición. Este de la prensa es cada vez más un mundo de financieros y menos de periodismo.