Replantearse el mercado de trabajo –pensar qué significa hoy, en 2016, el empleo- es una prioridad absoluta para la sociedad actual. La previsión de que las máquinas eliminarán millones de puestos de trabajo en unos años la hace todavía más acuciante.
Según un informe presentado en la reunión anual que mantuvieron días atrás los top bosses mundiales en Davos, en el año 2020 habrán desaparecido 7 millones de empleos en las 17 economías más importantes del mundo a consecuencia de la automatización del trabajo. En los próximos años se producirá la robotización no sólo de tareas simples o repetitivas sino de otras más complejas.
¿Conocéis a la estrella del pop japonés Miku Hatsune? Miku, que ha sido telonera de Lady Gaga, lo mismo llena auditorios que asiste como invitada a programas de televisión. Bien. Pues Miku Hatsune no existe. Es un programa de voz y su holograma tiene la apariencia de una chica de 16 años con largas coletas azules. Es un fenómeno popular que produce un merchandising millonario.
Miku no cobra, no da guerra, es moldeable físicamente y sus emociones son perfectamente controlables. ¿Para qué arriesgarse en apostar por un adolescente humano? Es sólo un ejemplo del mundo al que podemos dirigirnos –o nos estamos dirigiendo.
En estos días postelectorales de formación de gobierno, a mí me resulta extraño que no se escuchen referencias a estos temas tan centrales. Se habla de nuevas o viejas políticas, de pactos, corrupción, de programa en general, vale, pero ¿concretando? ¿Por qué no bajan a tierra? Renta básica sí o no. ¿Reducción de horarios? Pleno empleo, de acuerdo, ¿cómo? ¿Poner tope al sueldo máximo? Y etc. Esto es lo que nos importa a la mayor parte de los ciudadanos que vamos buscándonos la vida, sobreexplotados, con empleos precarios, mal pagados o en paro. ¿Qué tipo de trabajos van a desaparecer? ¿Cuáles pueden crearse? ¿Hacia qué tipo de sociedad avanzamos? ¿Es que no hay ningún punto de conexión entre los diferentes partidos para llegar a ningún acuerdo en uno de los temas más esenciales en este momento?
Estancado de momento el grupo de los políticos, la iniciativa la toma el negocio del espectáculo.
Pronto se estrenará en Cuatro un docurreality en el que cinco chicas convivirán durante seis semanas con monjas de distintas órdenes. Se encienden los focos aquí y lo que se ilumina es un trabajo de esos que ya no existen. Un trabajo para toda la vida, con renta mínima y satisfacción vocacional, todo en un contexto solidario ajeno a la competitividad del mercado y en un entorno en comunión con la naturaleza. ¿Quién da más? Yo también quiero ser monja.
Seguramente para evitar un aluvión de mujeres en paro, la exigencia a las participantes fue que ya hubieran recibido la llamada de Jesús antes de la llamada de Mariano Blanco, director de Producción. Blanco dice que “La verdad es que si ayudamos a arrojar luz, a que otras personas sientan una emoción parecida, será magnífico”.
A mí me gustaría que la televisión sirviera para arrojar otro tipo de luz, más práctica y menos divina. ¿Y hacer un docurreality para que varios grupos de personas de ideología diferente tuvieran que ponerse de acuerdo para gobernar una comunidad?
Otra de las posibilidades que nos ofrece el futuro es irse a Marte. Según los expertos no es descabellado suponer que relativamente pronto serán posibles los primeros viajes. Tal vez por ello haya vuelto a la programación de TV Expediente X. Quieren que recordemos que “La verdad está ahí fuera”.
Desgraciadamente no. La verdad no está ni dentro del convento ni afuera en el espacio exterior. Si estas son las alternativas que se encierren o se vayan ellos, los que no sean capaces de proponer otras.
Hatsu significa primer, ne sonido y Miku futuro. ¿Ese holograma con voz sintética es el primer sonido del futuro? A ver si en España vamos a tener que vérnoslas con “el primer presidente del futuro”, un ente incorpóreo programado para dar el pego... Espera, ¿por qué esto no me suena a nuevo?
*(Añadido de última hora. Al parecer el paraíso laboral de la opción convento no es tal. Hasta allí llegan los tentáculos de la esclavitud y la explotación del emigrante según se ha puesto de manifiesto en algunas noticias estos días pasados. Una opción menos.)