“Ya no quiero ser europeo. Ya no quiere ser europeo…”. No quiero volver a oírtelo porque atrapas, me tienes harta. ¿No querías ser europeo? Pues te jodes, porque ahora eres europeo.
Mira que no te llevo yo a ti aguantado brasa: “Tenemos que ser europeos, tenemos que ser europeos”. Y total, que te mueres por la películas del Woody Allen y la música del Bob Dylan de los cojones, que ya me tiene aburrida con tanto quejido. Otro como tú. Y no le das al hip hop porque ya eres carroza, que si no. Bueno y porque esos negros son unos horteras con sus cadenas de oro y tú eres un exquisito y te encantan las camisas de lino, color crudo. Pero si te mueres por Manhattan, mucho cuento pero cuando fuimos allí bien que te comiste una hamburguesa del McDonald's y todo. Y aún decías, “hum, ésta sí que está buena. Las de allí no saben así”. Serás tonto. Pijo, que eres un pijo de mierda, coño.
Y me vienes ahora con que no quieres ser europeo. Pero por qué me habré juntado con un gilipollas como tú, que no sabes lo que quieres ser ni lo que eres ni nada, coño. Te aguanté el rollo ese de que de chaval acudiste a una reunión de Amigos de la Unesco, que ya entonces eras europeísta por influencia de tu tío, el que estaba exiliado en París, y que el europeísmo era el antifranquismo verdaderamente democrático, y no el de los comunistas. Los comunistas no serían democráticos pero vosotros haciéndoos la paja de la Unesco no creo que perjudicarais mucho a Franco. No habías visto por aquí a un europeo en tu vida y ya erais europeísta, manda narices. Pijos llorones, coño, que a los europeos les importabais un pito.
Igual que ahora, ¿quiénes son esos europeos? A ver. Pero si no quieren ni al Rajoy, que mira que se les arrastra, ni siquiera quieren al De Guindos ese, ¡y eso que es del Opus y de Goldman Sachs! No sé que le falta, ser de las SS, para que les sirva. Pero, “¡ay, no! No citéis al nazismo, que es una exageración, que no está bien!”. Iros a la mierda.
¡Que no, que no! ¡Ni se te ocurra abrir la boca! No me vuelvas a decir lo de que ahora ya no quieres ser europeo, porque te mando atado y en pelotas a Berlín para que la Merkel disponga de ti a capricho. Son perversos, coño, y tú que pensabas que nos iban a salvar de no sé qué, de nosotros mismos, del franquismo. Pero si el franquismo es lo más español, como los toros y las procesiones con mantilla. Pero nos iban a salvar, nos iban a europeizar. Lo que se nos iban era a merendar.
Y pues sí, con los griegos van a hacer paté y luego se los van a merendar sobre una tostada. Ñam. Y a nosotros, y a los portugueses, ya se nos merendaron antes y a Italia ya le quitaron presidente y le pusieron a aquel, cómo se llamaba, el que era también banquero de Goldman Sachs. Es igual, no me lo digas, no abras la boca. Monti, eso era. Pero te dije que no abrieses la boca, europeo de mierda. Quitan y ponen presidentes, gobiernos…
Tú y todos vosotros, los europeístas, os merecéis que os entreguemos a la Banda del Eurogrupo. La Banda del Eurogrupo, menuda cuadrilla de sádicos. Hay que ver lo que le hicieron al Varufakis y al Tsipras, pobrecillos. Qué horror, qué sadismo. Desde la guerra de los Balcanes no se vio crueldad semejante en Europa.
Y nos pedisteis, y nos piden los políticos que confiemos en esa banda de asesinos. Si hasta parecen sacados de un cómic, y el peor de todos, el malo malo, anda en silla de ruedas. Como en las películas, yo creo que lo hace para componer el papel. Y no, no me digas que es un chiste de mal gusto y políticamente incorrecto, porque me da igual y ese tío se merece lo peor. El peor es ese Schäuble. Es que a veces me parece que vivimos dentro de una película de esas de super héroes. Pero no hay súper héroe que valga, estamos indefensos frente a Europa. Y nos piden que confiemos en los asesinos.
¡¿Pero no te dije que no te quería volver a oír lo que de ahora ya no quieres ser europeo?! Mira que te doy. Pues ahí te quedas, me voy. Te quedas con el banderín de la Unesco y la declaración de derechos humanos y todo ese rollo y te los metes por donte te quepa. La crema la tienes en el baño. Adiós, que te zurzan.