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Hoy puede ser un gran día. Carta abierta a Pablo Iglesias

Delia Gutiérrez

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Hoy se ha aprobado en España el Ingreso Mínimo Vital. Lo que parecía una utopía, se ha hecho realidad en nuestro país. Es un avance histórico que muchas personas celebramos hoy, y que seguramente será reconocido por muchas más en el futuro. Como no podía ser menos, también es motivo de polémica, no faltan quienes hablan de “paguita” y de “vagos”, pero quiero pensar que esta batalla la tienen perdida, que la mayoría de la gente apoyará una medida de progreso y de justicia social que nos hará mejores. Que el IMV ha venido para quedarse.

Enhorabuena, señor vicepresidente, Pablo, desde luego que sí, se puede. Este primer gobierno de coalición de la izquierda española no lo ha podido tener más difícil. La pandemia, esta catástrofe, no estaba en el programa; las presiones, los insultos, las zancadillas, sí. Usted, tú, Pablo, seguro que no te sorprendes de que agiten banderas de odio delante de tu casa, de que te llamen hijo de un terrorista. Pero, por ti y por todas y todos, por la responsabilidad que te toca, no nos avergüences poniéndote al mismo nivel. No te lo puedes permitir. Te deseo serenidad para enfrentar las dificultades, humildad para reconocer los errores, y mucha energía y apertura de miras para seguir trabajando. Porque sí, se puede hacer de esta crisis sin precedentes una oportunidad de transformar nuestra sociedad, de reducir desigualdades, de cambiar de modelo productivo. Párate y escucha, no dejes que te contagie el odio, ese otro virus aún más peligroso. No desprecies a nadie, rodéate de gente lúcida y no aduladora, mira dentro y fuera, incluso hasta las antípodas, donde una presidenta valiente sustituye el PIB por un índice de bienestar. Queda mucho por hacer, y no lo tienes que hacer tú, lo tiene que hacer mucha gente, gente sin miedo y sin ira.

Hoy se ha aprobado en España el Ingreso Mínimo Vital. Lo que parecía una utopía, se ha hecho realidad en nuestro país. Es un avance histórico que muchas personas celebramos hoy, y que seguramente será reconocido por muchas más en el futuro. Como no podía ser menos, también es motivo de polémica, no faltan quienes hablan de “paguita” y de “vagos”, pero quiero pensar que esta batalla la tienen perdida, que la mayoría de la gente apoyará una medida de progreso y de justicia social que nos hará mejores. Que el IMV ha venido para quedarse.

Enhorabuena, señor vicepresidente, Pablo, desde luego que sí, se puede. Este primer gobierno de coalición de la izquierda española no lo ha podido tener más difícil. La pandemia, esta catástrofe, no estaba en el programa; las presiones, los insultos, las zancadillas, sí. Usted, tú, Pablo, seguro que no te sorprendes de que agiten banderas de odio delante de tu casa, de que te llamen hijo de un terrorista. Pero, por ti y por todas y todos, por la responsabilidad que te toca, no nos avergüences poniéndote al mismo nivel. No te lo puedes permitir. Te deseo serenidad para enfrentar las dificultades, humildad para reconocer los errores, y mucha energía y apertura de miras para seguir trabajando. Porque sí, se puede hacer de esta crisis sin precedentes una oportunidad de transformar nuestra sociedad, de reducir desigualdades, de cambiar de modelo productivo. Párate y escucha, no dejes que te contagie el odio, ese otro virus aún más peligroso. No desprecies a nadie, rodéate de gente lúcida y no aduladora, mira dentro y fuera, incluso hasta las antípodas, donde una presidenta valiente sustituye el PIB por un índice de bienestar. Queda mucho por hacer, y no lo tienes que hacer tú, lo tiene que hacer mucha gente, gente sin miedo y sin ira.