1. Las dos Cataluñas
Desde la diada de 2012, Cataluña se ha adentrado en un profundo proceso de polarización. Actualmente, la oferta de partidos está fuertemente segmentada en función de la identidad nacional. Según la encuesta del GESOP para El Periódico, más del 80% de los votantes que se sienten esencialmente catalanes votarían a CiU, ERC a la CUP. En cambio, estos tres partidos apenas alcanzarían el 15% de los votos entre los que se sienten españoles o tienen una identidad mixta. Por el momento, Podemos ha quedado atrapada en el sector españolita (o con identidad mixta), siendo muy minoritario entre los votantes catalanistas. Sólo los socios catalanes de IU (ICV) han conseguido superar este proceso de polarización, pues son los únicos que aún mantienen un perfil de votante heterogéneo en su identidad nacional. Dejando ICV al margen, el gráfico constata un fenómeno emergente de la política catalana: cuando se trata de decidir el voto, no existen una Cataluña sino dos.
2. Jaque al Rey
En el año que dejamos atrás se apunta uno de los acontecimientos políticos más relevantes desde la llegada de la democracia: el primer relevo por sucesión del Jefe de Estado. No obstante, la abdicación del Rey Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI han estado lejos de producirse en un momento dulce para la Monarquía. La pérdida de confianza en las dos últimas décadas en la Corona ha sido muy significativa. En una escala de 0 a 10, la confianza de los españoles hoy no alcanza el aprobado, cuando en 1994 conseguía un notable. Asimismo, como muestra el gráfico, los niveles de confianza en la Monarquía comienzan a dibujar una brecha generacional: mientras en 1994 las diferencias por edades eran muy pequeñas, hoy los más jóvenes, de 18 a 34, declaran un nivel muy bajo de confianza, mientras los mayores 65 siguen confiando en la institución. Pude que estas diferencias –quizás como parte de un conflicto generacional con muchas más aristas –hayan sido responsables del jaque al Rey. ¿Mate? El futuro nos lo dirá.
Fuente: Estudios CIS 2121 y 3021.
3. Las elecciones europeas de mayo
En 2014 también tuvimos elecciones al Parlamento Europeo. Estas elecciones se caracterizaron por movimientos electorales muy distintos en el norte y el sur de Europa. En varios Estados de la Unión Europea se vivió un ascenso de los partidos de derecha radical. El UKIP británico fue el ejemplo más exitoso ganado las elecciones en Reino Unido con casi un 30% de los votos. Simultáneamente, en los países del sur de Europa, donde más se ha sufrido la crisis financiera y de deuda, los partidos pertenecientes al grupo de la Izquierda Europea vivió un crecimiento espectacular. Syriza y Podemos son los ejemplos más paradigmáticos.
4. Una Europa cada vez más dividida
En Mayo de 2014 Europa eligió un nuevo Parlamento. Por primera vez, los principales partidos transnacionales presentaron candidatos “europeos” a presidir la Comisión, y hasta se celebraron debates entre ellos. Con todo, fueron unas elecciones fundamentalmente “en clave nacional”, en el que los electorados se dedicaron a premiar o, en más bien, a castigar a sus respectivos gobiernos. Es por ello difícil hacer una lectura europea de los resultados: ¿cómo interpretar unas elecciones en las que ganan los socialdemócratas en Italia, la derecha nacionalista en Francia y Reino Unido, el centro-derecha en Alemania y la izquierda radical en Grecia? Pese a ello, sí es posible detectar algunos patrones europeos: los partidos críticos al proyecto europeo “desde la derecha” (contrarios a una mayor integración económica) crecen en el “norte rico”, y los críticos “desde la izquierda” crecen en la periferia más castigada por la crisis. Esta división se hizo también manifiesta al investir a la nueva Comisión Europea presidida por Juncker. Pese a incluir comisarios de los tres principales grupos políticos (populares, socialistas y liberales), sólo el 61% de los Parlamentarios votaron a favor de esta nueva comisión, con importantes diferencias entre los europarlamentarios de diferentes países. Como muestra el gráfico, cuatro de las cinco delegaciones que no dieron su apoyo mayoritario a la nueva Comisión Juncker eran de países que han recibido algún tipo de rescate europeo (entre ellos España). La crisis económica ha creado una Europa políticamente más dividida.
Porcentaje de apoyo a la Comisión Juncker en el Parlamento Europeo de los parlamentarios procedentes de la Eurozona. Fuente: votewatch.eu
5. La Europa de las regiones
Este año se ha publicado el European Quality of Government Index (EQI), que mide las percepciones de calidad de gobierno en 206 regiones de 24 países europeos (generalmente, de la UE, pero también Turquía. El informe se puede resumir en este mapa, donde podemos ver una Europa multicolor. El color rojo cubre las regiones por debajo de la media de forma que, cuanto más intenso es la tonalidad, peor es la calidad de gobierno percibida. Por el contrario, las regiones en azul son las que están por encima de la media, con el azul más intenso para aquellas regiones con mayor calidad de gobierno. Queremos llamar la atención sobre dos curiosidades, una nacional y otra europea. Primero, España es un país muy medio, con la mitad de las regiones ligeramente por encima de la media y la otra mitad ligeramente por debajo. En segundo lugar, las variaciones regionales son notables en muchos países, con Italia como ejemplo paradigmático. Tiene pues más sentido hablar de la Europa de las regiones, que de la Europa de los países en términos de calidad de gobierno.
Puntuaciones del Índice Europeo de Calidad del Gobierno (EQI, en sus siglas inglesas) Fuente: Charron, Dijkstra y Lapuente 2014. Social Indicators Research
6. De las encuestas a las urnas, el retroceso del bipartidismo se volvió real
Primero fue el batacazo del PSOE en las elecciones generales de 2011, para mayor regocijo de un exultante Partido Popular que, con el 44,6% de los votos válidos, consiguió un triunfo histórico. Pero el desgaste del Partido Popular, desde su amplísima mayoría absoluta, no se hizo esperar tras su llegada al gobierno a finales de 2011. En los últimos tres años los estudios demoscópicos han venido reflejando (aunque en diferente magnitud) el deterioro del bipartidismo, con un Partido Popular en fuerte retroceso y un PSOE incapaz de remontar el vuelo. Para desesperación de los dos grandes partidos, en 2014 se han confirmado sus peores augurios. El termómetro de los comicios europeos, celebrados el pasado 25 de mayo, sirvió para cuantificar en (no) votos muy “reales”, la “anunciada” crisis del bipartidismo. Por primera vez populares y socialistas, con una generalizada pérdida de apoyos en todos los territorios, no sumaron juntos en unas elecciones europeas el 50% de los votos.
7. El bipartidismo envejece
Este ha sido el año en que el bipartidismo de PP y PSOE se ha empezado a ver seriamente en peligro. ¿Es así para todos los votantes? En realidad, no. Si el bipartidismo mantiene algo de fuerza es gracias a los votantes de edad más avanzada. Mientras que el apoyo electoral a ambos partidos (medido como voto+simpatía) no supera el 12% entre los más jóvenes, este asciende al 25% entre los votantes mayores de 65.
Fuente: barómetro del CIS, octubre 2014
8. Descubriendo al votante de podemos
¿Qué sector de votantes se siente atraído por Podemos? El apoyo a Podemos se nutre de ciudadanos cabreados con la situación política, pero no se trata de los sectores más vulnerables frente a la crisis económica. Los más propensos a apoyar a Podemos son los individuos de más formación, los más críticos con la situación política y aquellos que señalan en mayor medida la corrupción y la clase política como principal problema del país. En cambio, ni señalar el paro como principal problema del país ni la valoración de la situación económica es relevante para comprender el apoyo hacia Podemos. Estos datos descubren la herencia del 15M, pues el perfil del futuro votante de Podemos se corresponde en gran parte con el de aquellos que se movilizaron en el 15M. (Véase, por ejemplo, los análisis del 15M aquí y aquí).
Probabilidad de Voto + simpatía a Podemos frente a otros partidos según principal problema del país. Resultados de regresión logística controlando por estatus socioeconómico, estudios, edad, ideología, principal problema, valoración situación económica y política. Barómetro de julio de 2014 (CIS).
9. La valoración de la situación política se enquista, la de la economía se suaviza
Desde de los inicios de la crisis económica la valoración ciudadana de la situación económica y política en España por parte de la opinión pública se ha deteriorado profundamente, especialmente la de la situación económica. A principios de 2013 comienza a suavizarse la valoración de la situación económica, pero no ha ocurrido lo mismo con la valoración de la situación política. El resultado es que durante todo el 2014 el porcentaje de ciudadanos que piensan que la situación política es “Muy mala” es mayor que el de quienes valoran de igual manera la situación económica. Las perspectivas de futuro registran un patrón parecido: las expectativas de los ciudadanos sobre la situación política son peores que sus expectativas sobre la economía. El 2014 parece confirmar el divorcio entre la resolución de la crisis económica y la de la política.
Evolución de la valoración de la situación política y económica (respuestas “Muy mala” y “Mala”) durante la legislatura. Fuente: series del CIS
10. Activismo ciudadano en aumento
Como en otros países europeos que han sufrido régimenes dictatoriales, en España la ciudadanía se ha caraterizado por mostrar un escaso interés en la actividad política (tradicional). Sin embargo, desde el inicio de la crisis económica en 2008 se observa un cambio significativo en la opinión que tienen los ciudadados sobre la conveniencia de implicarse en política. De este modo, si antes de la crisis la mayoría de los ciudadanos estaba de acuerdo con la afirmación de que lo mejor era no meterse en pilítica, desde 2008 ese porcentaje no ha parado de descender, mientras que ha aumentado el de los que no están de acuerdo con esa opinión. 2014 ha sido el año en el que más se han acortado las dsitancias entre los que consideran (43,7%) que es mejor no meterse en política y los que no lo creen así (38,5%).
11. Marcha atrás del PP en la reforma de la ley del aborto
En el programa electoral con el que concurrieron a las elecciones generales de 2011, los populares se comprometieron a modificar la ley de plazos del aborto aprobada por el gobierno de Zapatero en 2010. A diferencia de otros promesas electorales, y con Alberto Ruiz-Gallardón como principal abanderado de la misma, ésta sí parecían decididos a cumplirla. El anteproyecto de la reforma del aborto vio la luz el 20 de diciembre de 2013. La reforma estrella de Gallardón planteaba aprobar la legislación de interrupción del embarazo más restrictiva de toda la democracia, reduciendo los tres supuestos para abortar (violación, riesgo para la salud de la madre y malformación del feto) que contemplaba la ley de 1985 a dos (violación y riesgo para la salud de la madre). Con una amplia mayoría social (incluidos los votantes del PP) en contra y una fuerte contestación dentro de las filas populares al proyecto de Gallardón, finalmente el Partido Popular decidió rectificar a finales del pasado septiembre y anunciar la retirada de esta reforma. Una retirada basada en el cálculo electoral -potenciado por los malos resultados cosechados por el PP en las elecciones europeas- y que ha puesto de manifiesto que los populares, pese a su mayoría absoluta, han empezado a temer a la “mayoría silenciosa”. La rectificación se saldaba, además, con la primera baja, por dimisión, en el gobierno de Rajoy. Gallardón, que había convertido en una cruzada personal la aprobación de esta reforma, abandonó también a finales de septiembre la cartera de Justicia; pasando de ser el Ministro mejor valorado (con la imagen de político moderado) en los primeros meses de gobierno a situarse a su salida entre los peor valorados (y con el perfil de político ultraconservador).
12. Año tertuliano
El 2014 también se recordará por el protagonismo de una especie autóctona que se reparte el amor y el odio de los españoles: el tertuliano. Aunque aún no esté plenamente recogido por los estudios demoscópicos, el papel de las tertulias y los programas con cierto contenido político ha sido particularmente relevante durante este año. La frecuencia del seguimiento de la política en los medios a través de programas de radio o TV sobre política (aparte de las noticias) es algo mayor que el año pasado y marca un record desde el inicio de la crisis. En el 2010 los que nunca prestaban atención a estos programas eran igual en cantidad a los que los seguían con alguna frecuencia, pero en octubre de 2014 ya el 65.5% declaraban algún tipo de seguimiento, mientras el 34% ninguno. Desde un ministro a algún incipiente líder opositor pasando por candidatos y candidatas a cargos varios, las tertulias son parte de ya bastantes carreras políticas. Se ha dicho que son los nuevos Parlamentos del siglo XXI. Habrá que estar atentos.