La actual crisis económica ha puesto de manifiesto un desequilibrio fundamental entre la política y la economía. Ello no ha pasado desapercibido entre la opinión pública, especialmente en los sectores de izquierda. Estos consideran que los bancos tienen más poder que el gobierno y que el poder político está desprotegido de las presiones del poder económico. Quienes así piensan son más críticos con el funcionamiento de la democracia y más pesimistas sobre la capacidad del sistema para reducir las desigualdades. Las políticas de ajuste también se están llevando por delante algunos de los ámbitos con los que se suele asociar a la izquierda como la igualdad, el Estado del Bienestar o la solidaridad. ¿Se han revuelto las ideologías como consecuencia de estos cambios?
No parece que sea así. Por el momento, nada indica que el revulsivo de la crisis sobre los principios de izquierda tenga un impacto sobre el mapa de identificación ideológica de la sociedad española. En el Gráfico 1 se puede apreciar que la distribución de quienes se sienten de izquierdas o de derechas durante los últimos años no es muy distinta a la del periodo anterior a la crisis. Quizás alguien creyó en algún momento que la injusta distribución de las políticas de ajuste o el aumento de la desigualdad podía llevar a un mayor número de ciudadanos a abrazar los principios de la izquierda. Sin embargo, aunque ha aumentado ligeramente el porcentaje de quienes se definen en la extrema izquierda (posiciones 1 y 2), la tendencia desde el comienzo de la crisis (2008) ha sido más bien la de estabilidad en el predominio de las posiciones de centro (5 y 6).
¿Qué explica la ausencia de cambios en el mapa ideológico? Un argumento podría ser que la ideología es un aspecto básico de la socialización política y, por lo tanto, poco permeable al impacto de fenómenos coyunturales como la crisis. No obstante, la distribución del mapa ideológico, aunque estable en sus principales rasgos, no es inamovible. Su evolución a lo largo del tiempo (Gráfico 1) indica que existe cierta elasticidad, y que ésta varía según el partido que se encuentre en el gobierno[1]. Es decir, la identificación ideológica mayoritaria entre la ciudadanía se adapta al color político del partido que gobierna.
Esta conexión entre la ideología de los partidos y la identificación ideológica de los ciudadanos quizás explique por qué la crisis no ha supuesto un cambio en el mapa ideológico. En concreto, que no haya aumentado el espacio de la izquierda puede estar relacionado con cómo se percibe la ideología de los partidos que representan ese espacio (PSOE e IU). Durante los años de crisis, ambos partidos son percibidos como ideológicamente más moderados (ver Gráfico 2 y 3)[2]. La moderación es especialmente significativa en el PSOE desde los recortes de 2010. Las élites socialistas, en cambio, no lo perciben así. Un parlamentario de este partido se identifica, en promedio, en la posición 3,3[3] de la escala ideológica, mientras que sus votantes identifican al partido en una posición de 4,1 y el electorado en general lo posiciona en un 4,2[4].
En definitiva, el por qué esta crisis no ha desembocado en un aumento de la identificación ciudadana con la izquierda tiene seguramente algo que ver con la percepción de los ciudadanos sobre los partidos que dominan ese espacio ideológico. La crisis no solo no ha aumentado las credenciales ideológicas de izquierda de IU y del PSOE, sino que en el caso del PSOE las ha deteriorado. Quienes perciben a estos partidos como ideológicamente más moderados también son los ciudadanos que los consideran más prescindibles (frente a otras formas de participación política), lo que disminuye la capacidad de dichos partidos para agrandar el espacio ideológico de la izquierda.
[1] La izquierda moderada predomina en la época en la que gobernó el PSOE por primera vez, mientras que la llegada del PP al poder en 1996 se corresponde con un aumento de las posiciones moderadas (5-6). Éstas acaban siendo superadas por las posiciones la izquierda moderada (3 y 4) con la llegada de Zapatero en 2004. No obstante, exceptuando el primer mandato de Zapatero, en su segunda legislatura se da por primera vez el caso de que gobierne un partido de izquierdas sin que los sectores de izquierda entre la ciudadanía sean predominantes.
[2] Según el Gráfico 2, desde que el PSOE aprueba los primeros recortes (2010) y hasta el presente, es crecientemente valorado como un partido ideológicamente moderado. Respecto a IU (Gráfico 3), no se observan grandes cambios en el porcentajes de quienes lo identifican con un partido de extrema izquierda (1-2), mientras que ha aumentado el de quienes lo consideran un partido de izquierda moderada (3 y 4).
[3] Encuesta élites parlamentarias en España 2009-2011 (CIS 2827).
[4] Encuesta CIS 2930 (2012).