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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Casi todo ya pasó en 2014: análisis de urgencia de las elecciones andaluzas

El PSOE ha ganado con claridad las elecciones andaluzas. Aunque las encuestas prácticamente clavaron el resultado final y por tanto fue una noche electoral sin muchas sorpresas, la victoria de Susana Díaz es incontestable. Pongamos el resultado en perspectiva: el PSOE andaluz entra en el selecto grupo de gobiernos que logran no perder representantes durante la crisis. Y lo hace mientras su socio de gobierno pierde más de la mitad de sus representantes, su principal rival se desploma -el PP pierde 14 puntos y 17 escaños-, y los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos) logran entrar en el parlamento capturando a uno de cada cuatro votos. Es cierto que la mayor dispersión de la oposición es responsable de que el PSOE logre gracias a D'Hondt mantener escaños perdiendo cuatros puntos porcentuales de voto, pero en todo caso, que el partido del gobierno aguante en este contexto tan cambiante es un éxito indiscutible.

Como muestra el gráfico, casi todo lo que pasó ayer en Andalucía ya pasó en Mayo del año pasado. En las Europeas de Mayo ya el PP se desplomó –y de hecho no ha empeorado desde entonces-, el PSOE aguantó relativamente mejor que en el resto de España, y Podemos obtuvo unos resultados peores que en el resto del país. Desde Mayo de 2014 hasta ahora, PSOE y PP han mantenido el porcentaje de apoyo (aunque como la participación ha aumentado significativamente, esto significa que el número de votantes de los dos grandes partidos ha aumentado 470.000 para el PSOE, 370.000 para el PP). Podemos ha logrado doblar el porcentaje de voto que obtuvo en las europeas (en línea con el crecimiento que han experimentado en las encuestas en este periodo), y Ciudadanos crece espectacularmente. UPyD e IU se desploman casi en la misma magnitud que los crecimientos de los dos nuevos partidos.

Ya habrá tiempo para analizar los resultados con más detalle, pero a primera vista, el bipartidismo logra frenar el descalabro que supuso el 25 de Mayo del año pasado. 

 

El PSOE ha ganado con claridad las elecciones andaluzas. Aunque las encuestas prácticamente clavaron el resultado final y por tanto fue una noche electoral sin muchas sorpresas, la victoria de Susana Díaz es incontestable. Pongamos el resultado en perspectiva: el PSOE andaluz entra en el selecto grupo de gobiernos que logran no perder representantes durante la crisis. Y lo hace mientras su socio de gobierno pierde más de la mitad de sus representantes, su principal rival se desploma -el PP pierde 14 puntos y 17 escaños-, y los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos) logran entrar en el parlamento capturando a uno de cada cuatro votos. Es cierto que la mayor dispersión de la oposición es responsable de que el PSOE logre gracias a D'Hondt mantener escaños perdiendo cuatros puntos porcentuales de voto, pero en todo caso, que el partido del gobierno aguante en este contexto tan cambiante es un éxito indiscutible.

Como muestra el gráfico, casi todo lo que pasó ayer en Andalucía ya pasó en Mayo del año pasado. En las Europeas de Mayo ya el PP se desplomó –y de hecho no ha empeorado desde entonces-, el PSOE aguantó relativamente mejor que en el resto de España, y Podemos obtuvo unos resultados peores que en el resto del país. Desde Mayo de 2014 hasta ahora, PSOE y PP han mantenido el porcentaje de apoyo (aunque como la participación ha aumentado significativamente, esto significa que el número de votantes de los dos grandes partidos ha aumentado 470.000 para el PSOE, 370.000 para el PP). Podemos ha logrado doblar el porcentaje de voto que obtuvo en las europeas (en línea con el crecimiento que han experimentado en las encuestas en este periodo), y Ciudadanos crece espectacularmente. UPyD e IU se desploman casi en la misma magnitud que los crecimientos de los dos nuevos partidos.