A las 2 de la tarde habían votado ya 14,4 millones de electores, un 41,5% del censo, 4,6 puntos porcentuales más que en 2016. La participación ha crecido en todas las comunidades autónomas, aunque con notables variaciones entre ellas. El dato más notable es el del crecimiento en Cataluña, en más de 11 puntos, aunque también es cierto que es tuvo una participación muy por debajo de la media en el primer avance de hace tres años. Dentro de Cataluña este aumento es bastante “transversal”, y afecta tanto a municipios donde los independentistas son hegemónicos como a donde son minoritarios.
¿Hay algún patrón en función de cómo votaron los municipios en 2016? La verdad, cuesta encontrar regularidades muy sólidas o llamativas. [Una nota de precaución: aunque encontráramos patrones claros, es siempre un ejercicio de alto riesgo inferir resultados electorales a partir de estos cambios: así, por ejemplo, una mayor participación en zonas de izquierda puede querer decir que los electores de izquierda se están activando, pero también que aquellos no formaban parte de la “mayoría local” están acudiendo esta vez a las urnas (con lo que podría beneficiar a la derecha)]
El gráfico 1 muestra la relación entre cuánto “de izquierdas” o “de derecha” es cada municipio, y cómo ha cambiado la participación a las 2 entre 2016 y 2019. En el eje horizontal se muestra la diferencia entre la suma del porcentaje de votos a PSOE y Unidos Podemos en 2016 y la suma del porcentaje de PP y Ciudadanos. He excluido a Cataluña del análisis porque las dinámicas de participación y la interpretación de estas variables, al existir otro sistema de partidos, son con seguridad diferentes. Cada punto del gráfico agrega los datos de un 5% de los municipios, agregados y ordenados en función de su ideología. Así, el punto más a la izquierda muestra la media de ideología y participación para el 5% de municipios más “a la derecha” de acuerdo a este indicador.
No es posible detectar un patrón muy claro a partir del gráfico.
Si miramos dentro de cada bloque, sin embargo, sí parece que encontramos algo: los municipios en los que el PP era más fuerte respecto a Ciudadanos, y en los que PSOE era más fuerte respecto a Unidos Podemos son aquellos en los que la participación crece menos.
De nuevo, debemos de ser extraordinariamente prudentes a la hora de interpretar estas cifras, y no podemos inferir nada sobre lo que suponen para el resultado final. Todo lo que podemos decir es que parecen apuntar a que el incremento de la participación, que se da en la práctica totalidad del país, es mayor en aquellos municipios donde PSOE y PP fueron débiles dentro de sus bloques hace tres años.
ACTUALIZACIÓN CON LOS DATOS DE LAS 18:00
Con los datos del segundo avance de participación, estos resultados cambian algo: ahora el aumento de la participación sí parece ser mayor en lugares donde la izquierda obtuvo mejores resultados, y la proporción de voto de PP y PSOE dentro de cada bloque no cambia. En todo caso, de nuevo, se impone la cautela sobre las implicaciones de estos datos.
A las 2 de la tarde habían votado ya 14,4 millones de electores, un 41,5% del censo, 4,6 puntos porcentuales más que en 2016. La participación ha crecido en todas las comunidades autónomas, aunque con notables variaciones entre ellas. El dato más notable es el del crecimiento en Cataluña, en más de 11 puntos, aunque también es cierto que es tuvo una participación muy por debajo de la media en el primer avance de hace tres años. Dentro de Cataluña este aumento es bastante “transversal”, y afecta tanto a municipios donde los independentistas son hegemónicos como a donde son minoritarios.
¿Hay algún patrón en función de cómo votaron los municipios en 2016? La verdad, cuesta encontrar regularidades muy sólidas o llamativas. [Una nota de precaución: aunque encontráramos patrones claros, es siempre un ejercicio de alto riesgo inferir resultados electorales a partir de estos cambios: así, por ejemplo, una mayor participación en zonas de izquierda puede querer decir que los electores de izquierda se están activando, pero también que aquellos no formaban parte de la “mayoría local” están acudiendo esta vez a las urnas (con lo que podría beneficiar a la derecha)]