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Vox y el idilio autonómico

16 de febrero de 2022 23:02 h

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La convocatoria anticipada de elecciones en Castilla y León pilló a muchos por sorpresa. Para algunos, como las asociaciones y partidos vinculados a la España vaciada, el reto fue organizativo, como improvisar mecanismos internos para decidir sobre la presentación de candidaturas en la provincia o la configuración de la lista de candidatos. Para otros, como Vox, el desafío era diseñar un programa electoral para esos comicios, pues en el 2019 se presentaron en Castilla y León con un programa de gobierno idéntico al del resto de comunidades autónomas.

La decisión de Vox de utilizar en el 2019 el mismo programa electoral en todos los territorios respondía seguramente a carencias organizativas y a motivaciones ideológicas. Por un lado, a principios del año 2019 Vox solo contaba con 12 diputados en el parlamento andaluz y su articulación en el resto de territorios todavía era débil, lo que seguramente complicaba la elaboración de programas diferenciados para cada región. Por otro lado, teniendo en cuenta que una de sus principales demandas era que el Estado de las Autonomías fuera sustituido “por un Estado unitario descentralizado con un solo Gobierno y un solo Parlamento”, no debería sorprender que su apuesta por la unidad comenzase por la de los propios principios programáticos.  

Pero hete aquí que llegan unas elecciones anticipadas en Castilla y León y Vox debe elaborar su programa para aspirar a gobernar unas instituciones que, paradójicamente, se propone eliminar. El dilema no es nuevo, pues a estas elecciones le precedieron las de Galicia y País Vasco en el 2020 y las catalanas y madrileñas en el 2021. Por entonces Vox ya se había olvidado de mencionar la supresión del Estado Autonómico, que sí había llevado en su programa en las elecciones andaluzas del 2018, y había optado por medidas en el marco del modelo territorial actual, como pedir la centralización de algunas competencias en Cataluña o demandar una mayor presencia del Estado en el País Vasco.

En las elecciones del pasado domingo, Vox presentó un programa con una aproximación a la cuestión territorial adaptada a las particularidades de la opinión pública castellanoleonesa. Teniendo en cuenta que el 38% de sus ciudadanos prefieren un modelo territorial centralizado y sin comunidades autónomas (la cifra más alta según la encuesta postelectoral del CIS de 2019), no es sorprendente que la crítica al modelo autonómico en el programa electoral de las elecciones del domingo haya estado más presente. En este caso, los dirigentes optaron por aprovecharse del impulso localista y provincial en el debate público para ponerlo al servicio de su crítica al modelo autonómico. Así, el partido pasó de la defensa del Estado unitario a la crítica del “centralismo” del sistema autonómico y de la homogenización que ese modelo “impone” sobre la riqueza y “pluralidad provincial”.

Vox va resolviendo pragmáticamente y sobre la marcha los dilemas programáticos que se derivan de tener que competir en elecciones regionales con un ideario que pretende suprimir el Estado Autonómico, un modelo que, por otro lado, hasta ahora no ha hecho más que darle alegrías, brindándole una expansión institucional continuada. El dilema de Vox es común a otros partidos de derecha radical europeos que compiten electoralmente en Estados descentralizados como el nuestro: si quieren ser competitivos deben diseñar estrategias electorales diferenciadas en cada territorio, adaptándolas a las singularidades y demandas de cada región; pero a su vez deben hacerlo bajo liderazgos y estructuras organizativas centralizadas y hacerlo compatible con la defensa de la nación monocultural como uno de los principios fundamentales de su ideario.

El ascenso electoral en los Estados alemanes de Alternativa por Alemania (AfD) permite, por ejemplo, analizar la manera en la que este partido ha sorteado dicho dilema en las elecciones en los Länder. En un estudio realizado junto con el investigador Matthias Scantamburlo en el que codificamos los programas de AfD según la metodología del Regional Manifestos Project, observamos que los programas electorales de este partido están lejos de replicar la uniformidad u homogeneidad que se esperaría de un partido que centra su discurso en la identidad y la soberanía nacional. Como puede observarse el en Gráfico 1, los programas electorales que AfD presenta a las elecciones regionales son heterogéneos, especialmente respecto a las cuestiones territoriales (el llamado eje centro-periferia), con una marcada diferencia entre los Estados del Este y los del Oeste.

 

Gráfico 1. Posiciones en el eje izquierda derecha y centro-periferia en los programas electorales de Alternativa por Alemania en elecciones regionales (datos preliminares del Regional Manifestos Project).

 

Vox ha competido en pocas elecciones autonómicas con programas diferenciados, lo que a día de hoy impide un análisis cuantitativo comparado de la heterogeneidad de sus programas. Sin embargo, tanto la evidencia comparada sobre el comportamiento de partidos similares en Europa, como un repaso a las propuestas presentadas en las elecciones autonómicas en las que ha competido hasta ahora sugiere que seguramente acabarán declinando sus propuestas programáticas en clave regional, mostrando cierta adaptación a las singularidades y demandas de cada comunidad autónoma. La supresión del Estado Autonómico que proponían inicialmente quedará relegada por estrategias regionales diferenciadas con las que puedan maximizar su capacidad de obtener apoyos en todo el territorio.

Vox irrumpió en la política proponiendo la eliminación del modelo autonómico, pero lo más probable es que sus estrategias acaben adaptándose a dicho modelo, pues el poder competencial acumulado en las administraciones regionales y los beneficios asociados a la presencia institucional en los parlamentos autonómicos son demasiado significativos como para relegarlos bajo el principio de “un solo gobierno, un solo parlamento (nacional)”. 

La convocatoria anticipada de elecciones en Castilla y León pilló a muchos por sorpresa. Para algunos, como las asociaciones y partidos vinculados a la España vaciada, el reto fue organizativo, como improvisar mecanismos internos para decidir sobre la presentación de candidaturas en la provincia o la configuración de la lista de candidatos. Para otros, como Vox, el desafío era diseñar un programa electoral para esos comicios, pues en el 2019 se presentaron en Castilla y León con un programa de gobierno idéntico al del resto de comunidades autónomas.

La decisión de Vox de utilizar en el 2019 el mismo programa electoral en todos los territorios respondía seguramente a carencias organizativas y a motivaciones ideológicas. Por un lado, a principios del año 2019 Vox solo contaba con 12 diputados en el parlamento andaluz y su articulación en el resto de territorios todavía era débil, lo que seguramente complicaba la elaboración de programas diferenciados para cada región. Por otro lado, teniendo en cuenta que una de sus principales demandas era que el Estado de las Autonomías fuera sustituido “por un Estado unitario descentralizado con un solo Gobierno y un solo Parlamento”, no debería sorprender que su apuesta por la unidad comenzase por la de los propios principios programáticos.