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Cinco consejos para ver una película si eres feminista

¿Qué pensáis de los nuevos personajes femeninos que comienzan a aparecer en las pantallas cinematográficas? ¿Creéis que algo está cambiando en sus representaciones? ¿Qué nos pueden aportar las nuevas heroínas de acción?

Durante años hemos denunciando las representaciones patriarcales del cine, que se caracterizan por un protagonismo eminente e insultantemente masculino. Las mujeres asumen roles secundarios: cuidadoras, trofeos del héroe y/o mujeres florero. Como norma, la mirada y el punto de vista son masculinos. Las mujeres, un objeto para ser mirado.

Si no lo tienes claro, aplica el Test Bechdel.

A pesar de esta tendencia generalizada, siempre han existido fisuras. Las rupturas comienzan hace muy poco, al menos para un público contemporáneo que no conoce La costilla de Adán (George Cukor, 1949), esa deliciosa y sofisticada comedia que enfrenta a (la moderna) Amanda y Adam Bonner por un caso de asesinato y entra de lleno a diseccionar las injusticias de género o La sal de la tierra ( Herbert J. Biberman, 1954), la propuesta cinematográfica que combina cine social, cine de denuncia y cine feminista, fundiendo la lucha de clases con la lucha de las mujeres.

Para no morir en el intento, os proponemos cinco consejos a tener en cuenta antes de ver una película:

1. Todas las películas son susceptibles de análisis de género, sí; incluso películas muy taquilleras como 8 apellidos vascos o clásicos como Dirty dancing. No hace falta que sean películas feministas militantes, de esas en las que las mujeres sufren como consecuencia del sistema patriarcal, de nacionalidades lejanas, subtituladas, de esas que, no nos engañemos, sólo las vemos unas pocas.

2. El juego, placer o sufrimiento de la identificación es algo mucho más complejo que pensar que si eres mujer, te identificas con el personaje femenino o si eres hombre te identificas con el masculino. Además de binarista, este planteamiento es un rollo, ya que como público nos podemos identificar con situaciones de diversos personajes, y no necesariamente tienen que ser de nuestro género.

3. No juzgar una película por lo que nos gustaría que contara y no cuenta. Es muy tentador, es verdad. Maléfica sería mucho más interesante si la protagonista fuera mala, pero mala de verdad. Disney se decidió por otros derroteros, qué le vamos a hacer….

4. No tenemos que sentirnos culpables por disfrutar –en secreto, da mucha vergüenza confesarlo- una tarde de domingo viendo Pretty Woman. Que sí, que sabemos que es muy, pero que muy patriarcal, que esa mirada que le echa Richard Gere a Julia Roberts cuando está en la bañera es merecedora de figurar en los anales de la violencia de género, pero nos han educado en la ideología del amor romántico y hay veces que no lo podemos evitar.

5. Olvidar el feministómetro. Estamos cansadas de decir que se asemeja a competir por quién la tiene más larga y tiene un tufillo a juzgar. Si te olvidas del feministómetro seguro que ves la película más contenta y feliz.

Aquí nuestros cinco consejos para ver una película desde la perspectiva de género y desde los feminismos, que esperamos os haya servido para identificar películas, reflexionar y pasar un buen rato.

Continuará...

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¿Qué pensáis de los nuevos personajes femeninos que comienzan a aparecer en las pantallas cinematográficas? ¿Creéis que algo está cambiando en sus representaciones? ¿Qué nos pueden aportar las nuevas heroínas de acción?

Durante años hemos denunciando las representaciones patriarcales del cine, que se caracterizan por un protagonismo eminente e insultantemente masculino. Las mujeres asumen roles secundarios: cuidadoras, trofeos del héroe y/o mujeres florero. Como norma, la mirada y el punto de vista son masculinos. Las mujeres, un objeto para ser mirado.