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Dinamitar la Filosofía patriarcal

Naiara Gago, Itsaslore Yarza, Irene Lafuente y Maitane Nerekan

14 de octubre de 2021 06:00 h

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Empecemos por los disparadores de cualquier reflexión filosófica: las preguntas. ¿Es suficiente con integrar mujeres* filósofas en el currículum educativo para actualizar las prácticas de nuestras aulas? ¿Cómo se puede construir un currículum no misógino? ¿Y un currículum feminista de Filosofía? ¿Qué aportación han hecho y hacemos las mujeres* a la Filosofía?

En 2022 la prueba de Filosofía de la EBAU (la antigua selectividad) de la Comunidad Autónoma del País Vasco va a experimentar un cambio (histórico) para muchas, pequeño, para otras, significativo y para demasiados, incómodo. Por primera vez en la lista de 10 filósofos a trabajar va a haber dos mujeres. Simone de Beauvoir y Hanna Arendt relevan a José José Ortega y Gasset y Jürgen Habermas. Quien frecuente Pikara Magazine habitualmente y no conozca los entresijos del currículum educativo vasco, es probable que se quede cuando menos sorprendida de que todavía andemos así. Sí, esta es la realidad de la enseñanza de la Filosofía en las aulas vascas y dista mucho de acercarse a cualquier marco feminista. Platón, Aristoteles, Agustín de Hipona o Nietzsche son nombres que, generen mayor o menor somnolencia en las aulas, a toda alumna le resuenan. No es el caso, en cambio, de Aspasia, Olympe de Gouges, Rosa Luxemburgo o Judith Butler. Por suerte, el alumnado vasco tiene la oportunidad, de vez en cuando, de encontrarse con profesionales desobedientes que trabajan, tanto en la forma como en el contenido, en direcciones feministas.

Desde Agora Elkartea (asociación que agrupa a profesorado de Filosofía de la Comunidad Autónoma Vasca) celebramos este pequeño cambio en el currículum de segundo de bachillerato. De hecho, somos impulsoras de ese cambio. Pero nos cuesta celebrar por todo lo alto un paso que se antoja demasiado pequeño para un camino interminable. La aportación de las mujeres* a la Filosofía es invisibilizada a tales extremos que ni siquiera se categoriza como Filosofía gran parte del pensamiento que las filósofas han generado a lo largo de la historia (y del mundo). Lo que en la historia de la Filosofía se nos ha presentado como universal no lo es, porque está teñido por los intereses, haceres, preocupaciones y actitudes de hombres blancos. La nombres propios que aprendemos en las aulas de Filosofía corresponden a hombres blancos, burgueses, occidentales y mayores, que generalmente hablan y escriben sentando cátedra, desde una perspectiva racionalista e intelectualista; y de esa guisa se ha forjado en el imaginario colectivo la imagen de la persona que hace Filosofía. Las alumnas no hemos tenido modelos de pensamiento con los que poder identificarnos. 

En julio del 2021 más de 60 personas (la mayoría profesoras de Secundaría, aunque también de otros ámbitos) nos reunimos en Eibar acogidas por la UEU (Udako Euskal Unibertsitatea / Universidad Vasca de Verano), dentro del curso Filosofiatik ezabatutako emakumeak (Mujeres borradas de la Filosofía), para hablar desde lo concreto y lo cercano de cuestiones como la ética del cuidado, la aportación de los feminismos a esta disciplina, las injusticias epistémicas o el pensamiento de nombres propios como Beauvoir, Arendt o Woolf. Acabamos la jornada con el Tractatus crítico-feminista que pretendía enumerar prácticas que pueden ayudar a abrir camino en la docencia de la Filosofía en Secundaria desde prácticas feministas. Fue un ejercicio muy necesario y empoderador, así como un inicio para crear red y compartir vivencias y reflexiones entre quienes alguna vez pasamos por una facultad de Filosofía pero no nos vimos representadas en los libros. El objetivo no era únicamente profundizar en el pensamiento de ciertas filósofas, sino indagar en nuevas maneras de ver, hacer y transmitir la Filosofía sin dejar a nadie fuera. Por suerte (y por compromiso con este trabajo) la Fundación Jakin publicará próximamente un monográfico en el que, además de recoger las ponencias presentadas en el curso, ofrecerá material adaptado a la educación secundaría en euskara para que el profesorado pueda trabajar las autoras incorporadas al currículum.

Sabemos que vamos a encontrar miedos y muchas resistencias por el camino. La formación que las facultades de Filosofía han ofrecido sobre el pensamiento escrito con nombre de mujer* es muy escaso, y por eso es comprensible que sintamos cierto vértigo. Habrá quien no quiera levantarse de esa butaca calentita y cómoda que le puso el patriarcado, y a este le recordaremos las palabras de Rosa Luxemburgo: “Quien no se mueve no siente sus cadenas”. Sea lo que sea lo que encontremos en el camino, estamos seguras de que queremos y debemos seguir trabajando en esta dirección; es urgente, necesario y gratificante (sobre todo cuando ves cuán necesario lo consideran muchas de las alumnas* que te encuentras por el camino). Sabemos que son miles las aristas en las que se encuentran filosofía(s), educación(es) y feminismo(s), y por eso, terminamos igual que hemos empezado: llenas de preguntas. ¿Cómo se transforma en feminista la práctica filosófica? ¿Cómo recogemos el pensamiento feminista en Historia de la Filosofía? ¿Qué nombres deben tener cabida en un currículum educativo y cuáles no? ¿Qué teorías de pensamiento consideramos relevantes?

Empecemos por los disparadores de cualquier reflexión filosófica: las preguntas. ¿Es suficiente con integrar mujeres* filósofas en el currículum educativo para actualizar las prácticas de nuestras aulas? ¿Cómo se puede construir un currículum no misógino? ¿Y un currículum feminista de Filosofía? ¿Qué aportación han hecho y hacemos las mujeres* a la Filosofía?

En 2022 la prueba de Filosofía de la EBAU (la antigua selectividad) de la Comunidad Autónoma del País Vasco va a experimentar un cambio (histórico) para muchas, pequeño, para otras, significativo y para demasiados, incómodo. Por primera vez en la lista de 10 filósofos a trabajar va a haber dos mujeres. Simone de Beauvoir y Hanna Arendt relevan a José José Ortega y Gasset y Jürgen Habermas. Quien frecuente Pikara Magazine habitualmente y no conozca los entresijos del currículum educativo vasco, es probable que se quede cuando menos sorprendida de que todavía andemos así. Sí, esta es la realidad de la enseñanza de la Filosofía en las aulas vascas y dista mucho de acercarse a cualquier marco feminista. Platón, Aristoteles, Agustín de Hipona o Nietzsche son nombres que, generen mayor o menor somnolencia en las aulas, a toda alumna le resuenan. No es el caso, en cambio, de Aspasia, Olympe de Gouges, Rosa Luxemburgo o Judith Butler. Por suerte, el alumnado vasco tiene la oportunidad, de vez en cuando, de encontrarse con profesionales desobedientes que trabajan, tanto en la forma como en el contenido, en direcciones feministas.