Pikara Magazine es una revista digital que practica un periodismo con enfoque feminista, crítico, transgresor y disfrutón. Abrimos este espacio en eldiario.es para invitar a sus lectoras y lectores a debatir sobre los temas que nos interesan, nos conciernen, nos inquietan.
El feminismo que lo okupa todo
Era una nave abandonada. Dentro sólo había algún recibo en pesetas, un cuarto lleno de carteles de mujeres desnudas, muebles viejos, una baraja de cartas y mucha basura. Ahora, es un espacio de encuentro para lesbianas, mujeres y trans. Es Oihuka y está en Bilbo. En euskera significa grito. Motivos nos sobran.
Oihuk es el antimodelo del Ayuntamiento de Bilbo, que lleva años trabajando en una ciudad-decorado. Los y las turistas pasean con alegría por calles impolutas mientras, misteriosamente, los bancos públicos desaparecen; la gentrificación se hace más evidente; mientras los vecinos y las vecinas del Casco Viejo observan atónitos cómo desaparece el comercio tradicional para dar paso a Tiger y Foster's Hollywood. Bilbao parece estar siempre disponible para rodar una película. En el guión previsto por la voracidad del capitalismo no cabe que un grupo de mujeres, sin macho que las guíe, pueda okupar un espacio para producir feminismo. Pero nosotras sabemos que las películas más interesantes siempre se emiten en salas pequeñas.
Los gritos de Oihuk difícilmente puede entenderse fuera de su contexto: Rekalde. Un barrio obrero, peleón, activista; un barrio con vida de barrio, una zona de vecinos de toda la vida que han aprendido a resistir ante la indiferencia. Tuvieron que secuestrar un autobús para que el consistorio hiciera caso a sus demandas de transporte público. Ahí nació también Kukutza, el gran proyecto cultural de Bilbao, que murió para satisfacer los deseos del mayor cacique que hemos sufrido en la ciudad. Kukutza sigue vivo en quienes, como Durruti, llevamos un mundo nuevo en el corazón. Estos días se está celebrando el juicio contra 19 personas, acusadas de desórdenes públicos por intentar evitar que derribaran el proyecto. En la descripción del Twitter del gaztetxe puede leerse: “Nada de lo que se haga para defender Kukutza puede ser peor que el hecho de derribarlo”.
Muy cerca del solar vacío donde aún debería estar Kukutza está Oihuk. Ahora, en riesgo de desalojo. Las mujeres que lo han hecho posible siguen allí, en su casa, ante la incertidumbre. Mientras tanto cantan, bailan, discuten sobre política y transfeminismo, limpian, pintan paredes, resisten. Las mujeres, las lesbianas y lxs trans necesitamos espacios de resistencia. Olga Viñuales habla de espacios de afecto. Es difícil sobrevivir fuera. Viruta FTM lo llama el mundo grande y es muy hostil para todas las que no encajamos en la normalidad. Cada día me pregunto en qué consistirá. ¿Cuesta mucho encajar? Hace mucho que dejé de intentarlo.
Lo más probable es que pronto, quizá estos días, se produzca el desalojo de Oihuk. En el fondo da un poco igual. El proyecto es tan ilusionante, tan necesario; es un sueño tan soñado, una necesidad tan grande…, que sobrevivirá a decisiones judiciales y políticas. Los proyectos colectivos tejen unas redes de afecto entre quienes los producen que son indestructibles. Lo que ha pasado dentro de Oihuk, lo que ha cuestionado, lo que ha provocado, está por encima de esas lógicas que promueven espacios grises y abandonados frente al color, la música, la vida.
Nuestros gritos tienen más recorrido que vuestros puños contra la mesa.
*Todo nuestro amor y admiración a todos esos espacios okupados que resisten en todo el Estado a la especulación. ¡Gracias!
*El pasado martes presentamos el tercer anuario de Pikara en papel en Oihuka. La próxima presentación será mañana jueves, 17, en Traficantes de Sueños (Madrid)
Era una nave abandonada. Dentro sólo había algún recibo en pesetas, un cuarto lleno de carteles de mujeres desnudas, muebles viejos, una baraja de cartas y mucha basura. Ahora, es un espacio de encuentro para lesbianas, mujeres y trans. Es Oihuka y está en Bilbo. En euskera significa grito. Motivos nos sobran.
Oihuk es el antimodelo del Ayuntamiento de Bilbo, que lleva años trabajando en una ciudad-decorado. Los y las turistas pasean con alegría por calles impolutas mientras, misteriosamente, los bancos públicos desaparecen; la gentrificación se hace más evidente; mientras los vecinos y las vecinas del Casco Viejo observan atónitos cómo desaparece el comercio tradicional para dar paso a Tiger y Foster's Hollywood. Bilbao parece estar siempre disponible para rodar una película. En el guión previsto por la voracidad del capitalismo no cabe que un grupo de mujeres, sin macho que las guíe, pueda okupar un espacio para producir feminismo. Pero nosotras sabemos que las películas más interesantes siempre se emiten en salas pequeñas.