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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Ser #healthy para estar #happy

Comiendo fruta ha engordado. La famosa gurú de la alimentación crudivegana que cuenta con casi 900 millones de suscriptores en Youtube, Kristina Carrillo-Bucaram, ha ganado peso durante los últimos meses con una dieta estricta basada en frutas y verduras sin cocinar. La comunidad healthy de las redes sociales se ha llevado las manos a la cabeza. ¿La admirada influencer ha roto las normas del crudiveganismo? Sus seguidoras están alerta, un paso en falso y podrían destronarla.

Mujeres de todo el Planeta se han apuntado al movimiento healthy que es ya una moda en redes sociales como Instagram. Esta plataforma que acuñó el término ‘#postureo’ y que facilita filtros fotográficos para poder cubrir con una tela artificial de perfección lo que ya era perfecto, está saturada de imágenes de comida colorida, 'cuerpos fitness' y 'sonrisas profident' que apuntan al objetivo. “Súbete al carro y serás tan feliz como nosotras”, parecen decir. Lo que esas sonrisas ocultan es que esa felicidad se consigue a base de sacrificio y privación. Por lo menos, ahora no estás sola. La vigilancia del cuerpo está asegurada por ti y por toda una comunidad que permanece alerta. La obediencia está servida.

No hay dudas de que, desarrollada con consciencia, una iniciativa semejante podría tener efectos muy positivos en los hábitos de vida de las usuarias. Pero este proyecto tiene un peligro de partida y es que la delgadez de las mujeres no es una cultura privada, sus cuerpos ya sufren un control social. Y parece inocente, pero el 'healthylifestyle' funciona a menudo como una forma intensa de vigilancia del cuerpo. Los mensajes que transmiten estas instagramers llevan inscritos muchos tópicos sobre la idea del éxito, la felicidad y la feminidad. Sus códigos los revelan.

#happyness #beautifulhealth #success El amor propio siempre está vinculado con el culto al cuerpo. Los mensajes transmiten la idea de que controlar la dieta y hacer ejercicio habitualmente es señal de autoestima. Frases como “cuida tu cuerpo y quiérete”, “recuerda que la razón por la que haces esto es para mejorar tu vida” o “salud, comida, felicidad” saltan a la vista de las usuarias con esta promesa: la pérdida de peso y el cuerpo esbelto te curarán el auto-odio. Todo es belleza y amor en estos canales. La comida es bonita, los zumos multicolor brillan bajo los rayos del sol, la ropa y los accesorios deportivos son muy fashion y los rostros de esas mujeres que sonríen sujetando su smoothie de 40 calorías son luminosos. La belleza y el cuerpo fibroso equivalen a éxito.

#guiltfree #health junkie #challenge El cuerpo es un trofeo que hay que ganar a base de sacrificio y dolor. El motor de la obediencia es el rechazo al cuerpo que no está 'en forma' y la culpabilidad es la emoción que lo acompaña. Las gurús de la vida saludable rezan “los cuerpos increíbles no se crean solos”, “haz sentadillas porque un culo que valga la pena no se crea fácilmente”. Exponen su cuerpo en forma y postean fotos del antes y el después, como en los anuncios de la teletienda. Algunas instagramers aparecen mostrando el resultado de su báscula después de pesarse o suben la foto de su pulsómetro mostrando su consumo de calorías tras el ejercicio. He cumplido con mi deber. Ahí está la prueba.

#cleaneating #staymotivated Si comer es un símbolo de poder, en este reino de salud se promueve el culto al hambre. Los mensajes de privación están siempre teñidos de humor: “Solo soy una chica, parada ante una ensalada, pidiendo que se convierta en un donut”, “ejercicio para perder peso: gira la cabeza hacia la izquierda y luego gírala a la derecha. Repite este gesto cada vez que te ofrezcan comida”. El humor y el lenguaje emotivo y positivo permiten enfrentar esa lesión a la autoestima del cuerpo hambriento y desempoderado.

Las instagramers del movimiento healthy comen o pasan hambre en el orden social público que está muy interesado en su relación con la comida. Lo primordial no es la salud. Si así lo fuera, el aspecto corporal quedaría en el terreno individual de las mujeres. El cuerpo estilizado es el verdadero éxito y, en muchos casos, el objetivo final.

Conscientes de ello, hay iniciativas que aprovechan el poder innegable de las redes sociales para promulgar hábitos saludables sin lesionar la autoestima de las usuarias. Para la instagramer Healthycleantimes los hábitos saludables no van vinculados a la forma física, se debe aspirar a la salud por la salud misma, el cuerpo es amado tal y como es y el ejercicio físico se practica moderadamente y de forma divertida. Sus 54 millones de seguidoras reciben este mensaje: Tu cuerpo es lo menos interesante sobre ti”.

Más cerquita, desde Barcelona, la formadora 'body positive' Aizea Villareal, propone en las redes sociales pero también en los talleres que organiza: “Haz las paces con tu cuerpo”.

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Comiendo fruta ha engordado. La famosa gurú de la alimentación crudivegana que cuenta con casi 900 millones de suscriptores en Youtube, Kristina Carrillo-Bucaram, ha ganado peso durante los últimos meses con una dieta estricta basada en frutas y verduras sin cocinar. La comunidad healthy de las redes sociales se ha llevado las manos a la cabeza. ¿La admirada influencer ha roto las normas del crudiveganismo? Sus seguidoras están alerta, un paso en falso y podrían destronarla.

Mujeres de todo el Planeta se han apuntado al movimiento healthy que es ya una moda en redes sociales como Instagram. Esta plataforma que acuñó el término ‘#postureo’ y que facilita filtros fotográficos para poder cubrir con una tela artificial de perfección lo que ya era perfecto, está saturada de imágenes de comida colorida, 'cuerpos fitness' y 'sonrisas profident' que apuntan al objetivo. “Súbete al carro y serás tan feliz como nosotras”, parecen decir. Lo que esas sonrisas ocultan es que esa felicidad se consigue a base de sacrificio y privación. Por lo menos, ahora no estás sola. La vigilancia del cuerpo está asegurada por ti y por toda una comunidad que permanece alerta. La obediencia está servida.